lunes, 27 de diciembre de 2010

Un punto de regalo

Tomado de Lecturalia

Le regalaron un punto.

Lo subió sobre una i diminuta y desabrida y esta letra se dispuso a volar. Lo colocó bajo una oreja y la frase se ofreció a cuestionar. Lo elevó sobre una ele anoréxica y empezó a asombrarse exultante. Encontró a un compañero y se instalaron resueltos sobre una u perdida en la cigüeña. Posteriormente se asoció a una coma excesivamente leve, y le alargó el silencio. Acabó tras dos amigos y ahora deja abierta la puerta abierta a:

...que con punto y seguido se mantenga el arrebato o,  a que, definitivamente, acabe el texto. 

Lanzarse al vacío, o dejar una maroma sujetando tu pie al lomo de un libro por escribir. 

4 comentarios:

  1. .....juntos iniciaron un camino hacia el misterio qué la escritura les podría proporcionar, estaban llenos de presagios, ni buenos ni malos, diferentes de todo cuanto les habían contado.

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    1. Ya lo creo, iniciando senderos que transitar

      Un beso, Alfred

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  2. Qué buena aventura la que aquí propones. Los signos de la escritura personificados, con vida propia. Me ha encantado esta idea.

    Abrazos y besos

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    1. Tienen vida propia, seguro. Es cosa de imaginar el punto y seguido o los puntos suspensivos...:-)

      Un abrazo

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.