Tomado de Google |
Hoy es el día del presente.
Es el día de internet. Toca reivindicar cada minuto
como si fuera el último que nos toca vivir. Aunque sólo sea por el inmenso
temor a enfrentarnos a una pérdida, y no
haber gozado de lo que se puso al alcance de la mano y no se llegó a sentir.
Maldito el reloj y maldito el lugar, en el que no se supo,
no se quiso, o no se pudo, decir lo que en cada sístole gritaba nuestro
sabio corazón.
Cuando se habla de amor la conjugación del verbo no
admite pretérito futuro.
Hasta internet lo afirma existiendo, permitiendo el
presente y no el futuro. Pueden hacerse estudios de cómo se articulará y desarrollará la
comunicación, sobre las formas de envío de información y conocimientos; y elucubrar un sinfín de prospecciones e hipótesis, pero, porque
detrás de este invento hay personas, de carne y hueso. Con miserias y glorias, errores y aciertos, llantos y risas.
Ese beso al hijo, que nunca estorba, ese guiño al
compañero, que jamás agota, ese “ te quiero” a la madre, que no cotiza en bolsa, esa sonrisa al vecino que te ayuda, que nunca pesa en las bolsas de la compra…. eso dos mil gestos que dejamos
de ofrecer…
...¿Por qué ahorrarlos hoy?.
Derrochemos, en estos tiempos oscuros y malolientes, la simple alegría de vivir.
Amén!
ResponderEliminarGuay!
EliminarDerrochemos amor, sí. Que es bueno y no cuesta, que aunque lo demos a repartir no se gasta.
ResponderEliminarSuscribo tus palabras, Albada. Un abrazo.
Gracias Sara.
EliminarNo se gasta ni pasa de moda, ni pesa ni carga. No cuesta nada y no tiene precio.
Un abrazo.
Deliciosa reflexión que comparto, Albada. Abres un camino muy interesante desde el punto de vista literario que daría para mucho: la vida virtual. Quedo en profundizar en ello. Un abrazo.
ResponderEliminarLa vida virtual, gabrielpalafox, es lo que tiene, la inmensidad de existir, en cada mente.
EliminarCada vez más estudios demuestran que, al final de los finales, de una u otra forma, las identidades ficticias dejan aflorar los rasgos de personalidad básicos del sujeto que los creó.
Un abrazo.
Besos, abrazos y achuchones, aunque sean a traves de "la red".
ResponderEliminarComo no tenemos otra red (ni de seguridad, me temo)... recibidos, sentidos y por supuesto, sin bolsa azul, te regreso:
EliminarTres abrazos,
un achuchón del quince, que llaman apapacho en otras latitudes
y un guiño cómplice, que me deja medio tuerta, a fe mía!
Un abrazo