Vídeo para este relato: http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=EzMVqkYlKJw
Se había
dejado resbalar, revolviéndose como
tirabuzón, por el tobogán de la libertad y los excesos. Aterrizando en las burbujas secretas de los ingredientes
más difíciles de combinar, cerró los ojos al escuchar en la radio del campamento
un pasodoble que oyera siempre en la cocina de su infancia.
Entre los
vapores de la miscelánea de ron con frutos varios, se adentraba en la bodega de
un bajel inglés, donde reposaban las barricas de licores, bien tapadas con
cola. Unos piratas, bandidos, o corsarios, apuraban los restos de diversas
barricas juntando sus ingredientes en una jarra que le ofrecían entre
juramentos y parches de ojos. Él bebía
con ellos esos mejunjes declamando, con voz de trueno, un poema para Elisa, que
salía rimado y de métrica perfecta desde la profundidad de su corazón de
polizonte.
Había huido
de sus trenzas, de su inmenso ego y su carmín de quita y pon. Sabía que había tomado un pasaje
hacia la aventura con una mochila de cachivaches, dos mudas y tres doblones de
oro ocultos en sus botas de siete leguas.
En su sueño subía a cubierta y vagaba por ella, empapada de agua y esputos, olor a algas y tocino
rancio. Sujetado al palo del trinquete, hacía dibujos con las estrellas y al fin se quedaba
dormido abrazado a la caja de madera que contenía los incunables que robaran en
un abordaje previo.
Le despertó
el canto de amor de los monos aulladores rojos y la inacabable sinfonía de la lluvia machacona
sobre la Uralita que cobijaba las
sierras eléctricas. Le vimos darse media vuelta bajo las mosquitera. Sabemos lo
importante que es para él, seguir soñando.
Este micro me recuerda esos senderos por el monte que se bifurcan y ofrecen continuas alternativas, hasta formar un laberinto de trochas donde perderse a placer.
ResponderEliminarAquí, de cada línea parte una imagen, una sensación, un sueño, como el del tipo de la mosquitera.
Excelente. Un abrazo.
Cada fragmento viajero en su pequeño espacio. Me encanta esa lectura que has hecho.
EliminarDesde lejos, la mosquitera con este tipo soñando en sus brazos, se asemeja a una red de cazara mariposas.
Un abrazo.
Casi estoy por decir que "por alusiones".
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Bueno, es que es inevitable aludir a Macondo cuando uso imágenes en contextos entrelazados de sueños, verdades y tiempos en reflujo pepetuo .
EliminarGracias. Un abrazo. Entre hule y árboles de caucho.
Estaría soñando con la sirena que antaño había encontrado en las islas perdidas... con el aroma del viento de mar adentro :-)...Yo hoy también soñe con las sirenas, y desgraciadamente al despertar no estaban allí..
ResponderEliminarMaravilloso soñar de forma vívida con seres que uno tiene es estima o que estima que puede alcanzar.
EliminarMe uno a tu sueño de sirenas, porque soñé con delfines. Curiosamente blancos, como los de la Amazonia, binomial, creo que se llaman.
Un abrazo y a por más sueños bellos!!!!
Un cuento de piratas, o de proyecto de pirata, siempre se puede soñar con escapar de Elisa, con viajar sin rumbo.
ResponderEliminar1 beso.
Este polizón de un sueños habita en un cuerpo de un trabajador del caucho según lo imaginé. Y me temo que había bebido un poco de más de algo enólico. El próximo sueño,s seguramente sea que está con Elisa, bailando el paso doble que cantaba la madre.
EliminarPero no lo sé. Gracias por tu lectura y un fuerte abrazo.
Desde luego para mí lo más importante es seguir soñando.
ResponderEliminarMe encanta haberte encontrado en mi navegar de novata.
Saludos
Beatriz
http://esquinasdetuboca.blogspot.com.es/
Me encanta que hayas llegado a este puerto por la pura casualidad.
EliminarMiraré, son tu permiso, el tuyo. Seguro me gustará.
Un abrazo y siéntete como en tu casa.