miércoles, 23 de enero de 2013

Tutoría en azules manantiales.

De la página de gemología http://www.gemstone.org/index.php?option=com_content&view=article&id=168&Itemid=14

El tutor del niño tenía ademanes de tenor y mirada de poeta.
Explicaba el retraimiento observado el último trimestre y deseaba saber si había motivos para el deterioro del rendimiento escolar de Edi.

Ella, sentada en el filo de la silla, afirmaba la ausencia de cambios en la casa, en los horarios, en las normas y las relación de la familia. 
Aparentemente no había motivos para variaciones en el comportamiento del joven, de natural guasón y adentrado ahora en unos dieciséis exuberantes años destapando tapas de anhelos hirviendo en una olla a presión sin válvula.

Quedaron en contactar ante cualquier aspecto. Y así, de esa estúpida manera iniciaron una relación de llamadas telefónicas y entrevistas en el despacho escolar.

Cada uno encontró en el otro la lectura de sus propios pensamientos. Tanto, que pudieron examinarlos del derecho y del revés, darles la vuelta cual calcetín y acabar enroscados en un espiral centrípeta.

Girando como en un chotis, sin salirse de una baldosa de risas enquistadas en las rutinas que les atenazaban, lograron inventar múltiples formas de un azul encendido en lapislázuli de soplos de tulipanes disfrazados de amapolas azules, en estado larvario. Esas, que tal vez no llegasen a eclosionar jamás.

2 comentarios:

  1. Las amapolas azules, sobre todo ni están en baldosas rutinarias, no eclosionan jamás. Ni falta que hace.
    Qué más puedo decir, después del texto?
    Un abrazo.

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  2. Gracias.

    Quizá hay gemas de formas imprecisas, que no necesitan eclosionar.
    Pudiera ser que la magia de desconocido final, sea lo que en ocasiones llena el instante de un estado puro. Sin pasado, y sin futuro.

    Un abrazo.

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.