He dejado en el tanatorio
los lazos de tu crespón. Alicaídos. Negros. Inevitablemente fríos.
Y vuelvo a
la cocina de mis sueños. Con luz y candiles para la negra oscuridad que vendrá.
Pero que no esquivo. Porque el sol nace por mí cada mañana. Absurda, cruel,
estúpida… tristeza. Dispendio absurdo. Gasto cruento.
Desenhebro los hilos de este
cabo. Negro, blanco. Blanco y negro. Enterrando los sueños que pisaste, tú...
la muerte traicionera. Pero mañana seré libre, cual las olas, atronaré las
rocas de tus fríos. Muerte audaz, dueña espantosa, que me dejas sin cobijo,
ante tanto desvarío.
En un tiovivo de feria
ambulante, sobre un caballo de cartón piedra. Así llegaste. Vestido con tu
disfraz de mosquetero. Con tu florete y tu donaire. Con ese esdrújulo y aliñado en
verde y ajado sombrero.
En la siguiente vuelta yo me bajo- Te dije. Y sin saber
si sabes nada, me bajé.
Y me pregunto inquieta, qué
pinto acá. Nada, tranquilamente nada- Me digo.
Paseo entre submundos y
minaretes. De norte a sur de los fracasos. De este a oeste, allá en la grupa de
mis sueños, descabalgada, eso sí, de entre tus brazos.
Las caracolas, buscando
abrigo, llegaron a mi huerto de otoñales visos. Y cantan, como oropéndulas
audaces, sin armas en sus manos, hasta que puedan barrer, para mí… tu olvido.
Leeré un "in memoriam".
Cuánto estúpido revivir de un frío.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.
ResponderEliminarBesos.
Ay..ya será menos, porque comenté´esta mañana a un lector que tuvo la amabilidad de comentar otra entrada,que yo no creo que sepa escribir poesía.
EliminarPero muchas gracias, Macondo. Un abrazo.
¡Qué tristeza, nostalgia y recuerdos me han traído tus versos!
ResponderEliminarBesos.
Si son nostalgias que ya no duelen, a veces son como un plumero, que acaba dejando más limpios los recuerdos.
EliminarUn abrazo y gracias por tu lectura, siempre amable.
Ayer, precisamente, estuve en el tanatorio, me resulta tan triste estar en un lugar como ese, ver que alguien a quién quieres, o conoces, se va para siempre, me hace sentirme triste.
ResponderEliminarUn beso.
A mí estos lugares me producen un tanto por ciento de calma, como de reflexión, dentro de ese dolor que apuntas. Me recuerda lo importante que es sentirse vivo. Pero sin duda, uno se siente triste.
EliminarUn abrazo, y te acompaño, si me permites, en el sentimiento.
Nunca el viaje, aun eterno, es de ida y vuelta. Nunca
ResponderEliminarComo en las alegrías, como en las hondas penas, siempre se interpone firme una veleta que marca una solo dirección.
Solo, si me permites, la palabra escrita prevalece. Más, hecha poesía.
Tu texto lo dice todo.
Sencillamente magnífico
Un abrazo
Gracias por tu lectura y comentario.
ResponderEliminarLa palabra y los actos quedan, como vigilantes del tedio, del inacabable olvido. Para dejarse recordar. Desde los nichos.
Un abrazo.
Estimada amiga, una magnifica entrada, no entro en detalles ...estoy pasando por momentos en los que me afecta mucho,me disculpas, un placer leerte, un abrazo.J.R.
ResponderEliminarTodos pasamos por los tanatorios de los recuerdos, y siempre duele el dolor. Lo que el tiempo nos recuerda, es que éste cede cotas a la disminución del mismo, auqnue en el momento amargo nos parezca imposible.
EliminarUn abrazo. Grande. Acunado. Cercano y cálido, J.R.