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Se encontraron en la cola del paro. Para un
día que se había animado a ir temprano, le había tocado en suerte un tipo con
papeles que había de apuntarse en el INEM, tras cinco años en una panadería.
Era muy joven, con una carpeta azul bajo la
axila, y unos guantes de lana gris. Se puso a explicar punto por punto,
el último mes de trabajo. Enumeraba, casi de día en día, la situación con el
dueño. Hasta la relación con los clientes, dejando poco espacio para digerir
tanta información.
El sujeto del anorak, cansado de escuchar,
empezó a defender su espacio, hablando del tiempo. En concreto de la
temperatura de las noches pasadas.
El joven seguía con su historia de la
panadería, con múltiples detalles, dejando escasos segundos de silencio para
respirar, ni él ni a nadie de los que estaban en la cola.
Tras varios intentos educados por desviar la
atención, el tipo dijo:
- Ayer hacía un buen sol. Por fin.
- Sí,
por fin- reconoció el sujeto, avanzando un paso en la cola.
- Me
apetecía mucho ir al campo- añadió el tipo.
- Normal-
respondió conciso el joven. - ¿y qué tal le fue?
- Pues
no lo sé-dijo, tras lo que aguardó tres segundos para aclarar:...- al final no fui.
El joven encendió un cigarrillo, alejándose un poco del tipo del
anorak, quien siguió contando las baldosas puestas diagonalmente, y en las que se apoyaban sus pies.
"Hay crisis cuando poco parece demasiado, hay crisis cuando todo cuesta un dedo del pie", hay crisis cuando en lugar de avanzar, vamos en diagonal contando baldosas para poder llegar.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Esta crisis está llevando a que la gente se ayude, en redes de solidaridad, pero también a que vayamos caminando, entre humo de palabras, sin conocer dónde nos llevará.
EliminarLa incertidumbre alimenta la sensación de soledad, de pequeñez, de impotencia, y eso me está preocupando.
Gracias por tu lectura. Un abrazo
ufff que dura situacion la de no tener empleo.
ResponderEliminarqué horror.
saludos
carlos
Quedar en un nimbo de tiempos, de utilidad, es muy duro. Quise acercarme a la sensación de irrealidad que asoma por la rendijas del los que viven en el lago, nadando como pueden, para tener la sensación de que avanzan. No sabiendo hacia dónde,
EliminarUn saludo.
Todo en este texto, la atmósfera, el tipo de personajes como fuera de ellos mismos, todo me recuerda las mejores páginas del realismo sucio. Yo diría que tienes una innegable evolución en tus relatos, un crecimiento revelador hacia la literatura. Me alegro, de verdad.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Muchas gracias, Amando. El realismo, que a veces se me antoja surrealista. Plasmo, como buenamente puedo, posibles anécdotas, que se me ocurren. Tan íntimas como ajenas a la realidad que percibimos.
EliminarUn abrazo.
Curioso mundo el que se crea en la cola del paro, con esa sensación de las palabras vacías sobrevolando la problemática individual de cada uno.
ResponderEliminarSaludos Albada.
Pero cada uno, es sólo uno mismo. Y percibe lo que le ocurre desde su mirada única. Tal vez si primase la sensación de grupo, de numeroso grupo, algunos ERES y similares se hubierna podido negociar. La verdad es que lo ignoro. Quise hacer un brochazo de islas que se juntan un instante.
EliminarUn saludo, Pilar
Es como quedarse ciego de pronto, ¿Que hacer? ¿Hacia donde ir?
ResponderEliminarLa ausencia de referencias, tal vez propicie que cada uno se sienta como una una isla. Que, en ocasiones, se acerca a otra, también perdida en el mapa de los archiélagos de los ciclos de ociosidad forzada.
EliminarNo van a la deriva. No sabemos dónde llegarán. Me aterra ver estadísticas que apuntan a rendiciones temprana. Creo en la capacidad de tomar iniciativas, para tomar las riendas de la propia vida. Pero ya veremos.
Un abrazo.
Diálogos de puro nerviosismo, por estar donde nadie quiere estar y menos que le vean.
ResponderEliminarUn abrazo.
Diálogos que cubre el nerviosismo de la incertidumbre, y del miedo, con pátinas de banalidad.
EliminarAcabas de introducir un elemento importante. Quién desea ser visto en la cola del paro?.Y lo que es más grave...en la de Cáritas, o del Banco de alimentos?.
No quiero imaginar los silencios, o las miradas bajas, que habitan por esas colas de teórica frustración, pero de aparente fracaso en la deriva de los trayectos.
Un abrazo, Alfred.
Me ha gustado mucho el diálogo de tu entrada.
ResponderEliminarEs terrible estar en el paro, cada persona un mundo y su circunstancia, y millones de personas en el paro y tras las colas ante la oficina de empleo ¿para qué? si allí no te ofrecen empleo, nunca te llaman para ofrecerte un trabajo, es desesperante, tener que buscar en páginas de empleo, o personalmente, en empresas día tras día, para enviar curriculums y que nadie te ofrezca una oportunidad, terrible, amiga, gracias por hacer mención de estas realidades, las de nuestros días, porque se merecen un reconocimiento, porque aunque somos parados, somos ante todo, personas con ganas de trabajar, de que se nos ofrezca una oportunidad, y tú estás haciendo con tus entradas un homenaje a esta realidad, gracias, de verdad.
Un beso.
Voy a decirte la verdad. No existe mayor desesperanza, que la te produce una amputación. Cuando es de forma abrupta, aunque se haya intuido. Te ves impotente, porque no tienes control de lo pasa. Usas como necio las herramientas que conoces, y las que inventas, y las que oyes, y las que urdes y las que...en un intento por conocer las claves de las restitución, o los sucedáneos que hagan el papel.
EliminarNo metimos la pierna bajo ninguna sierra mecánica de forma suicida. Por eso no existe el consuelo de que hayas otros cojos que caminan bien adaptados. Porque no existe quien se adapte, sino quien da la vuelta a la tortilla sacando los valores que guarda en su corazón, y aprieta los dientes, avanza y no se deja rendir por la desesperanza.
Gracias por estar. Gracias por resistir. Gracias por devolver en letras lo que tu gran corazón cobija de luchadora inmunizada frente al desaliento.
Un beso, María. Un beso grande, como tú.
Es una gozada leerte y quedar quieto mirando para el ordenador meditando tus palabras. Hoy el paro, mañana... Porque eso es lo bueno, que habrá un mañana, aunque sea angustioso.
ResponderEliminarSaludos
Hoy el vacío del paro llenando los cielos sobre muchos corazones constreñidos, temerosos, acobardados.
EliminarMañana, me he prometido pasar la bayeta sobre mis ojos, aclarar mi vista, mirar la belleza que me rodea, (a pesar de los tiempos angustiosos), y cantar a alguna cosa amable que pueda plasmar, para atemperar la sensación de pasajera de un barco entre niebla, cargado de humo habitado de palabras vacías.
Un saludo.
Tristemente esa oficina es la única a la que hoy en día muchos acuden y no precisamente a lograr trabajo sino a sentirse un poco más vivos y en circulación.
ResponderEliminarHa sido el hallazgo del día tu blog. Saludos desde Tenerife y me quedo curioseando lo que nos ofreces.
Gracias por parar a comentar. En estos tiempos, las colas del paro no tienen relación alguna con la esperanza de encontrar trabajo, sino de realizar la burocracia que comporta estar esa situación. Es tan dura, tan desencatada, y tan amarga, que vale la pena hacer una llamada a no rendirse.
EliminarUn cordial saludo para Tenerife. Gracias, Gloria.
La cola del paro es un pañuelo...de lágrimas. Antes hacíamos cola para el cine. Ahora la película, la ponen "gratis" cada día en el Inem. Es un Drama y trata de millones de historias y de sueños rotos. Un beso muy fuerte.
ResponderEliminarEsas colas que se ven dando la vuelta a las manzanas, me sugieren una espera...pero de qué. Ese es el problema. Como dices, aquellas colas para entrar en el cine eran de nervios como de cosquillas en el estómago, por la emoción. Estas colas llevan en el estómago arañazos, por la decepción. Es un drama, aries, para demasiada gente.
EliminarEn versión original y cinesmascope, donde no hay acomodador en la oscuridad.
Muchas gracias por comentar. Un beso grande, aries.
Cuantas tragedias en esa cola...
ResponderEliminarHablar como terapia, aunque aburran.
Besos.
Suerte de la terapia de la comunicación. Es muy poderosa, más que muchas pastillas que se pautan. Porque colgar el diagnóstico de Ansiedad o depresión es engañarse. Sería de orates estar tan fresco si no sabes qué comerás. Eso sí sería inadaptación.
EliminarQue la gente hable, se exprese, nos expresemos. Un beso, Toro.
Buen texto, aunque el tema sea el que es...
ResponderEliminarGracias por su lectura. El tema puede abordarse de muchas formas. Me pareció que esta manera, con cierto desapego, era una de ellas.
EliminarUn saludo.
Historia en la que se dice mucho más de lo que se cuenta. Un drama por debajo de un sainete. Como, a veces, parece el mundo en el que vivimos.
ResponderEliminarAbrazo.
He tenido la enorme suerte de que, a través de los comentarios, he podido despejar alguno de los silencios que intencionadamente sembré en el texto.
Eliminargracias por comentar. Un fuerte abrazo.