lunes, 22 de septiembre de 2014

Experiencia religiosa con mascotas.

 
Este perro no es mi perrita. La foto es de Internet.

Lucía regresó anoche de sus vacaciones en Paris. Quiero pensar que está muy cansada y no sabe mucho qué es lo que dice, pero me tiene, amén de preocupada por lo que me ha contado, más que temerosa de que pueda ser verdad.

Según ella, en una estación del Metro  de la ciudad de la luz,  ha tenido una experiencia religiosa.  Dice que estaba en el andén de la parada de Notre-Dame-de-Lorette, porque había visitado esa parroquia, más por el calor de ese 29 de Agosto, que por deseo de rezar. Pero que se  sentó en el banco más cercano a la entrada y que sin querer le vinieron a la memoria unos pasajes de Santa teresa de Jesús.

"Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa…"...Seguido de recuerdos de aquellas lecciones de su infancia. Aquellas tardes de colegio e Instituto, en las alguna de las alumnas leía en la tarima de la clase cosas tan extrañas e inquietantes como “Vivo sin vivir en mí…”. 

Afirma que no se durmió, sino que se secó el sudor con un pañuelo, que luego guardó en su bolsillo, para tirarlo a una papelera, cuando encontrara alguna en la calle.

Asegura que en el  andén de la estación de Metro, tan azul en sus paredes, y con aquella luz tan blanca como la nieve recién caída, súbitamente se habían quedado sin electricidad, dejando la estancia alumbrada por las luces de emergencia. Ella y un señor con gafas, por únicos viajeros del submundo. Las tres de la tarde, allá, con más hambre que Mata arañas y se quedan sin electricidad!. Y que se dirigió a la papelera sacando el pañuelo, mientras rogaba porque la avería durase poco.

Que había encontrado en él un dedo,  me dijo. Y que estaba muy frío. Que volvió a envolverlo en el mismo papel de kleenex , y  que, sudorosa, y muerta de miedo, miró hacia el hombre, que leía su ipod.

Reparada la avería, pálida y sin saber cómo explicar en un francés más bien incomprensible, había decidido regresar al hotel, ya sin hambre alguna, y adelantar el viaje de vuelta en el AVE.

La verdad es yo la había observado por si apreciaba signos de fiebre. Estaba tan descompuesta al llegar a casa, con esa cosa entre cubitos de hielo, que lo dejamos en la cocina, y no quise ni mirar, por escucharla. Por seguir escuchándola, porque no había dejado de hablar desde que la recogí en Sants. Esa cosa, el bulto ensopado, había quedado sobre la mesa de la cocina, dentro de una bolsa blanca.

Ahora acabo de verla dormida profundamente en su cuarto. Acurrucada como un ovillo a pesar del calor. La he tocado y su frente no arde.

La prensa habla hoy del robo de un dedo de Santa Teresa en París. Lupo andaba escarbando en el jardín esta mañana. Los perros son muy inteligentes. Mucho más que los gatos.
Este gato se llama Lego. Y no será sabio en nada.

10 comentarios:

  1. Mis gatos no estarían de acuerdo con el último párrafo. Además ellos son los dueños de casa, el perro...? Alguien al que hay que tolerar, simplemente, porque no queda más remedio... Uno que no sabe como salir, ni como entrar, ni siquiera sabe ir al baño...

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    1. Mi gato es adorable. Sabe que no esperamos nada más. Y nos es suficiente. Mi perrita, de trece años, nos entiende. Pero no quería escribir sobre mascotas, a pesar de usar esa palabra en le título. Ha sido un error.

      Un cordial saludo.

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    2. Es verdad, puede llamarse simplemente "Experiencia religiosa". Me gustó el texto, pero las últimas líneas se me quedaron pegadas (el texto debió terminar, tal vez, en ...el jardín esta mañana) y por eso me salió, sin pensarlo, el comentario (también cometo errores).

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    3. En realidad fue ver al gato lo que me inspiró el texto. La tentación de poner al personaje...que me ganó!. :-)

      Todas las mascotas, incluidas las tortugas o peces...tienen un lugar!

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  2. No hay problema, si necesitáis más, tengo veintisiete (dedos incorruptos de santateresas) encima de la tele, junto a la gitana bailarina.
    Abrazos, siempre

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    1. No me hables, que el brazo incorrupto que usara Franco me ha quitado el sueño cuando me sentaba yo encima de la tele de tubo que mantuve hasta hace poquito!
      No pongo ni una coma, porque me ahogaría igual al escribirlo, que al leerlo..qué pesadillas por Dios, con ese brazo y con Franco!

      Un abrazo.

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  3. ¡Fuera pesadillas Albada! ¡ni Franco, ni brazos incorruptos! que aquí lo que vale es tu cuento, este que nos has narrado con sencillez y que lo entiendo como una mala jugada de la vida (sin electricidad y se encuentra un dedo, caray!!)

    Me gusta incluso que los gatos sean más tontorrones que los perros, jajá, no uso ni de lo uno ni de lo otro.... Y me gusta la sencillez del narrador con esos hechos encadenados que tan buen sabor me dejan.

    Un besazo amiga y seguiremos leyéndonos. ;)

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    1. Es que llegó muy apesadumbrada, cómo no. Ya veremos si duerme bien luego, porque pasamos de buscar el dedo. Eso seguro!

      Un abrazo.

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  4. No sé qué sería del dedo, pero si no fuese desenterrado, seguró que de allí nacería una flor. O una planta de "María", buena amiga de Teresa.
    Un abrazo con todos mis dedos. Déjame ver..., sí, están todos. Uff

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    1. jajaja. Mira que no era maria, sino chocolate lo que parece ser que la llevaba a estados cuasi levitatorios!.....
      Me limito a velar que las pesadillas no perturben a mi compañera de piso, y de vez en cuando me quedo mirando a Lupo. Quien aún no aprendió a hablar.

      Un abrazote, con los dos brazos, ambos incorruptos :-)

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.