Me senté a esperar el talle de tus anhelos, y la rubia presencia de tus besos a media voz. Se hizo de noche, pero regresé al día siguiente, dejando que mi presente acariciara el cielo de los deseos más escondidos, entre los pliegues de tu cintura, sin escalón.
La silla, solitaria ante el mar de mi quimera, me sirvió para esperar, y esperarte, entre ensoñaciones de viejas letanías, a que hermosa, aunque indecisa, inundaras de realidad mi mundo de fantasía entre caracolas de ultramar.
Te vi llegar, al fin, un día...con un carro de algas y de risas, entre mil ojales en tu camisa de seda marina, que llevabas por desabrochar.
Entonces valió la pena la espera.
ResponderEliminarBesos marineros.
Recibidos en la barca de pesca de sueños de sirena.
EliminarUn beso de salitre y brea :-)
Que gran inspirador es el mar y sus ondulantes olas que nos toman por la cintura para abrazar nuestras individualidades. Abrazos.
ResponderEliminarEsa silla, de hecho es un banco para una persona, me llama la atención, porque siempre me hace pensar que alguien, además de yo misma, se paraba quieto allí a mirar al mar.
EliminarUn abrazo
Hermosa prosa poética inspirada por esa solitaria silla que parece contemplar, ella misma, el mar y el horizonte.
ResponderEliminarHace tres años que conozco esa silla cara al mar, y no quise escuchar su voz, que en efecto, creo que esa, al de una solitaria silla que contempla el mar, y te permite que asomes tu mirada a la de ella. Estática y tenaz.
EliminarUn abrazo
Lo bueno es que nunca dudo de que vendría, así a mí también me gustaría esperar.
ResponderEliminarPor cierto, acá hace 35 grados, yo espero ansioso el bello otoño y sé que va a llegar.
Un beso grande.
HD
la meteorología, en este caso, como certeza de otoños o primaveras para sentarse a esperar.
EliminarUn beso y disfruta del verano... que se acaba...:-)
Lo bueno se hace esperar. Como tu escrito, que lleva casi cuatro días publicado y acaba de aparecer entre los que ya estaban leídos.
ResponderEliminarUn abrazo.
La tecnología y sus bromas en tu caso, una silla ante el mar en la foto inspiradora.
EliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho esa espera, la silla vacía en la que se sientan los sueños y un día ven aparecer un carruaje de algas y risas llevado por la persona que se sueña.En el mar se sueña y algunos sueños se hacen realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay sueños que mejor que esperar sentado a que lleguen, hay que salir a buscarlos, pero este lugar siempre me sugiere la espera de anhelos en una llegada entre olas mecedoras.
EliminarLos sueños pueden hacerse realidad, esa es la gracia, me imagino!. Un beso
Una silla desnuda
ResponderEliminarante un mar abierto.
Un horizonte cercano
como sueño incumplido.
Una pasión descubierta
culminando en una espera.
Un beso sonoro,
como el batir de una ola.
La silla tomando el sol tranquilamente, a la espera de un sueño apasionado ante el mar.
EliminarLes vi en la silla, ajenos al mar
Lejos de playa alguna
perdidos en un abrazo
que les dejaba aislados
de cualquier sueño por dibujar
Llegó tu beso en un barquito de nuez. Un beso Alfred
Bellísimas tus palabras Albada2 ¡Te felicito!
ResponderEliminarGracias Maria Pilar por leerme, por aceptar estas letras.
EliminarUn abrazo
He intentado imitarte, pero resulta que la silla está empapada de una ola traviesa... ¿Se puede esperar sentado en la arena?
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Las olas traviesas empapan el alma de los que esperan. Las sillas, las cómodas, los armarios.....mejor esperar en la arena de una playa, bajo un mar. Creo.
EliminarUn abrazo
Todo llega aunque creamos este lejos y sea cansada la espera.
ResponderEliminarPrecioso todo lo que escribes,,te venia echando de menos en mi blog y entre de casualidad y he visto que se me paso comentar esta entrada .
Un besazo.
He estado en otras cosillas,, pero tu blog siempre me espera, porque me gusta sentarse en el oasis de tus palmeras.
EliminarTodo llega, ni un minuto antes del instante en que aterriza en nuestra senda. Un besazo, María y feliz semana.
Cuánta belleza, cuanta poesía hay en tu prosa ! Llegar aquí es como ingresar en un jardín de los que se imaginan celestiales. Cordiales saludos.
ResponderEliminarGracias por pasar y sentirte cómoda. Es mi propio oasis mental en muchas ocasiones. Por eso blanco y simple, por eso este rncón preciado no puedo imaginarlo más que con huellas en una arena de playa, y jamás como huella del barro de una botas, por eso valoro y momo mis escritos y vuestras miradas cómplices dejando pisadas con palabras por este rincón de todos los amigos blogueros, mi otra familia.
EliminarUn cordial saludo, Beatriz