Escultura de Helena Sorolla, en la casa museo de Joaquín Sorolla, en Madrid |
"En el alto otoño del mar lleno de niebla y cavidades, la tierra se extiende y respira, se le caen al mes las hojas". Pablo Neruda
La luna debutó en el cielo,
como una uñita de nada
señalando a una estrella diminuta.
Cuando la distancia se impuso
días más tarde, a contrapié,
les consoló poco saber
que miraban el mismo punto en el cielo.
Disfrazaron la nostalgia
de besitos de papel,
de emitonos danzarines
y símbolos de Internet.
La estrella tímida
ResponderEliminarseñalada por Luna.
Agradece con risas
tan honrosa distinción.
Consolada por saber
que no por distanciada
es menos apreciada
Besicos!
Esa distinción de estrella
Eliminarque la luna señalaba
era la última estrella
de un mapa por diseñar,
entre en negro universo negro
que los amantes supieron conquistar
Un beso
Un día más.
ResponderEliminarA por otro!!!
Que cuando sumen siete, serán un docena.
EliminarUn beso, Toro, sin luz de luna, que aún es temprano :-)
Muy ingenioso...
ResponderEliminarBesos... muchos...
El lenguaje, cómo ha cambiado con internet ¿no?. Gracias
EliminarUn abrazo
Bueno... es otra manera de comunicarse y de exorcizar la soledad. De todos modos no sustituye a los encuentros reales. Solo los complementa...
ResponderEliminarUn beso
Son encuentros que nunca pueden sustituir a los reales, por supuesto.
EliminarUn abrazo