Será que extrañan sus aires, que encuentran impostadas las alegrías de los oasis de quita pon. Nos traen sabores a isleñas libertades, que como idiotas, pretendemos apresar en esos ratos de playa, cuando a nuestros pinares les dejamos caer bajo el yugo de la presión inmobiliaria de país de turismo y de latón.
Seguramente andan casi siempre con mirada triste las palmeras...Un beso
Mecen susurros entre tus haikus y caricias arrulladas al alma.
ResponderEliminarMe encantan todos pero me quedo con el primero.
Un beso enorme.
Gracias preciosa. El mar, la mar, con esos azules que enamoran...
EliminarUn beso, dulce María
Preciosos los tres hsikus.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amapola azul, color negro con rojo, destilando amor
EliminarUn abrazo
La palmera ve,
ResponderEliminarel mar azul contempla,
huellas y besos.
Besos azules
Eliminarpalmeras de Robinson
huellas de arena
Un beso
Bonitas imágenes y qué bien acompañadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Peñíscola, que estaba hermosa :-)
EliminarUn abrazo
me encantaron.
ResponderEliminarsaludos
Gracias Karin. Eras imágenes con sensaciones, que dejaban correr las palabras en ritmos.
EliminarUn saludo
Muy bonitos los tres.
ResponderEliminarLas palmeras de aquí siempre están tristes.
Será que extrañan su tierra.
Besos.
Será que extrañan sus aires, que encuentran impostadas las alegrías de los oasis de quita pon.
EliminarNos traen sabores a isleñas libertades, que como idiotas, pretendemos apresar en esos ratos de playa, cuando a nuestros pinares les dejamos caer bajo el yugo de la presión inmobiliaria de país de turismo y de latón.
Seguramente andan casi siempre con mirada triste las palmeras...Un beso
Gracias por realizar la belleza mediante la Palabra !Nos vamos de tu blog, recién nacidas hadas !
ResponderEliminarSiempre es un gusto leerte. Con o sin mar en la mirada, las alas nacen tras las palabras, casi siempre.
EliminarUn beso
Preciosos haikus, Albada:
ResponderEliminarUn beso enorme
Muchas gracias, Ana.
EliminarUn abrazo grande