Imagen de Aguirrefotox |
Amores eternos, ilusión en los ojos, en las manos, en los brazos. El tiempo, implacable, deja paso a otros arrebatos de nueva factura, a otras pasiones con noveles actores. Candados de amor de relevo, de juventud en la recámara, de eternidad congelada.
Candados relucientes u oxidados. Candados que se abren. Candados cerrados. Candados condenados al olvido. Candados de saldo y derribo. Candados derrotados. Candados vivos
La idea resultó un éxito... efímero, de algunos lugares ya los están quitando, las llaves que se lanzan al río lo contaminan y el peso de los candados hacen peligrar las barandillas. Ahora ya se ponen en muchos lugares que de momento no ocasionan esos problemas. Pero se ve precioso. Un abrazo
ResponderEliminarUn éxito y no tan efímero, Ester. Como le digo a Rafael, en París se tomaron medidas, y la gente, ya sabemos que Paris, la ciudad del amor, sigue llenando hoteles de enamorados, continúa poniendo candados de amores, algunos en verdad efímeros.
EliminarUn abrazo y feliz lunes
Fue algo que empezó de forma aislada y nos llamaba la atención y hoy se ve por todas partes. Feliciades por decirlo así como nos lo dejas en tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
me choca mucho, me sigue sorprendiendo, la verdad. En los puentes parisinos de Puente de las Artes (Pont des Arts), Pasarela Léopold Sédar Senghor (Passerelle Léopold-Sédar-Senghor) y el Puente del Arzobispado (Pont de l'Archevêché), fueron un problema. Y vuelven a serlo pronto al paso que can.
EliminarMe alegro te haya gustado. Un abrazo
Recuerdo esos puentes llenos de candados, en una moda un tanto adolescente o pueril, que por sentido común ha ido remitiendo. Las barandillas más exitosas no aguantaban el peso y los ayuntamientos empezaron a quitarlos. Los autores y sus amores a saber donde están ahora.
ResponderEliminarUn beso.
Estarán en le fondo de ríos y del mar, imagino. Pero no remite Alfred. Lo que me llamó la a atención de uno de los candados es que hay como cinco nombres, así que el amor es libre, y bien que hace en serlo :-)
EliminarUn beso y feliz lunes
Y qué pasa cuando se separan? Nadie va a quitar los candados...
ResponderEliminarTe quedó muy bueno.
Abrazos
Carlos
Nadie se acuerda de ellos. Del perro o el loro, a la hora de repartir desamores, apenas hay quorum, así que esos amores con fecha de caducidad permanecen, congelados, en puentes de allende fronteras :-)
EliminarUn abrazo
Ahí deben quedarse porque son parte de lo que fue :)
EliminarLos he visto hasta en Valencia a lo largo de un puente. Bueno, no hacen daño a nadie.
ResponderEliminarAbrazos calurosos.
Se ven por doquier, en efecto. Empezó en Roma, luego pasó a París, al puente de las Artes y de ahí al resto de puentes o tras leer una parte del libro Tengo ganas de ti, donde un ana pareja tiraba luego la llave del candado al río. En cualquier caso, una idea que fue copiada por los amantes.
EliminarAbrazos, y sí, con estas temperaturas, calurosos
Nunca me ha dado por hacer eso... ni creo que me dé. Me parece que la moda ya me pilló un poco vieja y como tengo el romanticismo en la planta del pie, pues eso. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarMe temo que a mí me pilló también muy granada, pero de joven no hubiera consentido una imagen de inmortalidad de una pareja. Nunca creí en ese romanticismo del para siempre. Tal vez tengo ese romanticismo, como tú, un poco oxidado desde siempre
EliminarBesotes en la tarde.
Candados a veces peligrosos. En París tuvieron que quitar de un puente los miles que había llegado a haber de ellos por el peso inmenso y el peligro de que la balaustrada donde estaban cediese por el peso.
ResponderEliminarUn beso
En efecto, desde 2011 se han llevado a cabo retiradas de candados en tres puentes de París, por el riesgo de tanto peso. Pero los he visto en una farola de la Plaza Mayor de Madrid, por ejemplo, así que parece que es una moda que llegó y se ha quedado
EliminarUn beso y feliz tarde
Son amores compartidos entre dos personas que se quieren y un ferretero que se está forrando.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaj, esos ferreteros han encontrado su agosto, ahora que muchas cerraduras se abren con mandos a distancia.
EliminarMe aperece boba esta manía o moda, pero oye, con tal de que moleste a peatones o estructuras, pues nada, a respetarla. Un abrazo
Así hay ilusiones amorosas: en todos lados: en las piernas, en la espalda, en el cuello...
ResponderEliminarHay ilusiones en manos y ojos sobre todo, las pieles luego se indisciplina y siguen el latido de los instintos
EliminarUn abrazo
Nunca me ha gustado esa imagen de los candados relacionada con el amor.
ResponderEliminarTiene connotaciones negativas de posesión y cárcel.
Besos.
A mí no me gusta ese símbolo de cierre. de llave, de posesión. No quise usar el término cerrado, porque la vida no es así, pero los vemos cerrados a cal y canto. Y eso me parece retrógrado
EliminarUn beso
CANDADOS: PRECIOSA METÁFORA DE TANTAS COSAS... GRACIAS POR RECORDÁRNOSLO. UN ABRAZO.
ResponderEliminarCandados...cerrados con llave que se tira al río. En sí es una metáfora atrayente, sin duda. Pero fíjate Francisco, quienes usan ese símbolo, se olvidan de que la vida es una evolución. Pero la intención de protagonizar un amor eterno es tan humano, ¿verdad?, que les entiendo.
EliminarUn abrazo
Una anécdota personal: Hacía muy poco tiempo que salía con quien fue mi esposo, cuando él tuvo que acompañar un familiar a que le practicaran una cirugía ocular en otra ciudad. A su regreso -creyendo él que yo coleccionaba candados - me trajo el más pequeño candado que se pueda imaginar!! Eso me dio la señal de la finura de su Alma!!
ResponderEliminarEse detalle, buscar para tí un candado pequeño y primoroso era señal inequívoca de lo pendiente de los detalles tuyos que había estado.
Eliminarun abrazo