Día 1. Me siento extraña. Nadie
me ha tocado, ni siquiera mi fiel amante y marido, José, y sin embargo he
soñado que estoy embarazada. No sé cómo se lo tomará, ni sé cómo decírselo
Día 2. Mi madre adivina mi
estado. Sabe que soy una mujer de ley, honrada y virginal. He charlado con
José. Le he dicho: Mira José, un ángel se me apareció y me dijo, textualmente
“El Espíritu Santo vendrá sobre ti. Por eso, el santo Niño que nacerá de ti
será llamado Hijo de Dios”. Yo no salía de mi asombro, hasta que añadió: “Nada
es imposible para Dios”.
Día 3. José y yo, como pareja
tenemos que ir a censarnos, ya que pertenecemos a la casa del rey David, y las
leyes indican que el empadronamiento del nuevo ser (el registro civil de hoy)
debe hacerse en Belén, según el decreto de la ley romana. José, como buen
ciudadano, ha decidido que emprenderemos el viaje, 115 kilómetros. Me negaría, porque no me apetece ponerme en viaje, pero con lo bien que se ha tomado la noticia del embarazo, cualquiera le lleva la contra. A viajar toca.
Día 230. Estoy harta. Los pies me
duelen una barbaridad y el peso de mi abdomen me está matando. El burro que monto es incómodo y huele mal. José, caballeroso, va caminando, y este desierto no es para pies de carpintero, así que está cansado
también.
Día 235. No hay hospedaje en
Nazaret. Pues no sé cómo vamos a pasar esta noche fría. Me parece que tendremos
que dormir en cualquier establo.
Día 1 del nuevo estado para
María. El bebé ha nacido sano. Escucho canciones de pastores que se acercan. No
sé si estaré alucinando, el parto ha
sido largo y estoy tan agotada que no sé si hasta veo un cometa en el cielo. Capaz
que algún noble o rey lo siga hasta llegar a este establo y acaben inventando
una religión, con este embarazo tan extraño. Qué tonterías digo. Será la subida de la leche, que me está
poniendo enferma, y deliro. O tal vez el poco de vino que me dio José para
atenuar los dolores de parto.
José intentó acompañar lo mejor
que supo a una mujer especial, que daba
luz a un niño, que no era suyo, pero al que llamaría hijo, para siempre
Bonito el relato que nos dejas de ese nacimiento "tan especial"
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Es que fue muy especial, pero yo me imaginé en la piel de la mujer y no le vi la gracia :-)
EliminarUn abrazo y feliz noche, Rafael
José siempre me pareció digno de admiración, y de mucha compasión también. Tragarse el cuento del ángel requiere de mucho, mucho amor.
ResponderEliminarMe gustó tu reconstrucción de los hechos!!!
Un abrazo grande
Hombre de admirar donde los haya. Y se extrañaban de un post mío donde el hombre no comentaba la piel mestiza del bebé que tenía su mujer.
EliminarUn santo varón, sin duda. Un abrazo
Se te ocurren unas cosas más raras. ¿Estás bien?
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy estupendamente, Macondo. Me puse a pensar en qué sentía María y me dejé llevar :-)
EliminarUn abrazo
;-)
EliminarAmiga , has hecho un texto la mar de majo , no solo lo has relatado sino que con un sentido del humor que me ha sacado más de una sonrisa ajjaja ..unos buenos diálogos para una obra de teatro..
ResponderEliminarUn besote y feliz velada.
Me vino al pelo ponerme en la piel de esa mujer. Y cómo decirle al esposo, en un matrimonio no consumado, y de ahí ya me puse a seguir el hilo :-)
EliminarUn abrazo grande y por una noche feliz
Bueno, aceptamos pulpo como animal de compañía...
ResponderEliminarBesos.
Es que puede ser un animal de compañía, el pulpo, digo, que hay quien lleva una estampa de Jesús en el monedero, y a mi me parece bien
EliminarUn beso, Toro
Que relato más original, me ha encantado.
ResponderEliminarNunca se habla del estupor de María, pero imagino, que además siendo virgen, sería una situación de verdad embarazosa :-)
EliminarUn abrazo y por unas felices fiestas
Escueta forma de explicar un hecho, inventado o no, que todavía arrasa con el entendimiento de una buena parte de especie humana.
ResponderEliminarUn beso.
Sigue vigente, esa actitud hacia el Nacimiento, por parte de los cristianos, de verdad es de gran alcance
EliminarUn beso.
Sin ánimo de molestar a nadie ni ser irreverente, me he acordado de... saben aquel que diu...Está María tendiendo la colada en el patio y en esto viene un colom y se posa en la higuera y va José y diu...¡María padentro!
EliminarUn beso.
jajaja, me ha encantado tu manera de explicar chistes, del gran cómico nuestro. No era una paloma, Alfred, yo quise ponerlo en forma de sueño, auqnue no dudo que haya ángeles bienintencionados para dar noticias de tal índole :-)
EliminarUn beso, de nuevo, y por un jueves bonito de verdad.
Muy bien escrito y sobre todo original manera de presentar el nacimiento de Jesús. Parece que te has puesto en la piel de María. Felicidades y abrazos
ResponderEliminarMe alegra te haya gustado. Me dejé llevar pero la idea era ponermem en le lugarde María, llena de gracias, seguro
EliminarUn abrazo grande y feliz jueves
Nos lo contaron así...
ResponderEliminarTe pusiste en la piel de una madre.
N
Besosss
Es que me era muy atractivo eso de ponerme en su piel. ;.)
EliminarUn abrazo y por unas fiestas de amor y felicidad
Que genialidad de relato. Me a encantado la forma que lo has ido documentando con todos los elementos, circunstancias. Que me has hecho imaginarla montada en ese burro mal oliente y embarazada!!! Pobrecilla de Maria!
ResponderEliminarSaluditos
Pobre mujer. Ser tan y tan buena la llevó a ser la madre de Dios, así que estaría contenta :-)
EliminarUn abrazo grande, y por un jueves bonito
Yo creo que ese acontecimiento debe haber tenido mucho más de terrenal que divino, más allá de quién era ese niño. Y te imaginas si María hubiera tenido un diario o una red social donde contar su día a día? Otra sería la historia.
ResponderEliminarUn beso dulce.
No quise hacerlo largo. Pero habría sido interesante de verdad y los prejuicios de la gente, que darían por padre a José, y éste no había tocado a su mujer, en fin, cosas de la religión.
EliminarUn abrazo grande y feliz jueves
Ese nacimiento, da toda clase de posibilidades para imaginar un relato.
ResponderEliminarMejor no ponerse razonable, que las fechas no son pertinentes.
Besos.
Mejor no pensar, tienes razón. La ciencia y la religión casi nunca combinan bien.
EliminarUn abrazo grande y por un jueves precioso, aquí soleado
Debió ser así, al menos es para pensarlo. Pobre José... hizo lo que pudo y María tampoco se quedó atrás, embarazada sin varón, el misterio más grande en el que está basado el catolicismo.
ResponderEliminarBuff, tienes razón, mejor no pensar, la fé mueve montañas.
Muy bonito relato.
Esos misterios metafísicos que nunca llegaríamos a entender. La mujer ahí con ese panorama, pero la suerte es que José era un santo, pero de verdad :-)
EliminarUn abrazo grande y feliz noche, Airblue
Buena forma de ponerte en la piel de esa mujer que aceptó jugar el papel que le tocó aún sin comprenderlo del todo. Un gusto leerte. Un abrazo
ResponderEliminarLo aceptó de buen grado, a pesar de la extraña forma de su embarazo, y seguro que fue una madre maravillosa.
EliminarUn abrazo y feliz viernes prenavideño
Hermosa historia un enfoque distinto que todos pasan de largo , lo que paso y sintio la madre del niño. Tu relato es tan humano que contrasta con todo este carnival de arbolitos , Papanoeles y ciervos te felicito, Un abrazo y Felicidades
ResponderEliminarEra tentador ponerse en la piel de esa mujer que acabó pasando a la historia. Tuvo que ser un trauma eso de saberse embarazada de manera tan extraña. casi nadie piensa en esos momentos, o en el viaje a lomos de burro, pero quise mirar a la Navidad de esa manera
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Un abrazo y feliz día prenavideño
Genial esta versión de la historia de la anunciación y del nacimiento de Jesús que nos han contado. De hecho esta me gusta más, es más original e incluso mas creible, dentro de lo que cabe, jeje.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado la Historia Sagrada, independientemente de su credibilidad, pero esta versión se me antoja más real, jajaja.
Un abrazo.
me alegra que te haya gustado este el punto de vista de una mujer envuelta en un suceso tan extraño.
EliminarParece que nadie piensa en ella, tan venerada luego, a toro pasado, cundo al principio debería estar anonadada. Un abrazo y por una noche pre navideña llena de buenas sensaciones
Original y con un toque de humor, me gustó
ResponderEliminarUn beso, Albada
Me alegro que te haya gustado. Es muy prosaico, pero lo veo posible :-)
EliminarUn abrazo y feliz finde
Me gustó mucho este enfoque a modo de diario y desde la perspectiva de María sobre la historia-siempre-contada.
ResponderEliminarEspero que pases unas felices fiestas, Alabada.
¡Besos!
Me alegro que haya gustado. El modo diario lo uso muy poco, pero aquí me pereció tentador.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y que tengas unas fiestas navideñas llenas de deseos cumplidos. Feliz Navidad