Una noche me atrapó, sin luna ni sábana que me protegiera, y me dejó insomne, con la clara voluntad de regresar a mi mente instantes ya olvidados, caricias de otros tiempos, aromas de un pasado. Recopilé los versos que te hiciera, los textos en penumbra que tu oscuridad susurraba en mi oído, el fular que me regalaste y los besos que pudimos cosechar. Hice un hatillo. Quería quemarlo en una pira redentora, pero el fuego podía hipnotizar mis deseos de olvidar, de evaporar-te, de borrar de mi vida la dicha de haberte amado, así que me conformé con hacer un nudo al pañuelo grande y depositarlo en la oscuridad del armario empotrado de mi dormitorio.
Tengo una fuga de agua en el lavabo. El técnico del seguro insistía ayer en que despejara el armario, de norte a sur de mis trastos, de este a oeste de mis cajas de zapatos. Esos que no sé si me podré volver a poner. Esta noche he soñado contigo, se han escapado los besos que nos dimos y los que quedaron congelados. Tus manos de azucena, con esos dedos de pianista a media voz, volaban a mi cintura y a mi cuello, para luego martillear una teclas inexistentes sobre mi almohada. He escuchado el son que nos hiciera reír una tarde, mientras caminábamos, tomados de la mano, por la Avenida de los sueños. Ahí me he despertado y me he asomado al armario.
El hatillo está abierto. Mientras buscaba el número de teléfono del técnico del seguro, para rogarle que viniera deprisa, porque la humedad del pasillo ha crecido de manera exponencial, he escuchado tus pasos y olido tu after shave. Me he derrumbado contra la pared, sonriendo, sonriéndote, una vez más. El sol llegaba tarde, se había retrasado con mi sueño, pero llegaba iluminando las ventanas del pasado, así que le he dejado preso con la persiana bajada hasta el final. He roto en mil pedazos los versos, dejándolos en el cubo de papel y cartón por reciclar. El fular yace en el suelo del lavabo, y luego irá al contenedor de ropa para pobres. Los besos no los encuentro, pero estarán por ahí, con las caricias de un ayer que no puede regresar. La primavera pasó, me digo, cuando el timbre de la puerta me indica que el técnico puede que arregle el desperfecto y todo vuelva a la normalidad.
Desde luego amiga te salio una belleza de texto , no solo es tierno y amoroso , sino con ese toque de nostalgia de amores que ya pasaron pero sin embargo siguen en nuestro recuero tan presentes como si estuvieran con nosotros .
ResponderEliminarGracias por escribirlo porque me ha sabido muy bien y desde luego has captado a la perfección los poemas de nuestra Sandra siempre repletos de amor ..
Un buen día y un fuerte abrazo.
Cuando los amores matan, es que luego no mueren, dicen. Ese amor que llena y vacía pero nos saca lo mejor, son los que permanecen, y con Sandra me parece que es un tema recurrente.
EliminarUn abrazo, Campirela
Maravilloso texto, y van...
ResponderEliminarNo se puede decir de una manera más poética y perfecta los recuerdos de un amor que ya no es.
Besos.
Es que todo puede tener su punto alegórico, creo. Estos amores que nunca acaban por acabar son muy curiosos.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Enamorada de la primavera y gozando con este bello texto.
ResponderEliminarNada es perdurable.
Hermos imagen Albada.
Un besazo.
Pues haces bien.Lap primavera, real o alegórica, es la mejor estación, pero pasa, como algunos trenes del destino.
EliminarGracias. Un abrazo, Carmen.
Relato que engancha.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que el técnico del seguro hizo su trabajo y ella bajó la basura, dejando el pasado atrás, pero sólo ella lo sabe :-)
EliminarUn abrazo
Abrir la puerta al técnico, y, a un nuevo comienzo en el que dejar atrás esas cosas que quedaron pendiendo del tiempo y que no nos dejan avanzar…
ResponderEliminarBello y poético, mi querida amiga. A mí me atraparon tus letras…
Abrazo grande, y feliz tarde 💙
El pasado lastar, casi siempre, y no deberíamos ser así de apegados a lo bueno que hubo, pero nos cuesta cerrar las puertas, y las ventanas, a la nostalgia.
EliminarUn abrazo grandote, Ginebra. Por una tarde sin bultos en los armarios
Qué bien contado. Me ha encantado (una vez más).
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues muchas gracias, de verdad.
EliminarUn abrazo
Muy lindo relato, la primavera es hermosa... aunque, el otoño es perfecto para mi, abrazos
ResponderEliminarES que la sensación primaveral es tan bonita...pero le otoño tiene colores indescriptibles.
EliminarPor un bonito otoño para ti. Un abrazo
El hstillo de primavera parece que se deshizo, suele ocurrir en los sueños. Haz otro más actual,más de otoño y a ver qué pasa.
ResponderEliminarUn escrito que engancha.👏👏
ESe hatillo primaveral se deshizo, dejando que su contenido bailase al so de los sueños. El de un otoño lo imagino diferente, es verdad.
EliminarUn abrazo.
Debería haber un técnico también para aquellos sentimientos que se instalan y crean esos estados de melancolía o tristeza.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce mes.
No existen técnicos para desatascar las cañerías de los amores enquistados, es verdad, creo que si existe se llama tiempo.
EliminarUn abrazo y feliz día
Maravilloso escrito. Qué difícil desprenderse cuando el corazón lo tiene todo atrapado dentro. Me encanta como hilas en tus textos los sentimientos y los hechos cotidianos. Los unos y los otros... nos llevan y nos traen. Nos levantan y, a veces, nos hunden sin más...
ResponderEliminarMuchos aplausos, Alba.
Besicos.
Es que los sublime y poético convive con lo cotidiano y prosaico, no creas :-)
EliminarUn abrazo y gracias, Galilea
Te inspira de lujo y lo escribes de lujo también.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Muchas gracias, TRo, se lo diré al técnico del seguro :-)
EliminarUn beso
Algunos desperfectos pueden arreglarlos los técnicos, otros, sin embargo, no responden a soluciones técnicas. Quemar los recuerdos en un ritual puede ayudar, es la intención de olvidar manifestándose.
ResponderEliminarMelancólico texto. Me gustó mucho leerlo en este día de lluvia
Un abrazo grande
Quemar los recuerdos es una forma de conjugar al olvido. Por eso se queman las fotos, creo.
EliminarUn abrazo y feliz día, Alis.
Disfruto a cada detalle este pequeño regalo que nos haces y por más que lo pienso, creo que tu creatividad es inagotable. Yo ahora estoy bastante cansado por mi trabajo y lo que me espera mañana...
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias. Pues a descansar, que la vida laboral te pille siempre con fuerzas para tirarla adelante.
EliminarUn abrazo, Buscador.
Hermoso texto, Albada, entre realidad, recuerdos y sueños.
ResponderEliminarEs bueno deshacerse de todo lo que pesa o que hoy nos es superfluo.
Se gana en ligereza, en liviandad.
Besotes
ES muy bueno deshacerse de lo que nos pesa y ya no sirve, es verdad.
EliminarUn abrazo
Me encantan tus relatos Albada,son como caricias, son momentos de absoluta paz.
ResponderEliminarUn besazo.
Me encanta que sientas eso al leer estos textos tan cortitos. Gracias.
EliminarUn abrazo
Los besos no los encuentro, pero estarán por ahí, con las caricias de un ayer que no puede regresar.
ResponderEliminarM a r a v i l l o s o.
Besos, muchos.
Las cosas se esconden, luego aparecen, o debajo de algo, o en cajones confundidos o en el corazón cuando de nuevo se abre, creo.
EliminarGracias, Laura. Un abrazo grande
Hola amiga, que bello texto. No se que decir, me veo ahí entre tus versos, leyendo los míos. Has visto en mi lo que casi nadie a querido o sabido ver...... Que te inspirara este nostálgico y bello texto es para mi un honor amiga. Mi alma y yo te damos las gracias......... Cuando dices: Que no sabes porque, me deja pensando............ Gracias de nuevo amiga, mil gracias.
ResponderEliminarDigo que no sé por qué porque no era con precisión tu madera de poeta, sino tal vez el recurrente tema de un amor pasado que nos dejó más vivas de los que estábamos, y eso es un sentimiento bastante universal.
EliminarMuchas gracias, sandra, por tu latir, siempre. Un abrazo grande
Gracias a ti por tu sentir tan bello que aun estoy emocionada y agradecida. Quizá nadie entenderá mi sentir por los amores pasados teniendo amor presente... Gracias amiga.
EliminarNadie debe entender lo inexistente. Porque cada aventura del corazón es barajar de nuevo. No hay comparaciones, ni quita entrega y valoración al presente porque se valore lo pasado. En mi opinión hay personas que nos dieron mucho, pero mucho, y no quita que alguien pueda volver a darnos tesoros para el alma.
EliminarUn abrazo, nuevamente, Sandra, y por un día perfecto.
Limpieza necesaria de besos marchitos, recuerdos despistados y abrazos perdidos. Buena ocasión para reconducirse por la senda de lo posible y lo probable en los menesteres en que uno se reconoce.
ResponderEliminarUn beso.
Los cajones y armarios, mejor ventilarlos de vez en cuando, si no, las telarañas nos confunden la visión
EliminarUn abrazo