Imagen del muro de Puri Canovas.
Tras confirmar que en España en la temporada 2017-18 murieron casi quince mil Personas, pues no sé, creo que es una pena que no exista vacuna para este virus nuevo, pero vaya, confinamiento, a rajatabla, pero ya poquita más atención voy a poner a esta crisis. Doliéndome mucho cada muerte y contagio, y cada trabajador que se queda sin trabajo, y cada sanitario al borde del colapso personal, doy por terminado este diario que nunca lo fue.
Doy las gracias a quienes me habéis leído, día a día, a sabiendas de que comentar a tantos blogs como a veces seguimos, deviene en una tarea que ocupa cada vez más tiempo, que tenemos o no, y un cierto ánimo, que a veces tampoco nos sobra, así que de verdad, muchas gracias. Deseo que os cuideis mucho, porque quiero volveros a leeros a todos.
Desde la ventana
Lo que siempre fue su afición oculta, ahora puede mostrarla sin sensación de vergüenza. Doña Gertrudis se apoya en el alféizar de su ventana desde las ocho aproximadamente, y hace recuento de quiénes madrugan. Sin niños que interrumpan la visión , sigue repasando la calle, de izquierda a derecha, vigilando quiénes salen con bolsa y quiénes con carrito de compra. Lleva dos días al tanto de un coche que lleva a dos personas, uno que conduce, su vecino del número cinco, y una mujer que ha salido de atrás, con melena rubia y que no es su esposa. Saca el cuerpo todo lo que puede, por ver si, como parece, entra en el mismo portal. Hoy ha llegado una camioneta de reparto, llevando flores al edificio de al lado, al número cinco. Por no perderse en suposiciones, ha inclinado un poco más el torso, decantándose hacia afuera. Agarrada a la débil estructura del macetero, ha recordado, antes de caer, a su gato Micifú, quien murió tras meterse en una tubería, de la que no supo salir. Como dormiremos una hora más, espero, este cambio de horario nos vendrá bien :-), una hora más para disfrutar del confinamiento ¿no?. P.E. No, menos :-) a las 2, ponemos las 3. |
Dos partes, y como soy ordenada empiezo por la primera, me has asustado, pensé que te tomabas un descanso (que no estoy en contra, pero no es momento necesitamos contacto) luego he leido lo que yo pienso pero no siempre cumplo, que hay que dejar a un lado, no fuera, pero no en primer plano al virus, que se está apoderando de nuestras conversaciones y ahí es donde te aplaudo.
ResponderEliminarSegunda parte, dicen que las risas para el final, pues las escribo luego, me ha encantado tu relato (rozando el tema del virus, va a ser imposible dejarlo de lado) esa vecina y la manera que tienes de no describir y que todos le pongamos cara es genial, ese asomarse una, otra vez y la ultima y ya se acercan las carcajadas, me falta la nota del gato, Ahora si jajajaja
Unos abrazos sigo riendome
Disculpas me he extendido mucho.💐
EliminarTranquila, esto es un totum revolutum que no me aporta mucho, este blog es literario. Mis reflexiones y opiniones aquí no pintan nada. Constato una realidad que a mí me ha tranquilizado, sin más. A nivel social y económico es una barbaridad. La señora del visillo, ¿recuerdas?, ha existido siempre, pero ahora tiene la venia del vecindario :-)
EliminarUn abrazo y no te asomes mucho, no te decantes :-). Ni en broma te tengo poor fisgona, lo sepas. Cuidate mucho.
Puestos a morir, resulta más digno por coronavirus que por alcahueta.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja, caerse por ser fisgona ha de ser el Karma :-)
EliminarUn abrazo ye te cuidas
La curiosidad mató al gato (eso dicen)
ResponderEliminaren este caso, a la humana también.
Es que ser cotilla implica mucho riesgo... jajajaj
Besitos.
PD. Relatos, diarios, lo que sea que publiques es interesante. 😘
Y qué verdad. La curiosidad es el motor de la evolución, y la debemos conservar toda la vida, en exceso es un problema :-).
EliminarMe quedaré con relatos y poemas, que es donde me muevo más feliz :-). Gracias Laura. Un abrazo grande
Una hora más o una hora menos?
ResponderEliminarNo se adelantan los relojes?
Ay, ya estamos...
Menso, menos, que adelantamos el reloj, fue un lapsus :-)
EliminarUn beso, sin horario
Creo que es una hora menos, a las dos son las tres, pero bueno, ahora tenemos tiempo hasta para regalar...
ResponderEliminarSobre el relato, has dado en el clavo, la curiosidad es más peligrosa de lo que parece jajaja
Saludos.
Se adelanta el reloj, dormimos o lo que sea una horita menos.
EliminarLas cotillas de estar tras el visillo, que ahora son felices cual lombrices :-). Un saludo, Elvis
Otro efecto secundario de la pandemia. ¿O debería llamarlo daño colateral?, je,je.
ResponderEliminarTanto fisgoneo ha acabado con su vida.
Y sí, hoy tendremos una hora más para haver lo que nos apetezca. Para algunos será una hora más de aburriento y para otros una más para pensar o aprovechar el tiempo libre.
Un abrazo.
Tanto fisgar yo creo que impide vivir, pero oye, nunca he tenido esa afición de mirar por cotillear, igual es como ver novelas una detrás de otra :-)
EliminarAl adelantarlo, vivimos menos, me había equivocado. Un abrazo y a vivir, lo que nos dé el reloj :-)
Buenos días, podríamos decir que hay ventanas indiscretas que ven y observan y luego cuchichean ..esta situación está dando lugar a cosas buenas que las hay ,pero tan bien a cosas desagradables que tan bien las hay en fin a veces es mejor recluirse y seguir el propio criterio cada uno a su manera ...
ResponderEliminara su modo de ver y sentir las cosas. Y hoy creo que se adelanta una hora , con lo cual cuando nos levantemos el domingo sera mas de noche pero a las ocho será más de día ..algo asi ajajjaj . Un besote guapa.
Para ver según qué cosas, mejor quedarse adentro sin fisgonear, pero hay quien disfruta un montón, y me dio por imaginar a esa vieja cotilla que nos amargaba de jovencitos, ¿recuerdas ?
EliminarTienes razón, así el sol saldrá un poquito más tarde, que ahora me despierta temprano, y para nada :-). Un abrazote
Lo de dormir una hora más ya me había alegrado algo, pero... (He vuelto a la realidad)
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Cachis, es una menos :-). Un abrazo y tarde bonita
EliminarUn abrazo y buen finde.
ResponderEliminarBesos.
Igualmente guapa, cuidate mucho, con nulo pánico ni histerias, pero con precauciones.
EliminarNo es por nada, pero este relato tan imaginativo bien pedía más amplitud (¿o es meterme donde no me llaman?, es que me ha gustado la idea)
ResponderEliminarNo sé, tal vez la curiosidad de gato explicada mejor, pero intenté ser concisa para con esta señora del visillo :-)
EliminarUn abrazo
Penosa muerte la del gato.
ResponderEliminarFeliz confinamiento.
Un beso.
Explico poquito cómo llegó a a la tubería, pero fue la curiosidad lo que le llevó allí, al gato, a la la señora es la chafardería :-)
EliminarUn beso, Alfred, tarde bonita para ti
Tiempo perdido, porque para que le sirve "fisgonear", si luego no va a poder "chafardear" con las vecinas.
ResponderEliminarBesos.
jaja, eso es verdad, o sí, de ventana a ventana, o por skype, que hoy en día las viejas del visillo tienen mayor tecnología.
EliminarUn abrazo y cuidate mucho.
Solo cabe esperar y desear, que esto pase pronto para bien de todos y que nos quedemos atrapados como ese desafortunado gatito.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Esperemos que el confinamiento dé alegrías un día de estos, pero la economía ya...bueno, sin caer en tuberías como el pobre gato, que por curioso se metió donde no cabía :-)
EliminarUn abrazo, Dulce, y feliz finde
Tú has lo que mas disfrutes y te apetezca, pero no dejes de hacerlo, me gusta venir y leerte.
ResponderEliminarAyyy mecachis pobre gatito...
Un beso grande, y cuídate.
Me gusta siempre la ficción, pero no sé cómo me metí en este enredo :-). Nuestro gato, Lego se cayó, o tiró, dos veces por la misma ventana, de un primero. Por curiosear, y suerte que no le pasó nada.
EliminarUn abrazote y por favor te cuidas, que de esta salimos, seguro
No sería la primera vez que nos metemos donde no podemos salir... un buen relato, Albada. Te me cuidas mucho... esto tiene un final, aunque ahora mismo no lo veamos. Paciencia y ánmimo.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz tarde ♥
Bueno, espero que no nos metamos donde no cabemos. Pienso en los sintecho, fíjate, y dónde se meterán, si bien leo que habilitan sitios. En fin, saldremos de esta, seguro, ya falta poco
EliminarUn abrazo y porque confinamiento y precaución nos lleven prontito a lugar seguro
Este cambio será bienvenido siempre que aprendamos algo. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Aprenderemos, seguro y seremos mejores personas. Por supuesto, me he pasado y te sigo, porque tus reseña me parecen excelentes, y soy lectora de variados registros.
EliminarUn abrazo a por una noche tranquila y con lecturas amenas.
Hola Albada mira por donde tu entrada y la mía se titulan igual y las dos tienen como protagonistas a una mujer jejej. La mía no tiene gato, tiene mancha jijiji.
ResponderEliminarEl asomarse a la ventana da mucho juego, y en estos días mucho más.
Un abrazo
Puri
Ya lo leí, y es más inquietante que este texto mío :-).
EliminarEstos días, las ventanas y terrazas son como escaparates al exterior. Un abrazo
La curiosidad mató al gato! Muy buen relato Albada! Cómo me gusta leerte!
ResponderEliminarUn besazo!
Son refranes con sustancia. Y sabiduría. Los gatos son muy curiosos, pero esta señora les ganó :-)
EliminarUn abrazo grande, y feliz día.
La curiosidad mató al gato y a esta señora le ha pasado lo mismo. Tan fisgona y controladora ha tenido su precio.
ResponderEliminarMuy bueno, Alba.
La misma curiosidad, que en dosis normales es tan buena, nos lleva a malos ratos con facilidad.
EliminarHay gente fisgona desde siempre, ahora más por las redes o por programas de tele 5, pero en estos tiempos, muchos se están viciando ¿eh?. Un abrazo, y cuidate
Así lo estamos viviendo ,amiguca.Claro que uno siente todas las muertes que esto está causando,cómo no!!Y las personas que están enfermas y todo lo que repercute en la vida cotidiana,como así mismo el dlor de no poder despedirse ni de los tuyos.ES muy fuerte!!
ResponderEliminarPero ya lo dicen los psicólogos:Dejemos de estar hiperinformados porque sólo nos crea más ansiedad
LA señora de los vivillos...es que siempre ñas hubo ,mirando qué hacían los demás.Tal vez ella no tenga ni su propia vida,quién sabe.o está sola o...
Estamos siendo muy fuertes,ya lo creo!!Espero que poco a poco las noticias sean cada vez menos agobiantes
Besucos y A CASA!!sonrisa de regalo y ánimo!
Gó
Las raciones prolongados de noticias nos sienta fatal. Me apena mucho más la economía de los países poco desarrollados, porque la mortalidad es baja, pero satura los sistemas sanitarios y es un dolor inmenso para cada pérdida.
EliminarCada vez serán mejores, y eso reactivará la economía, pero de momento es duro. Un abrazo y cuidate mucho
Mira que Mona, nunca mejor dicho, está asomada a la ventana.
ResponderEliminarjaja, y Lisa, que también :-). Un abrazo garnde
EliminarEste año, no me importa demasiado el cambio horario... mañana, anochecerá más tarde.
ResponderEliminar¡¡Ay, la curiosidad!!!! Qué cosas!!
Besos
Esa es la gracia. Amanece más tarde, que a mi me viene bien, porque ya tenía los ojos como los de un búho a las siete :-), y anochece más tarde, que va bien tambiçen
EliminarTranquilidad, esto será pasajero. Un abrazo
jajaja, Albada, no aumentes la confusión que siempre trae consigo un cambio de horario. Yo estoy contenta, porque podré leeros antes a los que sois madrugadores, que en vuestro invierno yo siempre trasnocho demasiado...
ResponderEliminarLa curiosidad mató al gato y a la dueña, por lo que veo. Doña Gertrudis debería saber que a veces es más conveniente la imaginación que la información. A veces.
Me gustó leerte en esta especie de diario. Cumpliste los 14 días de rigor, pero éstos sólo son efectivos para los contagiados, que efectivamente en dos semanas se liberan del virus y generan anticuerpos. A los que no nos hemos contagiado todavía o no nos hemos enterado nunca sabremos si estamos libres de caer. No queda otra que apoyar y seguir este tiempo de recogimiento.
Un abrazo grande
Cúidate mucho
jaja, no fue intencional, pero luego me pareció casi cómico :-). Esa curiosidad tan necesaria, que se transforma en malsana cuando es para espiar a los demás. El karma, que a veces va y funciona, pobre mujer y pobre gato :-)
EliminarUn abrazo grandote y cuidate, que quiero seguir leyéndote, siempre gozoso.
Hay que tener cuidado con la curiosidad, aveces nos da sustos tremendos o como en este caso, pobre señora.....Saludos amiga, cuidate.
ResponderEliminarSí, la curiosidad es el enorme motor de la evolución humana, pero claro, llevado al extremo...fíjate los selfis que acaban mal por la curiosidad de...¿y si me acerco un poco más ?
EliminarUn abrazo y sí, a cuidarnos todos, que nos volvamos a leer todos
Desde hace un tiempo prescindo de la hora del reloj. Ahora me acuesto y me levanto cuando me apetece. Poco a poco me estoy enamorando de mi casa sin salir haciendo cosas que antes no hacía...en fín...
ResponderEliminarPues es magnífico prescindir del reloj, la verdad. Genial eso de hacer cosas que antes no hacías. Todo tiene su lado positivo, por supuesto.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Son estupendos los dibujos infantiles que nos rodean estos días desde las ventanas y puertas. Mis nietos también los tienen.
ResponderEliminarBesos.
Son esperanzadores, con ese arco iris, es verdad.
EliminarQue esté muy bien y puedas disfrutar de estos días de confinamiento igualmente. Un abrazo
Excelente relato. Se me ha hecho corto. Podría ser el embrión de una novela. La curiosidad mueve el mundo. El fisgoneo de unos vecinos sobre otros lo paraliza. Es... molesto. Muy bien explicado el entramado.
ResponderEliminarPobre gatito
Un fuerte abrazo
Y a seguir escribiendo que lo haces genial
La curiosidad mueve el mundo, y opino como tú, pero llevado a esa insania...lo atrasa :-)
EliminarUn abrazo y gracias, Ana