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Exactamente lo mismo que decía cuando estaba viva. No hubo manera de que dejara de repetir una y otra vez “que el arma es de verdad”. Al quitarnos los disfraces descubrimos que tanto el furibundo Rambo, como el Freddy Kruguer de la tarde eran reales. Ella siguió avisando hasta que el juez dictó su levantamiento de cadáver y el de otros cinco mujeres-policías de la rúa del Carnaval. .
¿Murió a balazos o asfixiada por el peso descomunal de un agente de la ley el orden supremacista y trumpiano?
ResponderEliminarjaja, quién sabe. Si estaba en USA podría ser fácilmente por lo segundo :-)
ResponderEliminarUn abrazo
No hay justicia sin espada.
ResponderEliminarAbrazo.
Tal vez no. Sería bueno pensar que con dialogo todo se arregla, pero lo dudo.
EliminarUn abrazo.
El arma es real, la vida lo es y la muerte los constata.Un micro excepcional. Abrazucos
ResponderEliminarEn ese instante, todo es real, porque la muerte nos pone en el centro de la realidad
EliminarUn abrazo, Ester
Ya sabemos que en muchos sitios a los jueces les cuesta llegar a tiempo.
ResponderEliminarUn beso.
Hasta el juez de paz, puede llegar tarde .-)
EliminarUn beso
Relato inquietante sin duda.
ResponderEliminarAbierto a muchas interpretaciones con tan pocas palabras.
Me he gustado pensar que pudo pasar.
Un placer leerte
Beso
Pasó que hay quien aparece disfrazado y nos engaña, pero al final se ve qué habita debajo de las máscaras :-)
EliminarUn abrazo.
Un relato que da mucho que pensar.
ResponderEliminarBesos.
En una rúa de Carnaval,la vida tal vez, hay un momentos de realidad también :-)
EliminarUn abrazo, Juan L.
Breve pero conciso.
ResponderEliminarUn abrazo.
La brevedad, que a veces es así de cortita :-)
EliminarUn abrazo
Ya sé que el blog se llama Micro relatos, el relato me parece efectivo, pero me deja con deseo de más. De como murió la policía, su condición de muerta que alerta del peligro, de disfrazados que son realmente lo que aparentan. Y si su advertencia sirvió para salvar a alguien.
ResponderEliminarAunque a la vez me parece efectivo. Y elegiste una buena imagen para acompañar el relato.
Un abrazo.
Es muy corto. Imaginé a una mujer vestida de policía, siendo atacada en un rúa, por gente disfrazad de lo que son en realidad.
EliminarPoco más. Un abrazo
Y me gustó. Ahora me recordó a Casandra, diciendo que no acepten el regalo de los griegos. No le hicieron caso. Y así le fue a Troya.
EliminarUn abrazo-
Es que hay decisiones que traen cola :-)
EliminarBuen finde. Un abrazo
Añado: y las cargas el diablo.
ResponderEliminarBueno, sí señora.
Y las carga el diablo, ya lo creo, por eso las armas, por bellas que parezcan, son siempre un peligro. Si son reales, claro.
EliminarUn abrazo
Qué bueno.
ResponderEliminarYo, por si acaso, cuando veo un payaso asesino me quito de en medio, porque nunca se sabe...
Un abrazo.
Esos payasos de carnaval pueden esconder a un psicópata, ya lo creo. Al final fiarse de los disfraces es siempre peligroso :-)
EliminarUn abrazo
Para la próxima hay que elegir mejor el disfraz :)
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sí, mejor disfraz de hombre de hojalata, pro si acaso :-)
EliminarUn abrazo
Genial relato...este tipo de payasos me dan yuyu...
ResponderEliminar😘😘😘💙
Son payasos, en principio inofensivos, eso sí, luego ya no tanto :-)
EliminarUn abrazo
Fantástico, como en tan poco queda reflejada la equivocación. Te felicito, Albada.
ResponderEliminarMil besitos para ti ♥
Equivocarse es tan humano, que nos fiamos de quienes creemos inofensivo.
EliminarUn abrazo
La brevedad de la genialidad, Albada.
ResponderEliminarFelicitaciones por ello. Ya que me encantan los micro-relatos.
Abrazos gigantes y feliz martes !!!
Este es realmente muy corto. Me alegra que te gustara, Joaquín.
EliminarUn abrazo
Desde luego como fiesta debió ser inolvidable.
ResponderEliminarLos carnavales de ahora son tan sosos... confeti, cuatro tontos dando vueltas... y ya está.
Besos.
Esos del texto sí que eran movidos, sin necesitar sangre de bolsita :-)
EliminarUn beso
Has hecho realmente un buen texto conciso pero repleto de señales.Mis felicitaciones, y fuerte abrazo !!
ResponderEliminarFiarse de los disfraces es que es muy temario :-)
EliminarUn abrazo, y gracias, Campirela
Un micro subliminal en el que escudriñar su trasfondo.
ResponderEliminarMuy bueno, querida amiga. La vida en sí misma es un auténtico carnaval.
Abrazos, y feliz tarde 💙
En esa rúa de la vida, vemos posibles disfraces, que en realidad esconden la verdadera esencia de quien los lleva, es verdad.
EliminarUn abrazo
Ya se sabe que el que avisa no es traidor.
ResponderEliminarUn abrazo, Albada
Pobre mujer, la imaginé insistiendo en avisar, pero parece que no le hacían caso :-)
EliminarUn abrazo
Hola, Albada.. Saludos después de una larga ausencia este verano, ya me estoy situando.
ResponderEliminarEsta imagen está diciendo aquello de "A por ellos que son pocos y cobardes"..jeje.
Un abrazo..
jaja, bien hallado. Ojalá hayas pasado unos días estupendos de vacaciones. Pues sí, la imagen me gustó :-)
EliminarUn abrazo
Humor negro no...humor negrísimo!
ResponderEliminarDelicioso relato, siempre con tus giros que marcan tu esencia!
Un beso.
Muy negro, pero la escabechina pudo ser de órdago, y pasar casi inadvertida.
EliminarUn abrazo
Un micro con mucho encanto y sentido del humor, un saludo
ResponderEliminarQue no perdamos el humor nunca, ni en carnaval :-)
EliminarUn abrazo
¡Qué buen micro, felicidades! Los relatos con vuelta de tuerca son los que más disfruto y este es uno de ellos.
ResponderEliminarBesos.
El final es esencial en un texto, o a mí me lo parce :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Oh, tétrico cierre.
ResponderEliminarLas armas eran de verdad, poco espacio quedada para que salieran ilesos :-)
EliminarUn abrazo
Buen relato que da mucho que pensar. Saludos amiga.
ResponderEliminarO simple jocosidad, según la lectura, Sandra. Gracias
EliminarUn abrazo
Mi amiga, dicen que de lo bueno
ResponderEliminarpoco, te quedo genial.
Besitos dulces
Siby
Las sobredosis no aportan nada :-), bueno sí, un empacho :-)
EliminarUn abrazo
Conciso pero algo extraño y lo peor es que sucede con frecuencia.
ResponderEliminarSaludos Alba Dos
Hay mucha gente disfrazada, incluso fuera de carnaval.
EliminarUn abrazo
Un micro muy bueno. ¡Y fuerte!
ResponderEliminarEnhorabuena :)
Saludos
A veces es que nos se necesita mucho más espacio. :-)
EliminarUn abrazo
La tragedia es más efectiva escrita en tono de humor.y te deja como descolocado, riendo te del drama
ResponderEliminarBesoss amiga
El drama se intuye, y cuando llega, no quedamos asombrados. Aquí la excusa del carnaval venía el pelo :-)
EliminarUn abrazo, amigo
El otro día empecé a ver una serie (muy mala por cierto) no pasé del segundo capítulo...que trataba de algo parecido, un asesinato en Halloween ... nadie se daba cuenta que la sangre era real. Disfraz perfecto... jajajaja súper real, vamos!
ResponderEliminarBesos.
Es el día perfecto para usar ciertos instrumento :-) y sacar de paseo lo peor de uno :-)
EliminarUn abrazo
Inquietante relato, Albada:
ResponderEliminarHace pensar...
Besos
Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Eres la maestra del relato breve. Eldia menos pensado sale de la pantalla de nuestro ordenador una pistola y nos matas a todos...
ResponderEliminarJaja, no por Dios, no. :-)
EliminarUn abrazo grande
En Carnaval, la verdad y la mentira bailan juntas. En realidad, creo que siempre lo hacen.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Bailan juntas y entrelazadas. Los disfraces son medias verdades, no siempre mentiras :-)
EliminarUn abrazo
Un relato que estremece y es genial !! Beaos
ResponderEliminarMuy corto, pero a saber qué dirá la mujer :-)
EliminarUn abrazo