Siguiendo la iniciativa de Dorotea, qué pasaría si no tuviéramos algo, mi aportación es la que sigue
No sonó la alarma del móvil, que encontré
sin batería de buena mañana. Sin luz en el lavabo, y con una vela de las que tengo
para aromatizar, lo que vi en el espejo fue poco, y sin calentador eléctrico, el
agua salía heladita. Lavado de cara como los gatos y tira palante, me dije. El
microondas no iba, y me calenté el café con la cocina de gas, tras encender una
cerilla, pues le piezo eléctrico no me ayudó a que prendiera.
El ascensor no funcionaba, así
que no pude ver que llevaba el jersey del revés. La salida del parquinq no funcionaba,
pero, a diferencia de mis vecinos, sí podía ir andando al trabajo, donde llegué
cuando llegué, tras haber hecho la caminata que me despertó, sobre todo porque,
sin farolas, esquivar alguna caca de perro estuvo medio complicado. Al llegar
me preguntaron que qué hacía, que si no había recibido un wasap comunicando que
quien no pudiera llegar, pues que no sufriera. Los ordenadores no funcionaban,
pero la telefonía sí pero no, porque todos los aparatosos iban conectados a la corriente. Hasta media mañana pudimos
hacer más o menos el trabajo, si bien algunos cálculos fueron manuales, en mi
caso, porque había quien tenía más batería en su móviles o cargas auxiliares.
No tenía memorizado ningún número de teléfono de mi agenda. Las ventanas bien despejadas me hicieron
sentir bien con el solete que entraba. La hora de acabar me pilló sin haber
comido nada, y barajando, como todos, qué pasaba regresé a mi casa parando en cada bar o tienda abierta que encontré,
solicitando el favor de poder conectarme a su red, o, en el último bar, un bocadillo
de salchichón.
Mi ciudad seguía sin luz, y con
unos trastornos enormes de tráfico, por los semáforos apagados. Sin la premura
de la mañana, me vi haciendo revisión de mi cocina, y de la nevera. De velas y linternas.
Sin
tele, con una radio a pilas, ni ordenador ni agua caliente la tarde se me hizo difícil
de pasar. Me había quedado, además, sin amigos. Ni Facebook, ni wasap, ni
teléfono. Me sentí más incomunicada que un ermitaño. En la noche cayó el frío y
la oscuridad. Suerte de una estufa catalítica con bombona, pero habría sido más
bonito una chimenea. También eché de menos una mascota, y acabé por dormirme.
Hoy me ha despertado el sonido
del calefactor del lavabo, a todo trapo. En el piso parece estar todo en orden.
Hoy, creo que iré besando cada aparatito que ayer eché en falta.
Palabras. 430
Desde luego, nos hemos acomodado tanto a esos complementos que nos hacen la vida más fácil y confortable, que si nos fallan nos quedamos mudos, sordos y ciegos, inútiles totales, vaya, je,je. De hecho es como la salud, que uno solo la echa en falta y la valora cuando la pierde.
ResponderEliminarMuy bueno este relato con moraleja.
Un abrazo.
Es así, en mi texto eran horas, un día, y ya para ese tiempo se echaba de menos de todo. Es cierto que no valoramos lo que tenemos hasta que no podemos acceder a ello.
EliminarSomos así :-). Un abrazo, y feliz día
Que bien lo has descrito, somos más consumistas de lo que nos creemos. Sin todos esos elementos que nos has comentado pasariamos un dia como la protagonista. Es difícil pensar que haríamos sin todos ellos. Es bien cierto que nos acostumbraremos pero en realidad se les echaria en falta. Un besazo y feliz día.
ResponderEliminarFíjate que la lectura no necesita electricidad, pero sí luz. Nos acostumbramos a lo bueno con una facilidad espantosa, también a lo incómodo, pero cuesta más.
EliminarUn abrazo
La tan necesaria electricidad en el mundo de hoy, pero por lo menos, energía de cualquier tipo para poder calentar alma y cuerpo.
ResponderEliminarBesos.
Pue sí, sin electricidad todo se muy difícil, por mucho que hasta el siglo veinte el hombre no tuvo acceso en sus hogares a esa fuente de energía.
EliminarUn abrazo, Amapola
Ya no nos imaginamos una vida sin alguna de las cosas que la hacen tan placentera.
ResponderEliminarUn beso.
Nos cuesta imaginarla. Porque la electricidad en concreto nos ha hecho la vida muy fácil. Internet la ha cambiado a mejor, pero la luz es in invento inmenso.
EliminarUn beso
jaja en época de total dependencia electrónica, lo que más se extraña es la electricidad!
ResponderEliminar=D
Claro, hasta los amigos, mantenerlos, depende mucho de ella :-)
EliminarUn abrazo
Si algunos volvemos la vista atrás, todavía podemos recordar aquellos cortes, tan frecuentes, de la luz en los pueblos... ¡Qué tiempos y qué edad...!
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por recordarnos un poco de ese tiempo.
Cierto, con cada tormenta se iba la luz, pero hasta no mucho tiempo. Y cómo se echa de menos.
EliminarUn abrazo, y vamos a por este viernes
Nos acostumbramos a tenerlo todo y cuando algo nos falta parece que se acaba el mundo.
ResponderEliminarLo contaste con naturalidad y muy bien.
Un abrazo Albada
Puri
Uno se acostumbra a lo bueno peo con mucha facilidad, y a la inmediatez si te fijas. Luego se va la luz, o un pagina de internet tarda en cargarse, y ya nos desesperamos.
EliminarUn abrazo
Algo tan básico como la electricidad, qué indispensable es...
ResponderEliminarTu relato me hace pensar si no nos encontraremos con una situación así más pronto o más temprano en todo el planeta... Dependemos de algo tan frágil...
Un abrazo :)
Dependemos del uso de la tecnología. Del agua, el viento y el sol en origen, pero sobre todo del acceso barato a la energía. Veremos qué pasa.
EliminarUn abrazo
Así sería y es cuando nos falta la electricidad, nos quedamos con una vela y esperando todo se solucione pronto, incomunicados y aburridos. Cómo habrá sido vivir en tiempos antiguos sin tanto que tenemos hoy?
ResponderEliminarUn beso dulce.
Pues se leía más, se tejía más, se cocinaba más...con lo que había. Es un fastidio quedarse sin luz, eso en hoy en día es innegable.
EliminarUn abrazo
Ese sí que fue un día negro, porque todo salió mal ese día. Por lo menos si hubieras tenido una mascota, te hubiera encendido la luz en tu día con su compañía.
ResponderEliminarBesos enormes.
Claro, un perro amigo, o aun gato habría hecho mucho más que compañía.
EliminarUn abrazo, y a por un bonito finde, María
"habría sido más bonito una chimenea" la nota romántica a un relato genial, sin electricidad no somos nada y no lo pensamos nunca. Abrazos
ResponderEliminarEsa nota no podía faltar ¿eh? :-). Gracias.
EliminarUn abrazo, Ester, a por este finde
Es cierto, Albada, no somos conscientes de lo que tenemos a solo un clic, es curioso que cuando se va la luz, es cuando más cosas vemos que nos faltan.
ResponderEliminarTe felicito, genial como siempre.
Mil besitos para ti y muy feliz día ♥
No somos conscientes ni valoramos. Luego un día no va la lavadora y es una tragedia, y lo es. Nos quedamos sin intranet y ni te digo :-)
EliminarUn abrazo
Son muy románticas las chimeneas. Pero gracias a la electricidad podemos interactuar, escuchar música con altavoces, hacer estudios de mercado y ver alternativas al precio de la luz, etc.
ResponderEliminarGenial como siempre con tus relatos, Albada. Gracias por compartir estas maravillas y te remito abrazos con cariño desde mi costa meiga.
ES que el texto lo pedía :-). Con la luz hemos ganado una infinidad de cosas, pero perdido la magia de mirar la lumbre, la maravilla de leer hasta la noche, por ejemplo. Claro, me quedo con lo que hemos ganamos. :-).
EliminarUn abrazo y a por este viernes
NI modo de prescindir de estos artefactos. Aún no somos tan inteligentes para la comunicación telepática, y encender con la chispa del cerebro. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarIgual un día lo conseguimos, pero queda por investigar, por supuesto. Somos pendientes de artificios, eso seguro.
EliminarUn abrazo
cuando se va la luz, me entra una angustia tremenda. no sé si es que me recuerda a algún trauma enterrado en el subconsciente... o simplemente me agobia el hecho de no poder leer ni mirar el ordenador, y que se estropee lo que hay en la nevera.
ResponderEliminarabrazos!
El miedo a la oscuridad es tan atávico, que hay quien lo mantiene toda la vida. Pero es que la luz es la alegría, y las noches se domestican con ella.
EliminarUn abrazo, y a por un lindo finde
Sin electricidad nos sentimos huérfanos.
ResponderEliminarA eso hemos llegado.
Besos.
Y sin amigos :-)- Un beso
EliminarA veces viene bien perder todas esas referencias para conectar con otras partes internas nuestras. Pero qué duda cabe que ya no podemos vivir sin ellas. Lo importante quizás sea valorar que la vida pueda seguir sin ellas.
ResponderEliminarEs precioso tu relato.
Un beso grande.
Sin duda, creo que de vez en cuando bastaría con estar un par de días sin artilugios, para reconectar con uno mismo.
EliminarUn abrazo y por un finde estupendo
Tu relato es tan real como la vida misma. Sin electricidad no somos nadie, esa es la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo, Albada
Somos poquito, es verdad, y nos quedamos aislados, lo que además influye aún más en que nos moleste.
EliminarUn abrazo
La verdad Albada es que tu despertador del móvil te quería hacer un favor. Lo mejor para ti ese día es que hubieras seguido durmiendo, sin enterarse de nada .. Pero mira un día de Gincama, también es distraído..
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja, era mi mejor amigo, dejarme dormir hasta que regresara la luz :-). De vez en cuando estaría bien estar desconectados, no sé si sin luz :-)
EliminarUn abrazo, Llorenç
No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos.
ResponderEliminarMuy buen relato, Albada! 👏🏼👏🏼👏🏼
Seguro, nos pasa con todo, con el oído, la vista...con todo
EliminarUn abrazo
Seguro nos amoldaríamos, tenemos la capacidad, pero vamos, a quién no le gusta la comodidad.
ResponderEliminarAbrazo
Sin duda, nuestros abuelos no tenían y vivieron bien. Pero cuesta imaginar.
EliminarUn abrazo
Estamos acostumbrados a la comodidad. Cuando nos falta es cuando aprendemos a valorarla.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
La comodidad es que es muy fácil de adoptar, así de claro. Valoramos lo que ya no tenemos, pero mientras está, ni caso :-)
EliminarUn abrazo grande
Interesante como lo has descrito y manejado, como todo seria diferente.
ResponderEliminarGran relato.
Un abrazo
Y sería muy diferente, pero por un día, creo que ya uno se hace la idea.
EliminarUn abrazo
Nos acostumbramos a lo bueno, a las comodidades y cuando falla la electricidad es un caos terrible. Saludos amiga. Un relato muy bueno
ResponderEliminarEs que es muy fácil adaptarse a lo cómodo, sin duda. Por un bonito día, Sandra
EliminarUn abrazo
palante bella y querida
ResponderEliminarpalante que es lo único que nos queda poeta de las bellas letras
Palante. Para atrás, para tóner impulso, como mucho
EliminarUn abrazo
Dependemos de tantos "chismes" que no me extraña que bese el microondas.
ResponderEliminarUn saludo, gélido pero con chimenea.
Sería para hacerlo, en mi texto, y no te digo al móvil, abrazos achuchados :-)
EliminarUn abrazo, sin chimenea. :-)
Muy bien descrito ❤
ResponderEliminarEn tono un poco jocoso, pero para mí la electricidad es imprescindible.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Ya estoy aquí..... Procuraré visitarte, si puedo, a diario.
ResponderEliminarOtra cosa es que comente. Me conformo con leer.
Saludos de un antiguo amigo.
Tranquilo. Son textos cortos, este es larguito. Y no pongo más de dos por semana :-)
EliminarUn abrazo grande
Lo leí. El Estado de Bienestar nos comió el tarro, y ahora vemos, y somos conscientes, de lo que podemos perder si hay una avería gorda.
EliminarNo es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita.
En tu situación, yo si tengo mascota.
Jaja. Lo de la mascota. Pues nos han vendido la moto de tener y tener. Y así nos va. Lo de ser o disfrutar con cualquier cosa no vende. Me cachis :-)
EliminarUn abrazo. Bonita noche te deseo
No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos, sea por mucho o por poco, pero es que no estamos hechos ya a que sepamos ser resolutivos, ocurrentes... Nos ahogamos en un vaso de agua y te aseguro que si nos ponemos, lo sobrevivimos.
ResponderEliminarUn beso muy grande, Albada.
Sobrevivimos con poquito, pero es demasiado fácil acostumbrarse a lo bueno, rápido y cómodo.
EliminarUn abrazo, y feliz noche
Es bueno que ocurra de vez en cuando una cosa de estas, para que apreciemos esas pequeñas cosas que no valoramos porque las tenemos incorporadas a la rutina. Y qué bien lo has descrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es preciso valorar las pequeñas cosas que normalmente no consideramos. De vez en cuando, sería hasta conveniente.
EliminarUn abrazo, Macondo
Doña Electricidad se ha adueñado de nuestras vidas, nos tiene sometidos convirtiéndonos en sus esclavos.
ResponderEliminar¿Qué le vamos a hacer? ¡Es la vida!
Pues siendo cara, de escándalo, sin ella la vida sería otra, la que ya fue.
EliminarUn abrazo
Boa tarde Alba, não lembro a última vez em que eu fui em um lugar onde não existe energia elétrica. Bom final de semana.
ResponderEliminarEs que parece imprescindible. En realidad ayuda mucho, peto se puede vivir sin electricidad.
EliminarUn abrazo, Luiz
verdaderamente me has llegado a angustiar, tantas carencias o malfunciones son producto de una pesadilla. Menos mal que no hay mal que cien años dure y al día siguiente tenemos la convicción que todo vuelve a funcional.
ResponderEliminarPost data: el bocata de salchichón magistral. Buen fin de semana
Pues un par de días cada cierto tiempo, deberíamos vivir sin electricidad ni goyerias. Creo que nos iría bien. Es que sin un detallito cómico, como el bocata, perdía fuelle el texto :-)
EliminarUn abrazo.
Por favor Aldaba! Menudo día que pasariamos sin ningún aparato funcionando. Aislados de las redes y amistades, y llenos de miedos. Muy bien descrito, angustioso, y lo peor es que puede hacerse realidad en cualquier momento, a cualquiera de nosotros.
ResponderEliminarAbrazos querida.
En Falset, un pueblo cercano tarragonés, ha sido exactamente así, con las nevadas. El WiFi costó tres días, y la luz uno y medio. Una compañera lo comentaba, hasta que se quedó sin batería. Pero se sobrevive, ella con chimenea, eso sí:-)
EliminarUn abrazo, Lucía
Es algo que por acá puede pasar, con relativa frecuencia. Las empresas no son un ejemplo de eficiencia.
ResponderEliminarBien contado.
Besos.
Pues pasa, sin duda. Antes era cada vez que había tormentas intensas, ahora ya menos, pero por el precio que cobran por la electricidad, deberían ser a prueba de bombas :-)
EliminarUn abrazo
Beautiful post
ResponderEliminarGracias. Un abrazo
EliminarQuerida amiga: Tu lo que necesitas para poder vivir, son veinte cosaa diversas, aunque todas són de la misma madre: Doña Corriente Electrica. Como ella lo sabe este año se nos va a comer enteros. Ja verás la facturita ya,.... Luego me lo cuentas, vale??? muchos besos
ResponderEliminarjaja, soy muy de usar lo que va llegando y me resulta útil. Mi cocina apenas tiene electrodomésticos, salvo nevera y microondas, pero las facturas de la luz me temo que todos pagamos mucho en ellas.
EliminarUn abrazo, y por un bonito día
A veces me pregunto ¿que seria si nos faltara la luz?. Tu entrada tan bien escrita
ResponderEliminarMe ha dado la respuesta. Si, dependemos de Doña Elistricidad.Esperemos que sus faltas sean leves,
Un abrazo amiga fue un placer leer tu escrito.
Dependemos por completo, al menos esa percepción tengo yo. Y es una pena, porque luego lo echamos de menos enormemente.
EliminarUn abrazo y muchas gracias, Josefa
Me has hecho sonreír.
ResponderEliminarCreo que necesitamos vivir algunos días en el campo sin comodidades, para hacernos a lo más básico, aunque parece mentira es posible sobrevivir.
Un placer leerte
Beso
Lo es, creo que de vez en cuando deberíamos estar sin luz, pero sobre todo sin internet. Por poner los pies en el suelo, y saber observar lo que no rodea, sin ese correcorre que llevamos.
EliminarUn abrazo, y vamos a por este domingo
En mi ciudad hay barrios con largos cortes de luz desde hace años. Estos días hay movilizaciones frente al ayuntamiento y con la televisión local. Me has hecho pensar en ellos!
ResponderEliminarEso sí, cuando empezaba a leer tu relato me acordé antes de nada de los cortes de agua que hemos tenido en casa en los últimos meses. Que me levantaba con el agua cortada y no volvía hasta la tarde... la de cosas que no se pueden hacer sin agua!! Llevo poco tiempo leyéndote, pero siempre mueves algo.
Un abrazo!
Lo del agua ya... Eso son palabras mayores. Si se junta a la falta de luz ya ha de ser una tragedia cotidiana. Una pena que haya gobiernos, que permitan esos servicios en precario.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Me gusta lo que has escrito
ResponderEliminarTe ejo un saludo enorme desde Miami a tu ciudad eterna
Gracias. Un abrazo vuela hacia Miami :-)
EliminarEs lo que suele ocurrir, que no valoramos lo que tenemos, sobre todo las pequeñas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Desastre total, apagón y falta de batería, soledad y aburrimiento... sin embargo una valiosa lección: no te pasó nada grave por vivir un día sin las comodidades "imprescindibles". Claro que en hospitales etc. la situación sería más grave. Gracias por tu aportación y un abrazo
ResponderEliminarBueno, una tragedia muy pequeña. No fue mi caso, pero lo imaginé. Hay demasiadas cosas que creemos imprescindibles, que no lo son, y estaría bien tenerlo en cuenta.
EliminarUn abrazo, y gracias, por tu tiempo y buen hacer
Es algo así como el lastre de nuestro confort porque si nos falta algo, pareciera que se nos viniera encima el mundo.
ResponderEliminarUna abrazo grande, amiga.
Parece una hecatombe, cuando en realidad es una adversidad con poca trascendencia, pero son los tiempos, de internet y la dependencia de la electricidad.
EliminarUn abrazo, amigo.
Nos hemos vuelto muy dependientes de la energía eléctrica. Pero subsistimos mejor a que nos falte el servicio de gas natural, porque ahí si en este invierno cruel es grave.
ResponderEliminarBueno, es que el das ciudad nos garantiza el calor en invierno. Pero ambas cosas, en el fondo, son prescindibles.
EliminarUn abrazo, y feliz semana
Hoy día la electricidad se ha vuelto indispensable en las casas. Muy contado. Un abrazo.
ResponderEliminarPues sí, se nos ha hecho imprescindible. Gracias.
EliminarUn abrazo, Chelo
No somos nada sin la electricidad y tu relato lo resume perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Nos vemos muy limitados, es verdad, pero qué bien que a veces estemos sin ella, para ver que no es imprescindible.
EliminarUn abrazo grande
Siempre formidables tus letras
ResponderEliminarPaz
Isaac
Muchas gracias, Isaac. Un abrazo, y por una semana bonita
Eliminar¡Hola, Albada!
ResponderEliminarPues todos tenemos un día complicada. Está comprobado que sí nos falta la tecnología, parecemos de las cavernas. Jijiji. Gracias a Dios, siempre hay un nuevo amanecer y un cielo despejado.
Bonito relato.
Un fuerte abrazo.🌷😘
Sí, parecemos cavernícolas, pero hay que recordar que hay muchos habitantes de la tierra, que aún no tienen luz en sus casas, y lo que es peor, no tienen ni agua corriente, para relativizar la tragedia :-)
EliminarUn abrazo grande
Con el temporal Gloria, estuve 48 horas sin luz y lo que más eché de menos no fue internet, ni la ducha (con el agua que cayó había quedado empachada), ni el calefactor (por suerte tengo chimenea) sino poder calentar un cafetito y hacer la comida. Pocos días después me compré una estufa de butano. Al menos por ahí no me vuelve a atrapar.
ResponderEliminarCreo que dependemos demasiado de la tecnología, y al paso que vamos este 2021 nos va a dar más de una sorpresa en ese aspecto.
Un abrazo
Pue sí, Internet ha sido una revolución en las vidas del primer mundo. Yo diría que tras el agua corriente, de lo más impactante.
EliminarSomos dependientes de la electricidad, vaya que sí. Un abrazo, y a por un bonito día
Algunas veces he pensado en cómo sería nuestra vida sin electricidad. Pude hacerme cierta idea en el terremoto de 2010, aunque fui de las afortunadas que se quedó sin suministro eléctrico por poco tiempo. Somos tan dependientes ya que una catástrofe que nos dejara sin luz podría ser incluso peor que la pandemia. Como tengamos que volver a vivir como nuestros abuelos o bisabuelos vamos a durar poco.
ResponderEliminarBuen relato y buena reflexión.
Un abrazo grande
Sé que podríamos sobrevivir, pero ojo, quedando muy lesionados, porque internet depende de ella, y la luz, que ya es decir. Nuestros abuelos vivían su tiempo, con sus comodidades, que hoy en día vemos obsoletas, pero para muestra basta un botón, como tú es ese corte de luz.
EliminarUn abrazo