Siguiendo la iniciativa de Molí del Canyer. sobre pasillos, mi aportación es la que sigue, pelín larga, pero no supe recortar más.
Por un alquiler irrisorio habían
alquilado el chalet de Sarriá. Por una vez, la suerte les venía de cara a la joven
pareja con un niño. Joaquín sonreía al ver que la empresa de
Barcelona era potente y de fiar, con un sueldo estupendo. Eva le siguió a la
ciudad condal, enamorada y segura de que tenían ante ellos una nueva etapa,
esta vez de bonanza.
La casa era enorme, pero no por
ello dejaron de visitarla con el de inmobiliaria. Fue amor a primera vista, les
gustó todo de ella, aunque el precio influyó decisivamente.
Nadie les había dicho que hubiera
nada tras la puerta de ese final de la segunda planta, y al instalarse, dieron por
hecho que sería un trastero, ya que la buhardilla no se había habilitado, e
incluso creyeron que alguna paloma había anidado allí, a tenor de los sonidos
que alguna vez escucharon. No les dieron llave alguna para esa puerta, la única
con cerrojo en toda la casa, y por meses se olvidaron de ella. Un día, un
cerrajero curtido acudió a resolver el tema de la puerta cerrada, pero tras
mirar por el ojo de la cerradura, salió corriendo, dando mil excusas. Eva, al ver
cómo huía, se aseguró que el pequeño Dani estaba durmiendo en su habitación, y
haciendo palanca con la tenaza de la chimenea, consiguió abrirla.
Era un pasillo, con telarañas
desde el techo hasta una altura de un metro, más o menos. El polvo, al entrar
ella, se avino a revolotear, dando al espacio un aspecto fantasmagórico. Eva no
se amilanó, puso un trapo en la escoba y se adentró. Al instante la puerta
quedó cerrada, si bien ella no notó corriente de aire alguna. Al poco, era un
sentirse dentro de un remolino que la succionaba. Luchó, pero no podía hacer
nada. Se aferró a la escoba, como a un agarradero que la pudiera mantener en
este plano, en esa casa, pero la propia escoba parecía un timón que pudiera
acelerar el movimiento centrípeto. Eva
sentía cómo la carne se le pegaba más y más a los huesos, para que más tarde,
segundos tal vez, un dolor en la cabeza fue in crescendo, llegando a ser como
un taladro en su mente. Se escogía a pasos agigantados, hasta desaparecer,
dejando una escoba en el suelo, alicaída y lánguida.
Al llegar Joaquín, el llanto del
niño le alertó de que algo andaba mal. Encontró una escoba en un pasillo recién
descubierto, pero ni rastro de Eva. Los policías recabaron información y
concluyeron que esa mujer había huido. La foto de ella estuvo como pasquín por
las farolas del barrio durante semanas, pero nunca se volvió a saber de Eva, ni de las tres inquilinas previas.
Palabras: 457
Muy buenos días y fantasmagóricos, sin duda en esa casa algo tuvo que ocurrir y en ese pasillo las fuerzas del mal se concentraron arpa apropiarse de un cuerpo joven, sano y puro. Muy bueno me gusto mucho, mucho. Un feliz día y besotes.
ResponderEliminarMuchas gracias. El pasillo estaba cerrado, seguramente por algo, pero la curiosidad es innata.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Un relato gótico, como llaman ahora aunque no sé por qué, con final de orfandad. Deslizante la historia, que atrapa, pero un final de terror. Y la orfandad.
ResponderEliminarEsa orfndad es absurda además, Eva podía haber dominado su curiosidad.
EliminarUn abrazo.
Estremecedor relato, Albada. Me ha encantado la intriga y todas las pesquisas del misterio. No se podía recortar... no, me he quedado con ganas de más, es una historia a desarrollar. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz día ♥
Pues intenté poner menos, pero entonces perdía parte del sentido. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Según iba leyendo, me adentraba en la escena poniéndome la carne de gallina... algo de malas energías había en aquella casa!
ResponderEliminarMe encantó Alba.
Un abrazo
Sin duda, pero no le alertó el alquiler tan barato, ni el cerrajero aterrorizado. Hay casonas con mucho misterio.
EliminarUn abrazo, y por una bonita tarde
Un pasillo con fenómenos extraños, me ha encantado Alba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estaba clausurado por algo, eso seguro, pero la mujer tuvo curiosidad, y es razonable, es tu casa.
EliminarUn abrazo
¡Hola Albada!:
ResponderEliminarQué relato tan misterioso...Me he quedado con ganas de más. Muy intrigante.
Un abrazo.
Pues gracias. Daría para más, de ehecho él venía de Madrid tras dimitir por una denuncia falsa de acoso. Y tras la desaparición de Eva la historia sigue, claro.
EliminarUn abrazo y tarde linda te deseo
Es como el guión de una película de misterio... Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael. Un abrazo
EliminarMe ha recordado a una película que vi no hace mucho tiempo y que ocurría tal cual, menos el final. Esas casas son bastanta recurrentes en dichas películas, pero tu le has puesto tu imaginación y has hecho desaparecer por arte de ensalmo a la mujer de la familia y en escoba, como las brujas. Tal vez la casa estuvo habitada por una.
ResponderEliminarNadie se podía esperar al principio del relato, tal desenlace.
Muy bueno.
Un abrazo.
Era la intención, la casona era buen lugar para pasillos con misterios, y me decidí ;-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Vaya, no sólo es de terror sino tan gráfica que quisieras huir de ahí, decirle vamos, no sigas y... de pronto no puedes hacer nada. Después queda el vacío, sabes que nunca más se sabrá de ella. ¿O no? Solo tú podrías seguir indagando.
ResponderEliminarMuy buen relato Albada.
Un abrazo
Quién sabe si quienes son apresados van a otra dimensión, eso nunca se sabe :-).
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
He pasado un bonito momento leyéndolo, gracias. Estaré pendiente del poemario. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te gustase el texto.
EliminarUn abrazo
Seguro que ese piso estaba en el antiguo campo del Español, jajjajajaja.
ResponderEliminarTerreno maldito por los siglos de los siglos, jajjaa
Besos.
Capaz amigo, dicen que hay maleficios tremendos :-)
EliminarUn beso
Un pasillo embrujado, o la casa completa tal vez, una historia completamente escalofriante.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Seguramente es toda la casona, pero el disco duro era el pasillo :-)
EliminarUn abrazo, Dulce
A partir de ahora habrá que tener cuidado con los pasillos, nunc se sabe hasta dónde llegan y si encima hay puerta...
ResponderEliminarMuy buen relato como siempre, Mary Higgins Clark.
Esa puerta ya estaba allí por algo, pero claro, la curiosidad es como es.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Uf!!! Qué miedo ...yo no me hubiese atrevido a entrar.
ResponderEliminarConsigues emoción e intriga que me parece era tú propósito.
Un abrazo
Lo era, un poquito de intriga nunca viene mal :-)
EliminarUn abrazo, Chelo
A quién se le ocurre, ponerse a limpiar el pasillo secreto, seguro que los fantasmas la ponen a planchar sus sabanas.
ResponderEliminarLa vieja casona, todo un mundo para las historias de terror y suspense, que buena historia, para contar junto a la chimenea.
Un abrazo.
jajja, esos fanatsmas ahciendo planchar me llegaron al alma :-) Hay historias de chimenea mientras el frío viento ulula por fuera, y qué buenas son.
EliminarUn abrazo,Ángel, y feliz día
Aysss ese pasillo me hizo acordar a la película EL RESPLANDOR..
ResponderEliminarQué bien contado, consigues que se nos pongan los pelos de punta... me encantó!
Un beso.
No pensé en ella, ya ves, pero bien pudiera ser la misma historia :-)
EliminarUn abrazo, Luna. Bonito día te deseo
Un pasillo tenebroso, y una Eva en el paraíso, a veces los pasillos nos liberan.
ResponderEliminarPudiera ser, pero un sitema para regresar la paraíso muy duro ¿eh? :-)
EliminarUn abrazo
Como bien se dice, la curiosidad mató al gato.
ResponderEliminarBuen ralato.
Un abrazo.
Claro, es la gracia :-). Un abrazo, y bonito día para ti
EliminarUn pasillo de terror, muy bueno. Todas las desaparecidas inquilinas, decía una amiga mía muy sabia que donde hay personas hay mierda, pero además de telarañas ¿qué es lo que había allí?
ResponderEliminarBesos
Bueno, tu amiga del todo no se equivoca. Hay algo que es como un agujero negro, digamos.
EliminarUn abrazo, Esther
Los temas de terror no pasan de moda y si estan bien escritos nos entretienen y asustan un poco jeje. Abrazos
ResponderEliminarNo pueden pasar de moda, pero este es muy ligero, no creas.
EliminarUn abrazo, Ester, y a por un bonito jueves
Era un pasillo a la eternidad, ¿por qué no tq habré leído a las diez de la mañana?? ahora me va a costar dormir,
ResponderEliminarjajaj, bueno hay cositas que mejor leerlas de día, eso sí :-)
EliminarUn abrazo
Gracias Arthur. Un abrazo
ResponderEliminarAterrador pero lindo relato. Esas casas con puertas que no se abren, pasillos por los que nunca deberíamos pasar, me dan miedo, se seguro algo malo acecha ahí...... Saludos.
ResponderEliminarSon casa con historia, quién sabe con qué más, ¿no?
EliminarUn abrazo, Sandra
Quisiera saber más de este relato, tal vez una pista de dónde están las desaparecidas o qué provoca ese fenómeno que las desintegra.
ResponderEliminarMe quedo con ganas de más 👍😉
Besos
Pues yo también, imagino que los policías no llegaron a entrar, pero algún físico podría explicar qué pasa allí.
EliminarUn abrazo, y gracias
Un pasillo come-mujeres, je,je. El cerrajero bien podría haber alertado de lo que vio por el ojo de la cerradura en lugar de poner pies en polvorosa. Pero así son algunos operarios.
ResponderEliminarBromas aparte, me ha parecido un relato al más puro estilo del género de terror, con una desparición que queda sin resolver. Además, lo has ido desarrollando, paso a paso, para mantenernos en vilo hasta el final. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Es que somos más curiosas, eso es everdad. Pues me alegro que rate gustara.
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Te vas a reír de mi comentario pero, -yo con mis tontunas-, imaginé que Eva desapareció del mundo de los mortales, pero, quizás fue trasportada a un mundo mejor.
ResponderEliminarEn cualquier caso , que lance la primera piedra, el/la que se resista a abrir puertas cerradas con llave.
Me ha gustado como lo relatas.
Un abrazo.
Imaginé una plano parelelo, algo así como agujero negro celeste, o física cuántica tal y como la conocemos, que además no aceptaba la escoba :-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Tal vez fuera el pasillo hacia el infierno. Nunca se sabe.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso
Tal vez otra dimensión, no podemos saberlo, claro.
EliminarUn abrazo
Qué estupendo relato! De los que me gustan, con cuota de misterio que invita a dejar suelta la imaginación del lector. Un placer leerte. Un abrazo
ResponderEliminarPues qué que te haya atrapado con el texto, me alegra mucho.
EliminarUn abrazo, y por un bonito finde
Boa tarde Alba. Um corredor que nos dá um susto muito grande.
ResponderEliminarUn susto sin vuelta atrás, además :-). Un abrazo
EliminarUf, qué miedo... Siempre hay algo aterrador en los corredores y su final. ¿Quizás la protagonista llegó a un mundo alternativo? Qué pena que su marido y su bebé no supieran nada más de ella.
ResponderEliminarUn besazo, Albada
Claro, al no saber que se iba, no hubo despedidas, lo imaginé misterioso todo.
EliminarUn abrazo, y gracias
Que buen cuento, de esos que ponen la piel de gallina. ¡¡¡¡Muy bueno!!!!!
ResponderEliminarmariarosa
Qué bien que te gustara. Un abrazo, y gracias
EliminarPues vaya parece que la curiosidad mató al gato...se me han puesto los pelos de punta con tu relato. Gracias por participar, besos.
ResponderEliminarEs que era muy tentador. Un abrazo, y bonito finde.
EliminarPodria uno suponer cualquier cosa dos lineas antes de terminar incluso terminando, excelente relato. Gracias Albada.
ResponderEliminarDe hecho no supe qué fuerza era ni yo, imaginé un lugar que absorvia, pero igual están vivas en otro lugar.
EliminarUn abrazo, y gracias a ti
¡¡Ufff¡
ResponderEliminar¡¡ Cuánta intriga¡¡
Besos.
Muchas gracias, Amapola. Un abrazo grande
Eliminarcreo debes por el bien de todos decirnos exactamente la calle y número de esa vivienda, para evitar mal menores. que desaparezcan personas es más o menos normal, pero lo de las escobas no es de recibo. Broma aparte muy buen relato Un abrazo
ResponderEliminarjajaja, es que la función que tiene no gusta. El fenómeno no la quiso, fíjate :-)
EliminarUn abrazo, Rodolfo
¡Hola, Albada Dos! Jo, tremendo relato de terror. Hay puertas que nunca se deben abrir aunque se encuentren en tu propio hogar. Una historia que lograr ese miedo al incluir un elemento tenebroso en lo más sagrado y seguro que tenemos: nuestro hogar. Buen relato, sin duda. Saludos!
ResponderEliminarSiempre formidables tus letras
ResponderEliminarPaz
Isaac
Un ciento fabuloso con el que se podría hacer una película muy buena de fenómenos paranormales.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
Un beso
Pues qué bien que te gustara, Ana. Un abrazo
EliminarBuenísimo! Te envuelve en esa espiral fantasmagórica.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia y cómo la has contado.
Besicos.
Muchas gracias. Era tentador :-)
EliminarUn abrazo
No sé porqué los pasillos tienen cierto imán para estas cosas. No sé si es que las puertas abren todas las vibraciones y los convierten en vórtices o algo curioso pasa con ellos.
ResponderEliminarUn relato lleno de fenómenos inexplicables y un punto trágico que no sé yo si no queda abierto.
Te felicito por este trabajo, Albada. Me has mantenido ahí con el pulso cortado :-9
Un beso enorme.
Muy buen halago que te mantuviera en vilo. Muchas gracias.
EliminarPor los pssillos, antesalas de cualquier cosa. Un abrazo
Pobre mujer, no la tenía que haber abierto. :(
ResponderEliminarLa curiosidad que es traicionera.
EliminarUn abrazo
Jaja. Ese final, genial.
ResponderEliminarHay un error mas al final aun. Do de pone 457, sin duda querías poner 357😜
Relato completo de terror en miniespacio .
Sin duda el espacio su contador era de género masculino.
Inquietante y bien coducido con tempo justo y final en tres palabras
Besosss amiga
Pues me alegra que te gustara. Al final hay veces que no quiero seguir recortando.
EliminarUn abrazo, amigo. Feliz noche