Pendiente del teléfono,
mirando al vacío,
suplicando que el tiempo se encogiera,
y llegase temprano
el segundo preciso en el que tu voz
sonase a través del móvil.
Atada al tiempo
de ese pulso en las sienes,
deseaba que acabara pronto la espera,
y que ese momento exacto,
me permitiese agarrarme de tu mano,
nuevamente, en mi quimera de orate.
Esperando,
aún atada el teléfono,
poder desatar los segundos,
colgar luego el aparato,
olvidar las suplicios y súplicas,
calmar a la incertidumbre.
Sin miedo al ayer, machacón,
ni al porvenir, indeciso,
ansiaba volver a sentir
que estábamos unidos
por un hilo invisible y sólido
de una pasión, quizás inventada.
Se desbarataban los minutos
y segundos de la ausencia.
Malogramos esa magia
por no haber podido entender
que la distancia
se parece demasiado al vacío.
El teléfono, con su enconado silencio,
se negó a sonar,
nos alejamos más y más.
Seguramente, para bien,
me digo al mirar atrás,
el desamor es que duele.
Salió el sol, las gaviotas volaron
sin esperas telefónicas.
Las manzanas volvieron
a oler a nuevas emociones,
y el corazón se dispuso
a encontrar el ritmo justo.
Ese tiempo sin esperas
de un devenir placentero.
Ese en el que ninguna espera
preludiara, a su manera
la taquicardia, ya vencida
de tu olvido y de tu ausencia.
Si, recuerdo que antes esparabamos con ansiedad una carta de amor...
ResponderEliminarhoy se espera un mensaje via whatsapp
¡los tiempos cambian!
Y cómo, pero la sensación creo que es igual, si bien menos mantenida en el tiempo.
EliminarUn abrazo
Que nos lata el corazón con una llamada, con una espera impaciente, nos llena de ilusión y cuando ya no la tenemos nos envuelve el vacío. Muy sentido poema Albada.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Es bastante desolador. Pero uno no puede elegir que otro sienta lo que no siente, no se impone, ni se gana, ocurre o no.
EliminarUn abrazo, Dulce, y mil gracias.
¡El tiempo y el teléfono...! (Cuántos recuerdos...)
ResponderEliminarUn abrazo.
Las cartas eran la repanocha, si recuerdas. Y los locutorios, por ejemplo, mejor recordarlos poquito :-).
EliminarUn abrazo enorme, Rafael, y muchas gracias.
Siempre nos quedamos colgados de ese aviso, para nosotros vital, que parece ser prescindible para el emisor. Bien mostrada la angustia del momento.
ResponderEliminarUn beso.
Igual el emisor está por otras cosas, y ese silencio sea achacable a mil temas ajenos a una relación.
EliminarUn beso.
Esa angustiosa espera la has plasmado tan bien, que me has recordar aquellos tiempos en los que no había móviles y no podías moverte de al lado del teléfono.
ResponderEliminarExacto, y no hace tanto. Yo el móvil lo tengo desde 2001, nada más. Y existían los aparatos con agujeros donde meter e dedo y marcar. Uf, qué agonía si alguien se retrasaba en un viaje...era lo que había, y qué mal se llevaba.
EliminarUn abrazo enorme, y muchas gracias, Tracy
Esa espera que enloquece, llena de incertidumbre, es agónica y aun así después de la desesperanza volvemos a sonreír.
ResponderEliminarHermoso poema y mas hermoso escucharte leerlo.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Es agónica, sobre todo si uno no tiene cobertura o si es un silencio por temas cotidianos. Mil gracias.
EliminarUn abrazo grande, Patricia
La distancia es el principio del fin de los amores. Esos de verano, sobre todo en la juventud, que parecen ser el principio de una larga relación, duran lo que cada miembro de la pareja tardae en regresar a su lugar de procedencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es el principio del fin. Pero hoy en día hay parejas que viven a 600 km. El caso más raro y dura cuatro años es Dallas y Madrid. Yo alucino, porque la dos veces que se ven, una en España y les veo...no sé pienso que igual se salvarán.
EliminarUn fuerte abrazo Macondo.
Angustiosa espera, que nos transmite desazón verso a verso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era la intención, que la intensidad de la ausencia o del silencio fuera in crescendo, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo, y gracias.
ALBADA
EliminarCuando escribes, el tiempo no cuenta, siempre en el corazón es, HOY, de alli que es un placer la caricia que dejas flotando tal cada trazo, tu arte mi querida amiga, es perenne, mis ojitos curiosos, se regocijan con tu obra.
Gracias por el regalo de tu visita a mi humilde borrón, me encanta recibirte.
Mi cariño para ti.
LÚCAS
Nos aferramos al ayer y es un error. Todo ha de tener su inicio y final, ojalá en las relaciones ese final no exista.
EliminarMil gracias por comentar. Voy poniéndome al día con los blogs amigos. Un abrazo fuerte.
una llamada, un mensaje... cuando llega, tu corazón se salta un latido. pero si no llega, es inevitable cierta desilusión. el amor es bonito pero complicado a veces.
ResponderEliminarlo has recetado con una voz muy bonita y expresiva.
abrazos!!
Muchas gracias, Chema. Creo que es una desolación, por bien que hoy en día la única lectura posible del silencio es el olvido o la indiferencia.
EliminarMil gracias. Un abrazo grande
Me abrió la mente esta línea tuya: "la distancia / se parece demasiado al vacío". Hay días de tanta distancia y que avanza, muchas veces, irreversiblemente, que apenas podemos divisar o derechamente perder de vista al famoso hilo rojo que te conecta o conectaba a la persona amada. Por tanto, es como si hubiese un vacío: vacío de ese hilo.
ResponderEliminarY a propósito de distancia, pucha, la que has establecido con mi blog al ya no volver a visitarme y perderme, yo, esos comentarios tuyos que me dejabas y de los que me importaba saber tu opinión, ojalá más temprano que tarde los pueda volver a disfrutar. De caso contrario, respeto tu decisión e igualmente de tanto en tanto me tendrás por aquí dejándote mis impresiones. Eres de mi blogueras infaltables, clásicas, que estuvo conmigo desde que abrí mi blog. Y parece que me cuesta soltar jaja
Va un abrazo, Albada.
El hilo rojo que se pierde, como la cobertura en ciertos sitios. No dejaré dé leerte. Me gusta mucho tu estilo, estoy a medio gas pero ya he programado cuatro presentaciones de mi nuevo poemario con amigos poetas que recitarán poemas de ese Oleajes que sale ya a la palestra.
EliminarEso implica que retomo el blog, pero algún texto se quedará sin comentar porque el retraso ya es inmenso, ponerme al día lo veo improbable hoy. Un fuerte abrazo
A veces me pregunto si las fijaciones, obsesiones y recuerdos que nos persiguen no nos estarán robando el verdadero e íntimo tiempo, tan limitado. No dejemos nunca todo nuestro tiempo a las ausencias, o concedámoslas un margen reducido que estimemos grato.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Lo malo es que además de al pasado perdemos mucho tiempo en hacer planes, cuya realidad es discutible también.
EliminarUn abrazo
De la ilusión a la distancia y luego al olvido... bueno, al menos hubo magia y tiempo disfrutado.
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que cuando hubo, intensamente, cuesta dejar atrás, pero se consigue.
EliminarUn beso
Fabuloso, lo bien que describes esa ansiedad del que espera.... Y todo, muy bueno. Me ha faltado ver el vídeo, que no me sale, pero pasaré al ordenador.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz verano!
Imaginé una intensidad de inquietud tal, que parecía una obsesión o dependencia, creo que en la realidad no se da con tal intensidad, salvo quizás en al adolescencia.
EliminarUn abrazo, y mil gracias
¡Madre mía!
ResponderEliminarHas descrito la espera que desespera maravillosamente, he vuelto a releer para disfrutar del poema. Maripau, no puedo abrir el vídeo y me gustaría oírlo. Volveré más adelante.
Todo un regalazo.
Gracias.
Eres una de mis más fieles seguidoras a través del tiempo: impagable
Besos.
La desesperada espera quizás. Muchísimas gracias. No sé ese vídeo si cuesta de abrir, lo hice como el resto. Un abrazo fuerte.
EliminarGracias ti, siempre.
El desamor duele, las ausencias se marcan como espinas y después del duelo, renacer de nuevo sabiendo que no hay que hipotecar el latido y agradeciendo el nuevo son.
ResponderEliminarPrecioso y más desde tu voz
Mil besitos, Albada ♥
El desamor duele. A cualquier edad, si bien aquí es una exagerada reacción. Tal vez porque existe el teléfono móvil es más intensa la desesperada espera que dibujo.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo enorme.
La espera nos desespera a todos,
ResponderEliminary cuanto mas largas son, la angustia
crece, un gusto visitarte.
Besitos dulces
Siby
Son demoledoras si es una obsesión, como imaginé, y como dice Fackel, se pierde energía y tiempo. Hay que saber decir...esto no funciona.
EliminarUn abrazo grande, y mi gratitud