lunes, 6 de junio de 2011

Metaformosis

La metamorfosis había sido larga. En la caja de zapatos las orugas devoraron las hojas de morera, de forma implacable, de forma metódica y mordisco a mordisco, todas la hojas que Edi les llevó.

En el capullo no estaba el reloj detenido.El tiempo del invierno, sólo hizo que, poco a poco, su cuerpo tubular fuera creando apéndices , antenas diminutas y unas patitas cortas que luego tendrán alguna utilidad.
Ese capullo que no hay que ayudar a abrir con amores maternales, que dificulten la futura fortaleza de las alas.

Un niño, por amor, hizo una diminuta abertura con la punta de un primoroso cuchillo, para ayudar a la mariposa en su largo y doloroso nacimiento y,  qué sorpresa comprender que al abrir de forma prematura la membrana sedosa, la mariposa no tuvo tiempo de desplegar plácidamente sus alas, ni de oxigenar sus músculos, por lo que salió ligera sí, pero escuálida de alas  e incapacitada para volar para siempre.

Hoy sale despacio una mariposa que está preparada para volar. Nos guste o no, hay que dejar que la mariposa de seda siga el ciclo que la sabia naturaleza le asignó en el calendario de su corta, pero espléndida vida. Y dejarla que nazca al " tempo" que le marca su propio corazón.

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