Se oscureció el cielo, anunciando un chaparrón. Sintió cómo se hundía sin poderlo remediar, entre la lluvia fría, la intensa marea y el enorme cansancio . En su mar amiga, frente a su toalla y su bolsa, ante su playa y su oasis con su ropa colgada. Sin previo aviso quedó desarmada y a merced del mar y la nada.
Llovió por las lomas, por los picos, por las mesetas y los valles de su epidermis. La lluvia dibujó riachuelos tranparentes cargados de sudores fríos y amaneceres falsos. Fue derribando, lentamente, montículos de barro y erosionando aristas que el tiempo había moldeado en su cintura de mimbre con sal negra y abanicos de esparto.
El agua se fue remansando en los pliegues más inaccesibles y en los recovecos más insondables, en simas desconocidas y rincones inexplorados.
Cuando salió el sol, los arcoíris formados sobre su cuerpo bailaban sin prisa sobre una piel de estreno. Sus sienes estaban calmas, sus pies sin una dureza y su corazón tibio acomodado en el pecho.
Comprendió, sin dudarlo, que nunca es tarde para comenzar de nuevo, ni para secarse las alas, ni para retomar el vuelo.
Envuelto en una gran toalla de rizo americano, sentado en un taburete, contemplando como encharco el suelo, rebobino estas sensaciones, que me han regenerado.
ResponderEliminarGracias Alfred. Partir de cero es imposible, pero dar la vuelta a los bolsillos para vaciarlos, como un gesto de reinicio, yo creo que cada cierto debiera hacerse, con o sin prescripción facultativa.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Por qué inspirará tanto el agua, bien en forma de lluvia, de mar o incluso dentro de un vaso encima de la mesita de noche? Quizás, como bien apuntas, porque "purifica"...porque permite partir de cero (resetear como se dice ahora en informática)...y en suma...estrenar una piel.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Groucho por tu lectura. El agua no sé qué tendrá pero lso católicos la usan en el bautismo y en los sepelios.
ResponderEliminarEntretanto nos hidrata, refresca y limpia. Es transparente además.
Y claro, nos da vida.
Un abrazo