martes, 31 de julio de 2012

Luna y antojos, risas al mar.



La luna se me antoja 
un medio queso que se alza
escapando , en  esta noche,
de sus antiguas andanzas.
                
Se asoma, tímida, al mar,
iluminando mi espalda
y en su viaje nocturno, 
su blanco brillo me alcanza.
  
Me deja sueños y huellas, 
de mis  pies sobre la playa.
Como un tren de mercancías,
de recuerdos y esperanzas.

Como relojes de arena
detenidos en mi alma,
que  salieran de paseo,  
ante mi absorta mirada.
                
Cuarto creciente –me digo-
y hago de una farola su falda-
Para lumínica blusa, 
la suave brisa del agua.

Y así, vestida de noche, 
se rinde en mi madrugada.

8 comentarios:

  1. Yo quiero sentir eso... creo que en el verano no hay nada como ir a la playa por la noche y tener la luna de compañera, ¡cómo lo echo de menos!.
    Besos.

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    1. Gracias Laira. Te guardaré un pedacito de noche playera nocturana para ti. No lo dudes.

      Un abrazo.

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  2. Con la tecla izq. subrayas y con la der, ir a, y tienes a Camarón cantando el Romance de la luna, de Federico.

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    1. Ay, se me olvidó decirte que hice eso y ya lo ví. Gracias.

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  3. Tanto invertido por llegar a la Luna, cuando lo fácil es sumergirse en el mar y dejarse llevar por su luz.

    Besotes blancos lunaticos con cálidas aguas repletas de corales y vida

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    1. En La NASA creo que no valoraron la poética de la luna, sino la posibilidad más pragmática.
      Bañarse en la playa en plenilunio es de las sensaciones más íntimas y relajantes. Y es estos tiempos, yo añado que...¡¡¡ barata!!.
      Un abrazo.

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.