La luna se me antoja
un medio queso que se alza
escapando , en esta noche,
de sus
antiguas andanzas.
Se asoma, tímida, al mar,
iluminando mi espalda
y en su viaje nocturno,
su blanco brillo me alcanza.
Me deja sueños y huellas,
de mis pies sobre la playa.
Como un tren de mercancías,
de recuerdos
y esperanzas.
Como relojes de arena
detenidos en mi alma,
que salieran de paseo,
ante mi absorta mirada.
Cuarto creciente –me digo-
y hago de una farola su falda-
Para lumínica blusa,
la suave brisa del agua.
Y así, vestida de noche,
se rinde en mi madrugada.
Yo quiero sentir eso... creo que en el verano no hay nada como ir a la playa por la noche y tener la luna de compañera, ¡cómo lo echo de menos!.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laira. Te guardaré un pedacito de noche playera nocturana para ti. No lo dudes.
EliminarUn abrazo.
http://youtu.be/G03oGsAz3ZM
ResponderEliminarAlfred, gracias, pero no consigo abrirlo.
EliminarUn abrazo.
Con la tecla izq. subrayas y con la der, ir a, y tienes a Camarón cantando el Romance de la luna, de Federico.
ResponderEliminarAy, se me olvidó decirte que hice eso y ya lo ví. Gracias.
EliminarTanto invertido por llegar a la Luna, cuando lo fácil es sumergirse en el mar y dejarse llevar por su luz.
ResponderEliminarBesotes blancos lunaticos con cálidas aguas repletas de corales y vida
En La NASA creo que no valoraron la poética de la luna, sino la posibilidad más pragmática.
EliminarBañarse en la playa en plenilunio es de las sensaciones más íntimas y relajantes. Y es estos tiempos, yo añado que...¡¡¡ barata!!.
Un abrazo.