miércoles, 8 de agosto de 2012

Hacia el mar azul


Caminaba lenta, al mar.
Se iba quitando la ropa
dejándose las sandalias
hasta llegar a las rocas.

Llevaba en sus manos hebras
de lirios y caracolas.
En su cintura, claveles
y en su piel, el alma rota

Dicen que fue esa muchacha
que en mala hora conoció
quien le dejó malherido
y quien le heló el corazón

Yo afirmo que fue otro talle,
en el que nunca anidó
lo que le quitó el sentido
a negar,... su propio yo.

2 comentarios:

  1. ¿Muere por otra, o muere por si? En cualquier caso muere por amor.
    Tengo que pensar mucho si morir merece la pena. Creo que no.
    Un besote vivo y bien vivo

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    1. El texto está inspirado en la negación o no aceptación de una tendencia sexual.

      Yo opino que jamás merece la pena morir, o dejarse morir. Y mucho menos por amor. La homosexualidad no puede enterrarse porque es matarse a sí mismo en lo más profundo de la personalidad.

      Un abrazo vivo, cómo no.

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.