Cada tarde paseo por un parque cercano. Llevo un libro y dos
zapatos de ortopedia. Me acompaño de tres gramos de ilusión, por ir preludiando la alegría de ver a los niños
con sus juegos y sus risas. Muchas tardes están allí las mismas madres con sus
hijos, así como una anciana con un perro pequeño, con canas y evidentes signos
de decrepitud.
Ayer ella estaba allí, sentada, en el banco de cada tarde. En el mismo banco estaba Laura con Óscar, el niño discapacitado, con su
sillita. Con esta mami he compartido comentarios sobre lo dura que es la vida para algunas familias.
Ella, en cambio, perseguía a ratos a un crío con un bollo en la mano, mientras ese
niño y una nena de unos seis años jugueteaban cerca de un tobogán de colores
encendidos. Como muchos días. Nunca entendí lo de perseguir a un cachorro con comida, pero ocurre.
Sé los nombres de sus niños, y de otros niños, por supuesto, porque a menudo les llaman, o les
riñen, o les previenen...En cambio ellas se llaman "mamá mira"…."mamá porfi"…"mamá un
ratito más"...
Hoy me acerqué a ella, por darle una libreta que se había
abierto al caer de la mochila de Bob Esponja. Óscar estaba guerrero en ese instante y fui yo quien recogió el manojo de páginas con dibujos. Me apoyé bien en mis zapatones. Plantado y expectante estaba yo con esas
láminas grapadas a punto de entregar en sus manos...cuando sonó su móvil.
Ella había descolgado presta, casi con un brinco, y tras sólo una primera llamada.
-.......................
- ¿Ah no?.- Dijo sin saludo previo
- ………......................
- ¿Y así cuándo puedes llegar a casa?
-………………………..
- No, si a los niños los dejo igualmente bañados. Sí. Con
que estés a las nueve ya me apaño. Sí, cenados ya estarán.
-.................................
- Vale . Haré ensalada con pollo para
ti. Sí, con un pelín de pimienta...vale.
-................................
- De acuerdo. Ya la recojo ahora del tinte.
Para mañana está lista.
-..............
- Que que sí hombre, que sí...
-..............
- Vale. Que te vaya bien. Nos vemos
en casa pues. Un beso.
Tomó la libreta de mis manos. Me miró al darme las gracias. Y acto seguido marcó un número, mientras envolvía y guardaba la mitad del bollo y se acababa un zumo de tetrabrick.
Pudimos escuchar otra conversación.
- Ana, soy yo. Que sí que voy con vosotras,
que me pases a buscar. Pero oye, porfi, sobre las nueve y cuarto, que Luis hoy tiene una
reunión imprevista, ¿vale?
-......
- Ok, te espero. Manda wasap cuando pares en la puerta, guapísima... Y colgó.
Nada- nos dijo...a mí, a Óscar y a quien fuera-, que hoy las chicas
del curro salimos de marcha. Poca cosa claro...¡que mañana fichamos todas a las ocho!
Llamó a sus niños, quienes
quejándose acabaron por darle la mano, y ella, con las pequeñas mochilas en su brazo,
su bolso cruzando el pecho, y mirando el reloj, dio un beso a Óscar y se marchó entre voces infantiles.
La vimos alejarse hacia la esquina, dejó el tetrabrick vacío en una papelera y entró en la tintorería. Laura no trabaja, así que cuando Óscar se tranquilizó mirando a unas palomas, acabamos por hacer, a medias, mi crucigrama de La Vanguardia.
Como otras tardes de parque, sin día alguno que celebrar.
Crónica de una tarde en un parque, mujeres, niños, animales. Todo queda dicho.
ResponderEliminarUn beso.
Yo tengo clara la imagen de más bien mujeres con niños y con mascotas que hombres. Muchas trabajamos fuera de casa además de dentro, y eso nos permite la independencia económica, es decir no depender de nadie. El precio es el que es.
EliminarUn beso
No depender de nadie es lo mejor que le puede pasar a cualquier ser humano.
ResponderEliminarLo siguiente es poder hacer cada día el crucigrama de Fortuny de la vanguardia.
Besos.
Son retadores, pero se acaban conociendo. Los crucigramas. La libertad nunca acaba por cogerse el justo punto para dejar el lápiz con el que dibujamos la independencia.
EliminarUn beso
Hace tiempo que no me da a mí por hacer crucigramas. Yo con los pasatiempos lo he pasado mejor fabricándolos que resolviéndolos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se nota que no eres mujer. Broma. Cuando se tiene tiempo, es igual pasarlo haciendo algo que alga, imagino :-)
EliminarUn abrazo
saludos, Alba, una crónica de una tarde de parque. Yo en los parques pierdo la paciencia.
ResponderEliminarQuería ser eso, en efecto, una crónica de una tarde cualquiera para muchas mujeres, que compaginan eso de ser mujer con ser trabajadora, y no morimos en ele intento :-)
EliminarUn abrazo
Una tarde como tantas otras. Muy bien descrita. Me he visto reflejada en ella. Pero no ahora. en mis años jovenes cuando con mis hijos iba al parque.
ResponderEliminarUn beso.
Es que la maternidad es muy boita. Y en everdad lo es. Pero pocas veces uno valora el precio que conlleva, sobre todo para la mujer que trabaja fuera...porque dentro de la cas, no se salva ni una.
EliminarUn beso
Lo cotidiano magníficamente retratado.
ResponderEliminarUn abrazo