sábado, 15 de octubre de 2016

Llovió cuanto quiso


Te quedaste arriba, en el dormitorio, calculando que yo, entre el bastón y la humedad, no me animaría a salir a dar una vuelta por la playa vacía, en ese pueblo costero solitario bajo el agua que a ratos parecía una sábana de líquido redentor.
Se oían los truenos, ¿recuerdas?, y me dijiste- mujer, espera un poco, que igual luego clarea.

Te quedaste, mirando luego desde la terraza qué tanto me atrevería a acercarme a la playa, e imagino que pensando que hay que ser necio del todo para dejarse empapar cerca del mar, cuando el agua te rodea ya por los cuatro puntos cardinales de la piel.

Lo que no sabes, es que en Agosto, a partir de la segunda quincena, muchas tardes solía llover, y que yo era especialmente feliz nadado, paralela a la costa, precisamente en esas tardes, cuando el agua hacía huir a los bañistas y me quedaba yo sola, inundada de mar entre mis piernas, y glotona de un agua dulce que recoger con mi boca.



No sabes tantas cosas…y es normal que sea así. No en vano hace sólo dos años que nos conocemos. Las tardes, y las madrugadas. Las estancias en tu casa o en la mía, nos han dejado hablar de unos pasados muy ricos, sí, pero imposibles de pormenorizar.

Los viajes, cuidando de mi rodilla, que parece ya el cuento de nunca acabar, nos han permitido compartir muchos recuerdos, muchos nombres de familiares, amigos y situaciones laborales, pero claro, ¿cómo puedes saber que me chifla bañarme cuando llueve?, ¿que soy agua entre las aguas de unas playas, o unos ríos que nunca son el mismo mar ni el mismo agua?. Inconvenientes de habernos buscado por tantos años hasta encontrarnos. No haber podido saber más de esas pequeñas manías o grandes fobias.

Jaja: te pareció absurdo mi pánico a los insectos. ¡Ellos tan pequeños y yo tan mayor!, pero ya ves, un día u otro tenías que saberlo, y fue en La Ciudadela aquella tarde , mientras una avispa burlona merodeaba alrededor de un seto protegiendo a unas rosas. Y te sorprendiste. Pues esto es algo similar. Habiendo pasado toda mi adolescencia veraneando en Comarruga, la sensación de la lluvia frente al mar, me hace latir en deseos de tocar la arena que va rompiendo cada ola, así que no podías saber que con bastón y paraguas, también llegaría a jugar con las olas muriendo en la orilla.



-       -    Claro que me  mojé. Tobillos enteritos, hago chop-chop te dije al entrar en la habitación del   hotel
-      -     Veo que al menos trajiste chanclas, respondiste.

Me preparaste un baño caliente y fuiste a buscar una chocolatina. “Traigo chocolate y besos”, dijiste desde la puerta del aseo.

Que nunca nos falten los besos, que no te canses de guardarlos para mí cuando no estamos juntos.

El resto ya lo conoces. Hoy tendré que salir de paseo contigo con calcetines bajo las chanclas, pero nos conoceremos un poco más. Y tú más tarde me enseñarás las fotos que me hiciste desde este balcón prestado.

Te dejo esto escrito mientras sales de baño. Iré bajando. Espero que hoy, como ayer, en  el buffet libre haya churritos. Te espero allá. 


10 comentarios:

  1. Una crónica del placer que se siente n las pequeñas cosas compartidas, los detalles que nos llenan el espíritu de vivir, haciéndolo partícipe con el ser querido, ese que está al lado en momentos tiernos y en los que necesitan de calcetines :)
    Se te ve feliz y me alegro por ello.
    Un beso.

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    1. Los calcetines que abrigan más el alma que los pies.

      Me alegra que me veas feliz, porque me siento razonablemente feliz. Un beso grande. Hoy no llueve, pero hay churrritos par desayunar, si te animas :-)

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  2. Siempre hay algo desconocido por descubrir cuando se siguen teniendo ganas de conocer a alguien.
    Un abrazo.

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    1. Siempre hay cosillas que desconocemos hasta de nosotros mismos. Por eso es una aventura tan sorprendente conocer a alguien, es verdad.

      Un abrazo

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  3. Esa foto merece un marco.
    Y esos corazones que sigan brillando.

    Besos.

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    1. Mi regreso al hotel, era de niña feliz, sin katiuskas, porque había gozado con la lluvia y el mar.

      Que nuca falten besos y corazones con chiribitas, es verdad. Un beso

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  4. Entrañable este texto, mi querida Albada, y las imágenes me han encantado.

    Que no falten los besos, que no falten las emociones, ni las aventuras, ni los momentos mágicos, que no falte nunca las ganas de seguir viviendo en la ilusión de querer seguir queriendo esa chocolatina.

    Un beso enorme.

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    1. Que no falten razones y emociones que nos hagan seguir latiendo con ganas. Que no falten las risas, aunque la vida sea dura. Que no falte la lluvia redentora y el sol tras ella

      Un beso, dulce María, gracias por tu lectura

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  5. Recreso a tu blog a reerlo y mirar lo nuevo.
    Besos

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    1. Bienvenida pues, es blog de ir en zapatillas de estar por casa, porque es bien simple, como está bien claro que es. No pretendo ser buena en esto de la escritura, pero escribo. Bueno, también respiro y no recuerdo haber ido al cole para ello :-)

      Un beso

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.