Del blog de Diario fértil |
Siguiendo una iniciativa de Diario fértil, les paso mi aportación.
Puso en el diminuto mortero dos dracmas de chocolate, tres pizcas de esencia a rosas y dos dientes de león bien trinchaditos.
Con un pistilo de vidrio, y quebrantando todas las promesas y juramentos hipocráticos, obtuvo una pasta anaranjada que dejó reposar en el alféizar . Luis cocinaba poco, pero se esmeraba, aun llegando cansado de la consulta de primaria en un barrio del extrarradio de Valencia.
Permitiendo que el oxígeno de la brisa marina, y el tiempo, hiciera su tarea, se tomó un baño de hinojo y salvia, entonó un aria mal cantada y salpicó de sonrisas los azulejos del baño. Con un albornoz, a sotavento de un mandil con bolsillo de quita y pon, siguió la segunda parte de la receta. La preciada precisión tan esquiva.
Tenía que buscar el punto justo de cocción. Ese almíbar ambarino estaba destinado a llegar a la temperatura adecuada. Calentó un mechero de alcohol, y con una cucharilla de plata fue removiendo hasta que un aroma intenso se desprendió, quebrantando los latidos de todos los habitantes del bloque siete, su bloque de pisos, de norte a sur de los anhelos. Hasta el gato del quinto agitó sus bigotes y se relamía gozoso de un sueño de sabores.
Cuando miró a través de la gota a punto de hebra fina entre su índice y su pulgar, contempló a través de ella. La perfección, esa Eva desnuda, entrando a la cocina, era el instante exacto de apagar el fuego y dejar que la hoguera auténtica ardiera, una vez más.
O es fácil conseguir que la hoguera de la vida arda.
ResponderEliminarPerdón, mis erratas al escribir hacen que borre anterior comentario.
Bello relato.
Un beso.
Puede que sea fácil, pero requiere su tiempo, y tal vez, cierta magia
EliminarNo te preocupes. Un beso grande y feliz tarde
Albada, me fuiste llevando por el camino que conduce a la alquimia delicada de finos elementos de la naturaleza para lograr un elixir despierta sentidos, atrayente, soltador de pasiones (si se me permite el verbo) con tus magistrales palabras, tanto como la receta, de la que no es necesario que den cuenta los protagonistas, ya lo intuímos!
ResponderEliminarGracias por tu participación, besito y buenfinde
Me alegra que te gustase, y sí, creo que soldador de pasiones es, o pudiera ser una expresión, de lo más válida :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde, de guisos evocadores.
podría ser una receta mágica, no de la edad media porque entonces no existía el chocolate, pero casi...
ResponderEliminarno sabía que existía una unidad de medida llamada 'dracma', como la antigua moneda de grecia. cada día se aprende algo nuevo.
abrazos mágicos!
Pues mira, buscaba ponerte la unidad de volumen o masa, y me he encontrado esto : medida de masa, empleada antiguamente por los boticarios españoles. Aunque el término dracma tiene género variable, la dracma medicinal siempre se usa en femenino. Pesaba 3,59 gramos y equivalía a: 72 granos, vaya que son muchos más, y 3 escrúpulos.
EliminarCon tres escrúpulos digo yo que ya sería para medicinas amargas :-) Un abrazo
Me gusta cómo se llega a la hoguera auténtica, para luego arder de verdad.
ResponderEliminarUn beso de finde ideal.
Son caminos que recorrer, sin prisas, y con buenos alimentos, ambarinos tal vez.
EliminarUn beso y feliz finde para ti
Relato tan intrigante como mágico, me encanta.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegra te haya gustado. La cocina y el querer tienen tiempos y esmeros similares
EliminarUn abrazo y gracias. Por un sábado bonito y de buenos guisos
Una receta donde Luis deja ese halo de magia y fantasía ..me encanto el relato ..nos llevaste con él a esos antiguos magos donde en un gran puchero cocían todas la hierbas y hacían sus encantamientos ..
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y muy feliz viernes.
Me alegra te haya gustado ese estilo de almirez, pistilo y unidades pequeñas de botica que he usado.
EliminarUn abrazo y feliz día, con los sabores de rebotica en la mirada
¡Vaya, por Dios, con este médico alquimista!
ResponderEliminar¡Me gustó mucho tu relato tan bellamente narrado, Albada!
Diría que tuviste un toque de las hadas del Jardín de los sueños.
Besos
Muchas gracias, Myriam. Me he divertido escribiendo, supongo que es eso lo que crees notar.
EliminarBesos y feliz día
Me he propuesto hacer la receta de Luis, conseguir la gota exacta y mirar a través de ella a ver si entra Adán en la cocina ;) Nunca se sabe!
ResponderEliminarBss.
Quién sabe, tal vez la textura exacta del ámbar sea la fórmula perfecta para ver a través de ella, el hombre de nuestros sueños :-)
EliminarUn abrazo y feliz sábado
A mí me suena a alquimia del amor y la pasión...
ResponderEliminarPero no sé...
Besos.
Te suena bien, en cualquier caso, que es lo que se pretende con los ritos culinarios, y los amatorios :-)
EliminarUn beso
Huy esos saltos de alterna materia culinaria...Que se mantenga siempre el culto a los sentidos y al buen gusto.
ResponderEliminarLa materia culinaria mantiene la magia de los sentidos, siempre y cuando quien guisa lo haga con amor, creo
EliminarUn abrazo y gracias
Perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael. Son guisos con poca sustancia comestible.
EliminarUn abrazo
Dicen que la cosa culinaria tiene mucho de erótica y tú lo confirmas con tu magnífico relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen que la cocina y la rebotica de las querencias se parecen, y creo que es cierto
EliminarUn abrazo y feliz día con buenos alimentos
Mmmm dando vueltas al hechizo con mi cuchara de bruja buena... 🙂
ResponderEliminarBesotes
Remover bien es parte de la magia de muchos guisos, así que, cuchara en mano, por un sábado con buenos guisos
EliminarUn abrazo, Laura
¡Qué relato más bueno! Un final completamente inesperado, pero muy pasional y bonito. Lo has bordado, hija mía.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias. El guiso perfecto creo que siempre lleva pellizcos de amor, cucharadas de ternura y tacitas de deseo
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana, Rita
Atrayente y mágica alquimia
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias. Me alegra te haya gustado, Ame
EliminarUn abrazo y feliz día
Pura prosa poética!
ResponderEliminarQué cosa más bonita!
Me enamoró!
Besos mágicos!
Muchas gracias. He disfrutado intentando crear una atmósfera de tiempos, aromas, y consistencias. Me alegra te gustara
EliminarUn abrazo y feliz finde
O sea que se pasará de una estimulación de los sentidos a otra clase de estimulación de los sentidos, en esa otra hoguera.
ResponderEliminarSaludos.
Las hogueras cocinan los componentes de los buenos guisos, y seguramente ayudan a que otras hogueras, más sensitivas si cabe que el paladar, puedan prenderse :-)
EliminarUn abrazo y feliz sábado
Una exquisitez culinaria, llena de hechizo y magia. Ardiendo en la hoguera que acaricia los sentidos.
ResponderEliminarBesos!!
Muchas gracias, Rosana. Me alegra que te haya gustado, y es que casi todos los guisos que recordamos con añoranza, son de nuestra madre, porque tenían la magia de su amor.
EliminarUn abrazo y feliz sábado
Aromas en combustión de una hoguera se pasa a la otra y la otra promete. Genial. Abrazos
ResponderEliminarQué bueno que hayas hecho la lectura exacta de la evocación de esa receta imposible.
EliminarUn abrazo y feliz finde, Ester
Pero qué perfección de relato! Creativo, delicado, puntilloso en sensaciones y detalles y con una buena cuota de libre interpretación agregada en el final que cada quien completará a su gusto! Un placer leerte. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, es una receta inmaterial, como tantas cosas buenas, y he tenido la suerte de escribirla de corrido, cosas e las musas
EliminarUn abrazo y feliz finde, con guisos y hogueras en el horizonte
Me fascinaron las descripciones de la receta, poesía pura que conduce a la otra cocina, la que tiene los ingredientes de la pasión.
ResponderEliminar¡Felicitaciones, Albada!
Besos.
Muchas gracias. Lle proceso de cocinar y de amar pueden ir, y van, unidos. Dicen que al corazón del hombre se llega a través del estómago, y seguramente sea verdad, junto con la vista :-)
EliminarUn abrazo y feliz día, Mirella
Original y bonito relato, me ha encantado el conjunto de metáforas, las escenas tan bonitas y bien cuidadas, y me ha enamorado ese final, precioso.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y muy feliz noche ♥
Muchas gracias. Disfrutar escribiendo creo que se plasma en el papel.
EliminarUn abrazo y feliz finde, con excelentes guisos, y besos
Hola Albada,
ResponderEliminarEncantador, cuanta magia en tu relato. Verdad que te quedó poético, muy seductor, romantico! Un final inesperado, genial aporte.
Saluditos
Me alegra que te haya gustado. Ese toque es la ambientación, que no pasa en este caso por una gran cocina, sino por los pequeños detalles
EliminarUn abrazo y gracias
La cocina y el amor tienen ciertas similitudes, en ambos casos se requiere la dedicación para obtener y disfrutar el mejor de los sabores.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Estoy de acuerdo. Son actividades cuya función es disfrutar, una vez el hambre no es el motivo principal.
EliminarGracias, Dulce. Por un finde bonito, cargado de bocados deliciosos
Una receta mágica y excitante que enciende los sentidos. Muy bonito relato amiga. Saludos y abrazo.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Sandra. He disfrutado escribiendo, lo que suele redundar en crear atmósferas creíbles de cosas increíbles o inmateriales
EliminarUn abrazo y feliz finde
Que bonito.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Me alegro te gustara. Es un poco querer crear una atmósfera
EliminarUn abrazo y buen finde
Merhaba
ResponderEliminarBloğunuzu takip ettim . Sizi de takibe beklerim
No sé cómo ha llegado a este blog, desde Turquía y con lenguas tan dispares, pero sea como sea, si entendió y le gustó, le doy las gracias. un saludo
EliminarMucha delicadeza en tu relato, tanta como tu protagonista tiene a la hora de hacer esa mágica receta.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro te haya gustado. Productos tangibles hay pocos, pero los trata con extremado cuidado
EliminarUn abrazo y feliz domingo
Me parece un estupendo ejercicio de estilo, un jugar con las palabras y sus posibilidades para crear atmósferas e imágenes. Y el resultado es un éxito.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente la frase "salpicó de sonrisas los azulejos del baño" y la imagen del protagonista comprobando el punto del almíbar entre los dedos.
Un saludo.
Pues muchas gracias, Ängeles. Disfruto escribiendo, y seguramente es eso lo que captas. Salpicar de sonrisas es una actividad que creo que alarga la vida :-)
EliminarUn abrazo y por un día cuajado de sonrisas
Muy buenas descripciones. Me gustó mucho la forma en que narraste esta historia.
ResponderEliminarCasi me sentí como el gato, relamiéndome en un sueño de sabores, solo que en mi caso son imaginarios.
Un placer conocer el blog. ¡Saludos!
Ese gato del quinto, anda esperando siempre guisos imposibles paar su paladar sibarita :-)
EliminarMuchas gracias. Un placer.
Eso debió quedar bueno :)
ResponderEliminarImagino que un chocolate delicioso. Tal vez como postre de otros placeres
EliminarUn abrazo, Silvia y feliz domingo
Si te llaga la historia, es estupendo, y me alegra te haya gustado. Es una manera de narrar que se hace por sí sola
ResponderEliminarUn abrazo y gracias, Evan. Por un domingo con poesía en cualquier lugar
Bonito relato con final sorprendente. El almíbar salió en su punto y tuvo su recompensa.
ResponderEliminarMe gusta como juegas con ese lenguaje tan exquisito.
Un gran abrazo.
Seguro que salió sensacional. El mimo, en la cocina y en la vida, suele producir buenos resultados.
EliminarUn abrazo grande
Por un momento me olvidé de la realidad saboreando este micro regalo. Tiene magia y tiene sabor, tiene ese toque que como un receta, aún se paladea en el sentimiento...
ResponderEliminarHe tenido problemas con internet y creo que los volveré a tener en breve. Te envío un saludo afectioso amiga
Me alegra que este guiso ficticio te haya gustado. Esto de Internet va como va, no te preocupes, cuando sea, nos seguimos leyendo
EliminarUn abrazo grande, Buscador
Esa delicadeza para buscar la perfección de la receta augura muy buenas maneras en esa pasión posterior. No es la primera vez que te leo escribir sobre recetas que acaban con altas temperaturas.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Me alegro te gustara. Es que la cocina es casi una alquimia, y tiendo a dotar el regalo de alimentar el cuerpo, en otro para el alma. Imagino.
EliminarUn abrazo grande, Alis
Interesante la historia Nada sabía de ella un saludo especial para vos
ResponderEliminarTal vez te referías a la entrada de una mujer valiente posterior, pero en este post de cocina, la historia de las recetas es tan antigua e interesante como la evolución humana
EliminarUn abrazo grande
Receta excitante y precisa... Nunca falla si se mima el detalle.
ResponderEliminarMagnífico relato!
Si falla es que se ha puesto poca atención, seguro :-)
EliminarUn abrazo
Mmmm no conocía esta iniciativa y me parecido una receta de lo más exquisita, con chocolate y esencia de rosas, que original tu receta culinaria, me encanto.
ResponderEliminarUn beso enorme con todo cariño y muy feliz día, preciosa.
En este caso, la receta es poco convencional, pero con el chocolate estará de maravilla. Anímate, si puedes, a estar los jueves dando guerra :-)
EliminarUn abrazo grande, María, y por un día sensacional
Cocinar con placer es buscar un placer aún mayor y esa es la intención de tu protagonista, felizmente lograda.
ResponderEliminarMuy buen relato. Besos.
Cocinar para alguien, o pensando en alguien, es un gesto en busca de placer, ya lo creo. Si tras él viene otros, miel sobre hojuelas
EliminarUn abrazo, Juan Carlos y gracias