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Siguiendo una iniciativa de Camino del cuento sobre una metamorfosis, participo con este texto.
El sol hiere el cristal. Las persianas no pueden corregir la
aurora, ni ese sol implacable que me deslumbra, que hiere mis ojos, tras una noche que no sé si quiero dar por terminada. El
sueño era muy hermoso. Soñaba que comía y comía. En la caja de zapatos, con mis docenas de
hermanas orugas, devoraba las hojas de morera. De forma implacable, de manera metódica, sin
darnos un respiro para pensar, pero no sé si lo necesitábamos. El niño de la
casa nos había estado llevando hojas
robadas a los árboles de ese parque cercano. No eran caricias, pero nos permitían comer.
La metamorfosis ha
sido larga. En el capullo, en esa oscuridad insonora, donde parecía que
nada pasaba, el tiempo había roto los esquemas de las formas. En ese estado casi invernal, de apariencia
anodina y dormida, el reloj se había puesto en marcha. Poco a poco, mi cuerpo
tubular fue creando apéndices, antenas diminutas y unas patitas cortas que
luego tendrían alguna utilidad. Lo más extraño es cómo se han formado unas
telas que me envolvían la mitad del cuerpo.
Me ha costado romper la capa de seda que fui tejiendo hasta
envolverme. Mi cabeza ha tardado en salir, y me duelen los hombros por el
esfuerzo de sacar esas membranas, que poco a poco extiendo, para confirmar que
son alas. Mi instinto me ordena que eche a volar así que se sequen. Mientras,
miro a la mujer dormida, quien me recuerda a alguien.
En la misma habitación hay una mujer que sonríe en sueños, saca la cabeza del embozo de las sábanas, y como
mariposa soñada, emprende el primer vuelo. Ha tomado la mejor decisión, porque, tras dos décadas, ha decidido huir de su maltratador.
Una mariposa humana ha brotado desde la no vida que llevaba.
ResponderEliminarMe alegro por ella.
Que la nueva vida le compense todo lo que le hizo sufrir ese maldito cerdo.
Besos.
Hay quien no se percatan de qué situación viven, porque no hay moratones, y un día, aparentemente sin venir a cuento, de despiertan, y vuelan
EliminarUn beso
Lo sospechaba, intuía que eras un lepidóptero, pero que nos lo ocultabas. Ahora te has descubierto.
ResponderEliminar(Por cierto, más le vale a la maltratada metamorfosearse antes de que sea demasiado tarde)
Pues vistas las fotos de los veinte años, recordando qué bullía en mi cabeza, reconozco que soy un lepidóptero azul, dichoso de haber tenido más de una metamorfosis paar llegar llegar a ser ese ser de hoy :-).
EliminarNo, el maltrato psíquico cuesta años de poderse reconocer. He conocido a una mujer de sesenta años. Un abrazo y por las alas, que sirvan para volar
Un símil estupendo para ver cómo se libera una maltratada.
ResponderEliminarUn beso.
Las del maltrato psíquico son esas crisálidas, incómodas, que no están agusto y no saben por qué. Claro, si te aprieta, es que no es es de tu medida
EliminarUn beso y feliz día
Has tejido la tela hasta mostrar la realidad diaria, ojalá las "mariposas" pudieran volar en paz sin ser perseguidas. Un abrazo y un aplauso
ResponderEliminarCuriosamente acaban por descubrirlo, aunque les cuesta mucho, a veces con la muerte del tipo, y ese día descubren que tenían alas.
EliminarUn abrazo, Ester y feliz día de jueves, con mariposas libres a tu lado
¡¡Excelente final!!
ResponderEliminarEnhorabuena por esa mariposa
capaz de volar hacia la libertad.
Besos
Son batallones de mujeres, no te creas. Le decía a Alfred que cuando el amor aprieta, es que no es de la medida. Y eso, crisálidas, dentro de capullos de seda, que un día acaban por romper el hilo de seda de su salida
EliminarBesos, Myriam, y un día bonito
¡Qué maravilloso relato, Albada! la comparación me ha parecido sorprendente, muy original, con un final que no deja indiferente. Me ha gustado mucho, de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues muchas gracias, hay cambios, metamorfosis, que son larvadas, que no hacen ruido, pero que acaban por producirse. Casi todos los cambios, son evolutivos, por cierto.
EliminarUn abrazo, Rita
la transformación de gusano a mariposa es un milagro. pasan de ser anélidos a ser artrópodos. de pequeño me parecía muy interesante la clasificación de los animales.
ResponderEliminarla protagonista de tu relato, ha hecho muy buena elección convirtiéndose en mariposa y volar. por desgracia, aún hay mucho hombre de cromagnon en el siglo xxi.
abrazos!
Es muy interesante, ya lo creo. Sentirse oruga y a saber en qué acabas. Qué sensación. Por suerte, no piensan. En particular he querido remarcar eso, que las mujeres tubulares, crisálidas aparentemente inertes, no piensan, porque si lo hicieran, entenderían más pronto que tarde, que el maltrato psicológico hiere el alma y hayq ue salir de él
EliminarUn abrazo
Qué precioso relato, una comparación la protagonista convirtiéndose en mariposa para volar, qué bueno tu relato.
ResponderEliminarPero ¿sabe? aunque no tenga relación, pero sí en cuanto a lo de las mariposas, , me has trasladado a mi niñez cuando mis hermanos y yo guardábamos en una caja de zapatos gusanos de seda que se transformaban luego en mariposas, y les dábamos de comer a los gusanos hojas de los árboles, aunque yo era muy pequeña, lo tengo bien grabado en mi mente, y tus mariposas me han hecho brotar aquellos recuerdos tan entrañables y enternecedores aunque nada tenga que ver con el significado de tu relato.
Besos enormes y feliz tarde.
Uno de mis hijos, hará unos veinte años, estuvo alimentando a gusanos de seda en la caja de zapatos con agujeros que todos recordamos. Me asombraba, me dejada con ojos como platos le proceso, como a ese hijo. Luego vi un documental de la seda, chino, y me entró mucha pena, mucha.
EliminarPor las mariposas, por las alas, por la libertad. Un abrazo grande, María
Insospechado desenlace de un cuento que no se conforma con su tierno final previsto, sino que se bifurca en otro con un final esperanzador por una valiente decisión tomada.
ResponderEliminarUn abrazo.
El final es el resultado de su metamorfosis. Si te fijas, esas mujeres crisálidas, antes no podían ni llegar a hacer capullo y evolucionar. Hoy en día existen aún demasiadas.
EliminarUn abrazo, Macondo
Lo mismo digo. Ha sido muy grato leerlo :)
EliminarLas mariposas reflejan muy bien el concepto de metamorfosis, su existencia está así marcada y los humanos también la tenemos, tal vez no tanto en lo físico como en lo interno que nos lleva a huir de lo que no nos aporta a ser mejores.
ResponderEliminarUn beso dulce.
por suerte, nuestros cambios son más mentales que físicos, pero fíjate, tras un infarto o percance grave, y pienso en el !! S de NY, las personas que sobreviven, cambian, para bien.
EliminarUn abrazo, Dulce
Muy bonito, Albada, con tu prosa tan particular que enhebra imágenes elaboradas y hermosas como al descuido.
ResponderEliminarMi aplauso para ese sueño de volar que se hizo realidad.
Abrazotes.
Me alegro te guste. Es que la metamorfosis es bella, de una oruga y de una mujer que despierta, tal vez por ello hay que dotar a las imágenes de cierta belleza literaria :-)
EliminarUn abrazo, Mirella. Feliz noche
Que bien te salio amiga , has hecho la mezcla perfecta de sensibilidad de un asunto que no lo es ..lo mejor aunque aguanto supo volar ..nunca es tarde .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y una estupenda velada.
Nunca es tarde, siempre vale la pena, eso de abrir las alas, y poder volar. Se tarda mucho, no creas, pero ya lo creo que vale la pena.
EliminarUn abrazo grande, y por una tarde de vuelos libres
En el capullo con el capullo.
ResponderEliminarSí, en este caso, el capullo se encontrará con una mariposa que le dirá adiós, seguro.
EliminarUn abrazo, Pitt
Era una manera de reflejar los cambios que acaban por sufrir las maltratadas por abuso psicológico,, menosprecio, vejaciones. Son cambios muy lentos, por eso pensé que la metamorfosis de las mariposas podía servir.
ResponderEliminarUn abrazo y por la bella sensación de ser libre
Muy buen relato! Emocionante,con un final intenso y maravilloso! Qué bueno,me encanta como escribes!
ResponderEliminarUn besazo!
El final es emotivo, creo, porque ha de ser emocionante despertar
EliminarUn abrazo grande, y por una tarde libre.
Me has llevado a mi infancia amiga, bello relato con un final de liberación para la mariposa y para la mujer. Besos.
ResponderEliminarLa imagen de esa caja, con las orugas ahí comiendo y comiendo, qué tiempos ¿Verdad?
EliminarUn abrazo grande. Por una tarde con alas y ganas de volar.
En ambos casos son cambios vitales, dejar atrás una vida, salir de la crisálida que nos dará la deseada libertad.
ResponderEliminarMaravilloso relato y muy bien casado principio y final.
Mil besitos con cariño y feliz noche ❤️
cada persona sufre su propias metamorfosis, casi siempre adaptativas, y aunque son menos espectaculares que la de las mariposas, son también intensas, muchas veces
EliminarBeos, y por una tarde que de pie a brindar por la libertad más completa y feliz
Y así es, siempre estamos de metamorfosis en diversos aspectos de nuestra vida...Y que bueno que así sea.
ResponderEliminarPaz
Isaac
ha de ser así, ya lo creo. Somos seres vivos, y por ello, cambiantes, como ha de ser.
EliminarUn abrazo y por la paz, siempre, y por la libertad de volar.
Buenas son las metamorfosis que llevan a la liberación y a la superación, sean insectos o personas. Un abrazo
ResponderEliminarSon positivas, no me cabe duda. Hasta las que ocurren tras eventos desagradables y dolorosos
EliminarUn abrazo y un atarde bonita para ti
A parte del texto, fue interesante asistir a la descripción que haces de la metamorfosis. En la escuela aprendí que la metamorfosis era la transformación del capullo en mariposa, pero tampoco me enteré ni me interesó saber cómo en su momento. Leyéndolo relatado lo he disfrutado. Saludos.
ResponderEliminarBueno, es una estructura tubular, que acaba teniendo patitas y alas, lo que me parece mágico. De renacuajo en rana me e más fácil de imaginar, por eso, Bueno, de rana en príncipe un poco más :-)
EliminarUn abrazo grande
Pudo volar al fin después de una larga metamorfosis, me alegro por ella. Hay muchas que todavía son oruga y no saben que pueden transformarse en bella mariposa, volar y ser libres.... Saludos amiga. Un relato hermoso.
ResponderEliminarSi te fijas, niñas que fueron orugas y patitos feos, que son maltratadas por feas o raras en le cole, a veces acaban siendo mujeres que hacen girarse por la calle. Es la gracia de emerger, seas mujer anulada, o fea del cole.
EliminarUn abrazo y feliz tarde, sandra
La metamorfosis en el reino animal es un milagro de la naturaleza, algo increíble. En el ser humano este fenómeno se da en muy escasas ocasiones y circunstancias, pero también se produce. Cuando la necesidad y la supervivencia así lo piden, tenemos que transformarnos y extender nuestras alas invisibles y abandonar el lugar de origen para volar muy lejos y renacer en forma de un nuevo ser, libre y feliz.
ResponderEliminarUna muy acertada metáfora.
Un abrazo.
Se dan más de las que parecen. En los hospitales, tras eventos de peligro de vida, se dan muchas, y esas personas, ya no son las mismas. Pero hasta Neruda canta a cómo cambiamos. Nosotros, los de entonces, no somos los mismos, decía
EliminarMe alegro que te haya gustado, Josep Mº. Un abrazo, y tarde bonita
Me has hecho recordar cuando era niña, aquellas cajas de zapatos, jugaba mucho y me encantaba esa transformación... 🙂 Besos
ResponderEliminarBueno a mí también. Luego dos hijos las tuvieron nuevamente, y regresó la magia de la transformación en esos capullos.
EliminarUn abrazo y feliz sábado
Magnifica entrada con estupendo final. Aplaudo con ganas.
ResponderEliminarMe has llevado aa mi niñez.
Besos.
Es bueno transitar pro la niñez, ya lo creo. Muchas gracias, Mari Carmen
EliminarUn abrazo grande
Que bonito cuento, dos historias en una y en las dos, la libertad es la idea.
ResponderEliminarmariarosa
Son dos en una, es verdad, porque quise emparejar dos transformaciones para un medio, la libertad.
EliminarUn abrazo, Mariarosa. Por un finde bonito y libre
ResponderEliminarCuánto cuesta liberarse de esa luz que nos quema.
Volar hacia la libertad y ser uno mismo.
Aplausos!
Cuesta mucho, la liberación nunca es fácil, pero vale la pena, estoy segura. Te deslumbra, te produce miedo la luz, sin duda, pero el esfuerzo compensa.
EliminarUn abrazo y feliz día
Feliz vuelo.
ResponderEliminarEso deseo a todas las mujeres que aún no han despertado.
EliminarUn abrazo
Excelente símil entre la mujer oprimida y la mariposa encerrada por su capullo, de seda, pero capullo. Sin duda un relato que a todas y todos nos ha hecho pensar.
ResponderEliminarTe agradezco el relato, la participación y la persuasión, pues tu relato no deja indiferente.
Besos y feliz verano!
Hay jaulas de oro, que son un símil también muy socorrido. Aquí la mujer la imaginé apocada, dejando que su voz no se escuchara jamás-
EliminarGracias a ti por ser el anfitrión, Alberto, y por la dedicación para con esta convocatoria has puesto. Un abrazo grande y feliz sábado.
Emplear toda energía en gestar alas...
ResponderEliminarMuy bonito.
Besos.
Qué mejor inversión para el esfuerzo y la energía, ¿no? :-)
EliminarUn abarzo grande
Nunca es tarde para metamorfosearse, pero cuánto llegar a ese punto cuando se está en una situación como la de esa mujer. El maltrato no siempre se deja ver ni deja ver.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nuba es tarde para llegar a ser la mejor versión de uno mismo.
EliminarUn abrazo grande.
Un relato genial, sobre todo el final; feliz tanto para la mariposa como para la mujer que ahora puede seguir tranquilamente su vida.
ResponderEliminarUn besazo, Alabada
El final feliz a veces está en nuestras manos, lo que falta en ocasiones, es saberlo. Y creerlo.
EliminarUn abrazo y tarde bonita.
He mandado comentario... pero creo que lo he hecho mal y se ha perdido.
ResponderEliminarDecía que es un relato maravilloso donde evidencia la necesidad de transformarse para poder enfrentar aquello que es asumido como algo inevitable y contra lo que no cabe imponerse. El final es la luz al final del túnel.
¡Muy bueno! Abrazo.