lunes, 1 de julio de 2019

Paquita Vinuesa y yo




-     Estamos perdiendo un tiempo precioso, no soy yo quien le necesita, le dije al  psiquiatra.
-         No se preocupe, que tenemos toda la noche, acabo de entrar de guardia y hasta las ocho no acabo, así que tranquilito y por favor me repite, desde el principio, la historia de Paquita...
-         Vinuesa, Paquita Vinuesa, una niña de diez años que tiene a sus padres cortados a trozos y en su congelador y que parece que no le importa a nadie. Se los va comiendo poco a poco, grité desolado e impotente.

Sí, ya lo sé. Estaba muy enfadado, por la pachorra de la maldita burocracia. Sé que me puse violento y que agarré por las solapas al médico, quien llamó a seguridad. Sé que frente a esos dos armarios me puse de los nervios, porque querían sujetarme y yo no soporto que me aguanten por los brazos.

Al final me dieron una medicación, y pude convencerles de que estaba bien, que ya no imaginaba haber visto cuerpos troceado en ninguna nevera y que había soñado, de manera muy vívida, con una alumna de cuarto, llamada Paquita y que es muy especial.

Me colé tras ella, con la copia de una llave que había bajo el felpudo. La vi sacar de la nevera una pieza de carne.  que me pareció de una pierna de hombre, Luego puso aceite en un recipiente de aluminio, asentó la pieza, y lo metió al horno. La vi entrar en el lavabo, escuché la ducha y me agazapé tras la puerta, con el cuchillo en la mano.

Cuando la hube hecho pedazos manejables, llené con ellos el congelador. En el colegio fui yo quien justifiqué la ausencia de la nena durante la semana siguiente. El resto ya se lo imaginarán. Seguí mi vida normal, no iba a confesar así de pronto ser el asesino de una niña, pero me aficioné a cenar un estofado de carne muy tierna. La vecina de esa familia debió de sospechar algo. Me la imagino mirando por la mirilla, todo el día, y atar cabos.


-   -    No, señor comisario. No tengo remordimiento alguno, le había dicho a otro policía. Era un ser depravado y maléfico, añadí.
-  -      Bueno, pero por qué la despedazó, me preguntaron todos. Y es que tras el policía fue un psiquiatra quien me interrogó.
-       
-  Porque no merecía morir sin sufrimiento. Dije, y lo sigo pensando. 

Por supuesto, al ser descubierto no negué ser el autor del crimen, y ahora llevo dos años ya en el pabellón de crónicos y vivo tranquilo. Algunas noches Paquita viene a verme y charlamos, de todo un poco, pero sobre todo, de las melodías que se escuchan al  masticar la carne humana. Siempre le digo que la suya es la mejor, porque es la más tierna, y suena a arpa, pero ella insiste en que la de su madre era casi dulce, y que cuando la comía, los violines se escuchaban divinos, como de ultratumba, me dice, sonriendo. Ser su profesor ha sido muy duro. Eso sí, los dos tenemos sinestesia, pero dudo que vuelva  atraerme la docencia  

Mi abogado se puso tan pesado, que a punto estuve de planear su muerte, pero a sabiendas de que no sería tan fácil como con Paquita, dejé de luchar por demostrar que no estoy loco. Ahora calibro la textura de quienes me atienden. Hay una enfermera de noche, bajita y de poco más de veinte años que debe saber a gloria. La chica está de muerte.


47 comentarios:

  1. Hannibal Lecter ha creado escuela.
    Este no le va a la zaga...

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era una peli impactante. El canibalismo es lo último del ser humano, pero es que la nena salió muy retorcida :-)

      Un beso

      Eliminar
  2. Los sabores y texturas que nos perdemos. Visto con una ligera aprehensión social la cosa no debe de estar tan mal.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dicen que los tigres que comen carne humana se aficionan, pero no quiero saberlo :-)

      Un beso y feliz martes

      Eliminar
  3. Ayy qué imaginación! IMpecable relato que deja helada la sangre! Muy bueno!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Hay niñas extrañas, pero pro supuesto, a estos extremos no llegan, creo.

      Un abrazo

      Eliminar
  4. Y con que calma se come carne humana en tu relato, que imaginación que manera de construir un crimen y planear otro y yo solita aquí en tu blog, menos mal que no estoy tiernecita. Abrazucos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, el lobo de Caperucita tal vez se precipitó comiéndose a la abuela :-)

      Un abrazo, Ester. Lindo martes

      Eliminar
  5. Desde luego es para volver loco al mejor psiquiatra ..me encanto amiga que bueno ..y sobre todo como el individuo relata la textura de la carne y encima le viene a visitar Paquita toma ya ... Bravo amiga te quedo pero que muy muy bien ..Un fuerte abrazo y feliz mes de Julio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay pacientes tan herméticos, en un universo tan lejano, que son desafíos para la ciencia, no me cabe duda. El mundo infantil puede ser muy cruel :-)

      Un abrazo y por un mes precioso

      Eliminar
  6. vaya, con casos así, a los psiquiatras no les vale sólo con recetar pastillas y dar consejos de cuñado sabiondo...
    en la novela 'los renglones torcidos de dios', muchos aprendimos que los paranoicos se imaginan cosas irreales en su mente, pero son capaces de razonar correctamente en todo lo que no se refiera a su paranoia. la mente humana es fascinante.
    abrazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La patología mental es un desafió siempre. Quizás tienen dos mundos, entre la cordura y la razón y la insanía, y somos nosotros quienes dejamos de vivir ese mundo irreal. Ha de ser horrible de hecho. La mente es de verdad fascinante, con qué poder, por Dios.

      Un abrazo y buen martes

      Eliminar
  7. Esa mente maquiavélica... Qué gran relato!! Me ha encantado, es genial tu imaginación, aforo los relatos así... la Psique al poder.

    Te felicito, Preciosa.

    Mil besitos con cariño y feliz noche ❤️

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay niñas horribles. Niños también, pero aquí, llevada al extremo, daba pie paar que alguien, harto, le diera una lección, extrema también. Ficción.

      Un abrazo grande

      Eliminar
  8. Siempre con ironía...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un pelín de ironía nunca estorba. Truculento pero sin sangre :-)

      Un abrazo, Rafael

      Eliminar
  9. Macabro sin duda, pero lo relatas tan bien que hasta suena tierno cuando habla de la enfermera. O seré yo el macabro? :)

    Un beso dulce y dulce semana Albada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Yo disfruto escribiendo, e imagino que por eso puede leerse sin sufrir. Creo.

      Un abrazo y feliz martes, Dulce

      Eliminar
  10. Macabro relato amiga, me dio escalofríos al imaginar.....saludos y abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un poco tétrico sí salió. Son textos imaginados, con más humor que reflexión sobre el canibalismo, claro.

      Un abrazo y feliz día

      Eliminar
  11. Un gran relato, muy impactante ...

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Carmen. Voy a cambiar la imagen, por cierto

      Un beso y buen martes

      Eliminar
  12. Si me comen, espero que sea de otro modo. Aunque doy para un asado para familia numerosa, jajajaja.

    No dejas de sorprenderme!

    Un abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay sí, estar para comerse es una expresión que decimos a los niños por aquí, a menudo además. Claro, que se nos coman a besos, lametazos tal vez :-)

      Bueno, mi pluma es muy errática, y tira para donde quiere :-). Un abrazo grande

      Eliminar
  13. Vales lo mismo para un roto que para un descosido. Todo lo tocas y en todo sales mucho más que airosa. Luego hablas de la imaginación de los demás, pero tú no andas precisamente escasa.
    Magnífico relato.
    Feliz día.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo tuyo es un ingenio son parangón. Con imaginación, que también :-). Gracias, creo que soy temeraria, en todo caso, y un día me estrellaré, es broma.

      De nuevo gracias, Macondo. Un abrazo y pro un martes genial, nada truculento

      Eliminar
  14. ¡aaaaajjjjjjjj Aldaba!

    y yo que mientas como mi almuerzo
    me dije, vengo aquí a leer que escribieron
    mis amigos blogueros.

    Puaaaaj

    Fuera de este pequeñísmo detalle, el relato está muy bien narrado.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, Lamento se te indigestase el desayuno, Myriam, pero es que los textos son ficción, pura ficción :-)

      Un abrazo grande, y feliz tarde

      Eliminar
  15. ¡Madre mía, qué espanto! Este si que es un cuento de terror y lo demás son tonterías.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, tú no llegaste a conocer a Paquita Vinuesa, alumna recordada por su maldad absoluta :-). En serio, es un puro teatro.

      Un abrazo y por una tarde tibia y amable

      Eliminar
  16. ¡Terror puro, Albada! Tu versatilidad es asombrosa.
    Suculentas descripciones, y por lo visto, el profe no se da por vencido y va en busca de más.
    Abrazote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez quien prueba repite :-). Truculento, tal vez, pero me he divertido escribiendo, por lo absurdo de la situación. La ficción y sus formas

      Un abrazote y por una tarde bien bonita

      Eliminar
  17. Es divertido el relato, pero no es del todo irreal. El canibalismo ha existido, y automáticamente no pensemos, por favor, en África. ¿Sabes que en ciertas épocas de hambruna, en Edad Media, en países centroeuropeos hubo antropofagia? ¿Que los niños desaparecían por los caminos? Suena a cuento, pero...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, de cuento nada. Ha habido hambrunas que se superaron gracias a la patata, venida de las Americas. La antropofagia creo que es el ultimo tabú. Una vez superado, no sé, podría verse como algo natural. Es un decir, porque yo no me imagino en la situación. Quién sabe.

      Un abrazo y feliz día

      Eliminar
  18. Bueno, pues muchas gracias. Hay personitas que son horribles, pero no hay para tanto :-)

    Un abrazote, Evan

    ResponderEliminar
  19. Por desgracia estos relatos son reales, muy buen texto, correctamente compuesto del tema que nos lleva. Pienso que es fácil decir cuando una persona o personas cometen alguna atrocidad así o peor, pobrecitas están locas, la mayoría no lo están y saben perfectamente lo que están haciendo, eso es lo que da miedo de verdad.

    Besos y feliz día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que la demencia o lo que tenga esa nena está fuera de mi alcance, pero por supuesto sería inviable. La reacción del profesor era correcta, quería detener a esa nena, pero no le hacen caso. ¿Por qué le pongo en la tesitura de, a su vez, ser un asesino y caníbal?, bueno, es ficción. Si dejo que la burocracia, lenta o no, actuara, el texto quedaba muy cojo, creo :-)

      Un abrazo y feliz tarde, Rosana

      Eliminar
  20. Respuestas
    1. Ahí voy a parar, esa burocracia que nos limita tanto, seguramente adrede. Mira, sin entrar en detalles, tenía que hacer el carnet de familia monoparental y mi hijo menor pronto cumpliría los dieciocho. Me lo denegaron por la falta de un papel. LLamé, y s eme dijo textualmente, señora, esperamos que se canse, y si acaso espere a que haga los años y ya no neecsitará ese papel. Lo hice. Me lo deniegan. Es que el hijo mediano ha trabajado, aunque estudie. Adjunte los ingresos del año pasado del joven. Era de telepizza, en finde, unas cuatro horas semanales, sobre 100 euros al mes. Pues tuve que adjuntar eso. Al fin me lo concedieron y resultó que no tenía descuento para la Universidad, sí para IRPF mío y para renfe. Nada más.

      No, está diseñado paar que te canses, como me dijeron. Un abrazo

      Eliminar
  21. Quizá el canibalismo no sea, en realidad, cosa de unos pocos, jeje. En la antigüedad, no era necesario estar loco para comerse a un ser humano. Hoy día eso ya no se lleva, aunque vete a saber de dónde o de quién procede la carne (sobre todo la empaquetada) que compramos, jajaja.
    Un relato terrorífico cuyo personaje le hace la competencia a Hannibal Lecter.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no quiero malmeter, pero no puedo saber de qué están hechas algunas cosas. No hablo de hamburguesas, pero tanta cosa china con salsas y tal, no sé yo. Es broma. El perro, por ejemplo, se come todavía en regiones chinas y mejicanas, que yo sepa. Y nos parece una barbaridad, pero no lo es, tal vez.

      Un abrazo y tarde bonita

      Eliminar
  22. Son enfermos paranoicos y esquizofrénicos. Mentes enfermas que por desgracia llegan a cometer esas atrocidades que resultan incomprensibles.
    Tu relato describe perfectamente a esos desgraciados que a mí no me dan ninguna pena, solo me asombra la fuerza y el poder de la mente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hay psicópatas a raudales, todos los que no pueden ponerse en la piel del otro, ni sentir afecto, o pena, o compasión. Esto es un texto, sobre una niña tan extraña y enferma como para haber matado y troceado a su padres. Es ficción,, pro supuesto, pero en las guerras, ¿cuántos psicópatas no están en la gloria?

      Un abrazo y feliz tarde de miércoles

      Eliminar
  23. jajajajajajajajaja, un excelente "bocado" de humor negro

    Paz

    Isaac

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es el humor, el blanco si es posible, el negro de vez en cuando, lo que pone la sal a la vida y sus problemas.

      Un abrazo, Isaac.

      Eliminar
  24. Qué asquete me ha dado. Puedes tomarlo como un cumplido. :D

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jaja, así lo tomo. Cosas de la ficción y el celuloide

      Un abrazo, Dorotea

      Eliminar

Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.