Imagen de Aquí
Siguiendo la propuesta de Mag, sobre laberintos, mi aportación es la siguiente
Me despertó un ruidito, como de roedor diminuto, un cris-cris afanoso en un rincón del dormitorio. Pronto advertí que me hacía una señal para que le siguiera, y mi curiosidad pudo más que mi aprensión. Le seguí hasta un agujero, cercano al rincón, por donde entra la antena de la fibra. Para mi sorpresa, bajábamos por una cuesta oscura hasta llegar a cuatro bifurcaciones. Allí él ha tomado la primera de la derecha. Iba a seguirle. Resultó ser un ratoncillo parlanchín, simpático, con una charla sobre todo y sobre nada encantadora, hasta que se puso a divagar sobre la muerte y la reencarnación, alegando cobijar el alma de una chica de Reus que desapareció en la playa de Salou hace treinta años, y que no encuentra reposo.
- De momento habita en este
cuerpito saleroso, yo mismo, -dijo-, moviendo alegremente sus bigotes señalando
su tórax.
Quise seguirle, pero una
fuerza me arrastró hasta lo que creí el segundo camino por la izquierda. Mientras yo avanzaba,
su voz se iba haciendo más tenue y más lejana con cada paso, hasta que he llegado a
un lugar, como una placita cuadrada, donde, aun agudizando mi oído, no le pude
escuchar. Allí había tres cajas, diría de zapatos, por la medida. En dos de ellas yacía un ratoncillo, estando
vacía la tercera.
Quise huir de mi guía, y del lugar. Caminé sobre mis pasos, pero cuanto más creía estar cerca de
alguna salida, más perdida me sentía. Bajo esa casa de campo había un laberinto
de túneles, y un cementerio extraño, pensé, qué pésima idea alquilarla todo julio.
Mi pulso se aceleraba por
momentos, mis pupilas se dilataban buscando más luz en la oscuridad. Goterones
de sudor caían desde mi pelo a mi cuello. No conseguía llegar a ninguna esquina
que mi resultara familiar. A punto de echarme a llorar, un cris-cris
flojito me ha despertado nuevamente. El granizo caía sobre la terraza de mi
piso, y me he quedado buscando la carita de un ratoncillo en un rincón, pero
no, no estaba. Ni su charla, ni su alma ajena. De hecho, por no haber, no hay
ningún agujero en mi dormitorio. Espero que tampoco ratoncillos salerosos.
|
Me ha encantado, Albada. Una maravilla el despliegue de tu imaginación. He paseado por esos pasillos y he llegado a escuchar el ruidito saleroso. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño ♥
Una alucinada, pero a veces salen así, textos locos, de sueños imposibles :-)
EliminarUn abrazo, y mucha gracias.
Sin duda ese ratón debes de encontrarlo, él tiene las claves de ese laberinto ..muy bonito el reto. Me encanto como lo dirigiste.
ResponderEliminarUn besote grande y feliz semana.
Hay que buscarlo, tanto si existe como si no, dí que sí :-)
EliminarUn abrazo, y mucha gracias.
Solo fue un sueño, aunque el ratoncito era amistoso, o sería algún sueño premonitorio? puede ser, los laberintos tienen su simbolismo.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Pudiera ser premonitorio, y me acerque a un laberinto del que no sepa salir. Ojalá no :-)
EliminarUn abrazo, Dulce
A ver, niña...
ResponderEliminar¿No se te habrá caído ningún diente?
Me encanta como driblas la realidad, te vas por fuera, y luego vuelves, habiendo "disfrutado" de un mágico cuento de terror.
Bravo. Besos
Los despertares son dos, en este caso, lo que permite salir la realidad, como dices, para regenerar al punto de partida. Como se me caiga un diente, lo tengo crudo, los de leche como que ni los recuerdo ya :-)
EliminarUn abrazo, amigo.
Que pena, con la compañía que llegan a hacer, al final les coges cariño, a pesar de las libertades que se suelen tomar. Aunque tienen esas cosas de liarte y llevarte por su terreno, que tiene muchas más posibilidades que nuestros caminos trillados, son los que mejor conocen las casas por dentro.
ResponderEliminarVolverá, no te quepa la menor duda.
Un beso.
A mí gracia no me hacen. Vi una rata, negra, pequeña, corriendo desde bajo un contenedor a otro. Los caminos de los sueños son muy curiosos, y quién sabe si nos hablan, aunque estemos sordos para ese lenguaje :-)
EliminarUn beso, Alfred
Ohh qué relato más bonito!
ResponderEliminarme ha encantado Albada!
Leerte,siempre es hacer un viaje a la belleza!
Un beso grande.
Muchas gracias. Me tiro a las piscinas sin saber si hay agua :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día
Que historia más tierna, se le coge hasta cariño a ese imaginario ratoncito. Estupendo el ritmo del relato. Besos
ResponderEliminarEscribiendo, le cogí cariño hasta yo :-). Me dan repelús, pero este lo pinté saleroso, aunque algo inquietante.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Boa tarde Albada. Fiquei muito curioso e com vontade de entrar nesse labirinto. Nunca tive oportunidade de conhecer um.
ResponderEliminarSon espacios inquietantes, Luiz, hay uno en Barcelona, al que he ido más de una vez, y casi siempre me altera :-)
EliminarUn abrazo
quién sabe si fue sueño o realidad... de todos modos, da gusto encontrar ratones que tengan tan buena conversación. ;)
ResponderEliminarlos laberintos deben tener como mínimo una salida, porque si has entrado también podrás salir. pero otra cosa es encontrarla...
abrazos!
Ese roedor era simpático, cuando lo imaginé, que no es sueño, como imaginas. Claro, si entraste podrás salir, pero hay instantes de agobio en ellos, ¿eh?
EliminarUn abrazo, Chema
Qué imaginación tienes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y que no me abandone, me aferro a la infancia a través de ella.
EliminarUn abrazo, Macondo
nunca me atrajeron los laberintos... si le sumamos ratones peor jaja...
ResponderEliminarla foto me hizo recordar a la película El Resplandor de Kubrick... saludos!
En mi caso no fue ni un sueño, pero reuniría a tres componentes inquietantes para mí:el laberinto, el roedor, y las almas sin descanso.
EliminarUn abrazo, y sí, recuerda un poco.
¿sueño o pesadilla?
ResponderEliminarabrazo siempre
Diría que pesadilla, pero no la soñé :-), la inventé.
EliminarUn abrazo
Que alegría de granizo, un despertar maravilloso de una pesadilla no falta de imaginación. Feliz verano chica creativa
ResponderEliminarPues imaginé un cris-cris plausible, de granizo, y sí, vanos a disfrutar, nos lo debemos.
EliminarUn abrazo
Un sueño al estilo del cuento de Alicia y el país de las maravillas, pero con ratoncillo en lugar de conejo, je,je.
ResponderEliminarA partir de ahora, si oigo un cris-cris por la noche, no voy a hacerle caso. No quiero sorpresas extrañas, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Cuando lo leí me sugería al conejito con su reloj implacable, pero mi ratoncillo era mucho más amable :-).
EliminarRatoncillo no, pero el otro día entró una cucaracha desde la terraza, y la verdad, ni pizca de gracia me hizo. Un abrazo
Albada, admiro profundamente no sólo tu modo de escribir, sino también tu imaginación. Me atrapas en cada relato, me paseas por multitud de emociones diferentes y siempre, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarTemía, al descubrir que era un sueño, que me decepcionaría ese final por esperable. En absoluto, me encanta el cierre que le has dado. Y me encantó ese ratoncito. Me gustaría que fuera real, aunque me den asco, jaja.
Un abrazo grande
Pues me halagas. Mi estilo, si existe, es muy a su aire. Claro, la pesadilla, porque como alucinación era inviable, tenía que acabar. Qué mejor que con una sonrisa, ¿no? :-)
EliminarUn abrazo grande
Un genial relato donde nos atrapas de principio a fin y con tu sello de identidad que eso es lo principal. Tienes una gran capacidad creativa.
ResponderEliminarAbrazos y feliz miércoles !!!
Muchas gracias. De hecho, laberintos de verdad conozco dos, y me inquietan, así que opté por meterlo en un sueño, porque me era más fácil.
EliminarUn abrazo y de nuevo, gracias, Joaquín.
Pues para ser "un testo loco" me gusta como ha salido esa "locura", felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un texto loco, y un testo alocado del todo :-). Muchas gracias, Rafael.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
¡Menos mal que todo quedó en un sueño!A mí eso de meterme en un laberinto no creas que me gusta mucho...y menos después de leer tu relato. No vaya a ser que luego no pueda salir, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo
Los dos que he podido investigar me han dejado de verdad inquieta, así que no creo que busque entrar en otro :-), pro si ha de ser, persiguiendo a ese ratoncillo imaginado .
EliminarUn abrazo, y por una tarde bonita para ti
La mente es un laberinto y desde luego cuando dormimos mucho más.
ResponderEliminarBuscar una interpretación valida es difícil.
Espero que no le asusten los ratones, pueden reencarnarse en su habitación.
Un placer leerte
Uf, la primer idea fue hablar del laberinto de algunas pasiones, o mentes, y me desbordaba el asunto. Lo del sueño me pareció fácil de acometer. Pues espero no encontrar un ratón en mi dormitorio, porque uno que vi en la calle, me dejó inquieta. :-). Me imagino insomne toooda la noche
EliminarUn abrazo, y feliz tarde, para ti
Ya me caía simpático el ratoncillo charlatán.
ResponderEliminarEspero que mas que pesadilla haya sido un momento de reír al despertar.
Y sin ningún hueco en el dormitorio.
Me gusto tu aporte.
Un abrazo :)
Es que lo imaginé muy simpaticote. No, ni siquiera soñé, pero lo inventé para llegar aun laberinto subterráneo :-)
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Mira que si nos reencarnamos en ratones!!!
ResponderEliminarAh no, que ya lo somos!!!
Yo no, de momento, Toro :-)
EliminarUn beso
A mí me dejas pasmada, qué maravilla de imaginación. Ojalá me despierte el granizo con este calor, te aseguro que salir de casa con mascarilla es el peor laberinto.
ResponderEliminar🐁🐁🐀🐀
Es incómodo. Hoy me he dejadlo la mascarilla, con este calor, y entre mí pensaba...pero qué rollo que nos ha llegado ¿no?. Un laberinto eso de volver a la normalidad, con tantos sintomáticos, que manda lereles, dicho sea de paso:-)
EliminarUn abrazo
Nunca probé setas ni alucinógenos, pero quién sabe, seguir a un ratoncillo, o a un águila mejor, sería divertido un rato :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Son misteriosos los sueños, a veces, algo que se nos escapa del día a día va y aterriza ahí, pero maximizando y corregido.
ResponderEliminarAquí es más pesadilla que sueño.
Abrazo
Pueden ser muy curioso. Soñé con algo del trabajo, y con una persona en concreto, que no me interesa para nada :-). Pareciera pesadilla lo que inventé, es verdad.
EliminarUn abrazo, y feliz día
¡Qué buen texto, Albada! Me ha gustado mucho como la voz narradora, convertida en ratona (o Lilliput femenina), se mueve por esos estrechos laberintos.
ResponderEliminarMenos mal que todo quedó en una pesadilla.
¡Quė ingenioso tu relato! Te felicito. Besos
Cierto, en un mundo onírico no hay alturas ni proporciones. Es la magia del soñar.
EliminarMuchas gracias, Myriam. Un abrazo.
¡Qué texto más alegre a pesar de todo! Me ha encantado. Volverte ratona, gusaneta, no sé muy bien qué pero desde luego, una noche de auténtica pesadilla, de esas que al despertar estás más cansado que si hubieras estado trabajando de sol a sol.
ResponderEliminarMillones de gracias, Albada, por sumarte a esa laberíntica dinámica y darle esta forma tan curiosa.
Agradecida de corazón.
Muchos besos.
Pues gracias a ti por la propuesta, que tenía su interés y su dificultad. Me alegro que te gustara.
EliminarUn abrazo grande, anfitriona.
Alucinante. Yo creo que el ratoncito es un símbolo de nosotros mismos.
ResponderEliminarMe recuerda un poco a "Alicia en el País de las Maravillas"...
Besos a montones y enhorabuena
Somos ratoncillos, que a veces queremos llevar a alguien a centros subterráneos de interés. Pero planteaba un sueño, poquito más.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias.
Mucha imaginación bien llevada.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias, Malque. Un abrazo grande
EliminarQue bonito relato Albada, un ratoncito amistoso y ese laberinto del que no encontramos salida. Saludos amiga.
ResponderEliminarUna alucinación onírica, pero es que salió así :-)
EliminarUn abrazo, Sandra
Wowww mi amiga, que tal laberinto, relatado bellamente,
ResponderEliminarfascinante como lo hiciste.
Besitos dulces
Siby
Pues qué bien que te gustara, ese roedor simpático me resultaba fácil de imaginar :-)
EliminarUn abrazo, y gracias
Lindo ratoncillo, o malvado roedor.........muy imaginativo y bien escrito.
ResponderEliminarUn saludo
Simpático roedor, pero planteaba reencarnaciones inquietantes
EliminarUn abrazo, Victor. Muchas gracias
Hola ALbada, ¡Qué historia la del ratoncillo! De primeras me fui, como Alicia, tras sus pasos por ese laberinto, pero esa niña desaparecida y reencarnada, me puso alerta, todo fue un sueño puf. Qué imaginación compañera. Feliz jueves
ResponderEliminarParecía ser una alucinación tipo Alicia, pero este ratoncillo era muy simpático. Cabía en un sueño, y así lo situé :-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias, Emerencia.
Jeje Hola Albada! Celebro ti imaginación y tu encantó para narrar historias con tanta inventiva. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarBueno, la imaginación es gratis, así que puedo tenerla sin problemas :-)
EliminarUn abrazo, y gracias. Por un viernes bonito para ti.
Qué aportación más salerosa¡¡¡...admiro los que tenéis tanta y tan buena imaginación...creo que por un momento escuché el ruidito...jejeje...
ResponderEliminarUn beso¡
Era una opción, ya que odio los laberintos y en forma de sueño me era mucho más atrayente.
EliminarUn abrazo, y de vedad, muchas gracias.
Es un relato precioso, vamos es que no le falta de nada a tu aventura con el ratoncito parlanchín. Me ha encantado, besos.
ResponderEliminarMuchas gracias. El despertar con el ruidito descocido era la clave :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y feliz finde
Siempre me sorprendes con tu imaginacion que bien se te dan los relatos.
ResponderEliminarBesos enormes.
Es la niña que guardé, que no dejé que madurara :-).
EliminarUn abrazo, y por un finde sensacional para ti.
Como siempre, quedo estupefacta ante tus relatos!
ResponderEliminarMe encantó Alba.
Abracitos
Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado, siendo, como es, una pijadita :-)
EliminarUn abrazo, y buen finde
Ah! Qué encantador relato. Muy bueno Alba👏🏼👏🏼
ResponderEliminarMuchas gracias, Galilea. Un abrazo grande
EliminarMuy bueno jeje jejejeje 😊 ingenioso como siempre...
ResponderEliminarBesos al alma
En forma de sueño, lo del laberinto podía asumirlo, porque no me gustan :-)
EliminarUn abrazo y gracias, Paula
Me alegro de que no tenga agujeros en la habitación, aunque gracias a uno salió este relato tan estupendo. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
No tiene, pero si el precio fueran aventuras con roedor parlanchín, mira, igual no me importaba :-)
EliminarUn abrazo, y gracias.
Un simpático e imaginativo relato.
ResponderEliminarBesos.
Pues muchas gracias, Amapola. Un abrazo y buen finde
EliminarEl ratoncito resultó simpático o simpática, siendo el alma de una chica, que no encuentra reposo. Pero no muy eficiente como guía de un laberinto subterráneo. Da sensación de que se distrajo por algo y se olvidó de seguir guiándote.
ResponderEliminarParece que la protagonista del relato tenía una inquietud, que se manifestó en el sueño.
Besos.
Me temo que sería un ratoncillo hembra, pero vaya usted a saber. Con su verborrea se despistaba, seguro. Un Cicerone muy poco efectivo :-)
EliminarUn abrazo y por un finde genial para ti.