Imagen tomada del blog de Dorotea |
Esta semana, la anfitriona es Dorotea, de lazos y raíces y propone escribir de profes inolvidables, por la razón que sea. Este texto es ficción por completo, ya que he tenido profesores inolvidables, por supuesto. Maniáticos, exigentes, lunáticos, estupendos y hasta muy curiosos, pero he optado por remitirme a una historia inventada. Mi aportación es la siguiente
Don Álvaro tenía cuarenta y cinco
años y para Elena era un viejo. De hecho, le sorprendió saber que tenía un hijo
pequeño, ya que pensaba que tan mayor ya no se tienen hijos. Tenía de especial,
para ella, su manera de moverse en clase, alejada de otros profes, estáticos en
la tarima.
Nunca notó que se dirigiera a
ella con especial atención, y además, era malísima en física, asignatura que no
era su preferida, y que aprobó por los pelos. A ella le encantaba la literatura y el
francés, ambas asignaturas capitaneadas por mujeres jóvenes, novedosas en sus
maneras didácticas y que le animaban a escribir. Los años pasaron. Elena acabó filología hispánica,
encontró un novio y empezó a dar clases en un colegio privado. Allí estaba
Álvaro, con bastantes canas, pero más interesante que antaño. Resultó que él sabía de ella, que había
seguido más o menos su trayectoria estudiantil y personal.
Cuando se quedaron solos en la
sala de profesores, la mirada de él era de fuego y pasión, parecía que quería
derretirla con sus ojos, más vivos de lo que ella recordaba. Se había divorciado de su esposa poco después
de ese cuarto de secundaria y vivía solo. Sigue estando por su hijo, casi mayor de edad y dice no haberla olvidado jamás. Se llevan
treinta años, y son felices. Cada uno en su materia, combinando física y versos
cada mañana, y dejando que quienes piensan mal hagan lo que quieran, porque
cuando el amor llamó a sus puertas,
supieron abrirla, quisieron abrirla, sin atender a nada más. Elena ya nunca le ve viejo, y sólo alguna vez, en la intimidad más dulce, le llama "profe", con la mirada de miel y ambrosía.
Palabras 287
Más relatos jueveros
Más relatos jueveros
En estos tiempos que corren, de no esperarse unos años, su mirada encendida habría pasado de la tarima a un calabozo ;)
ResponderEliminarUn beso.
Ya te digo, fue muy prudente el tipo. Porque ahora con mayor saña y para mi gusto, justificada, las relaciones con menores, siendo profe, es que es un delito muy grave. Y con razón.
EliminarUn beso, Alfred
Que bonito relato de amor en el que a pesar del tiempo transcurrido supo el destino reunirles de nuevo. Un abrazo
ResponderEliminarEl destino tiene una baraja de cartas que juega como quiere. Aquí el tipo fue muy correcto, aunque esa aprobado por los pelos fuera fue una pequeña concesión. Si el amor es real, la edad no debería ser un obstáculo, pero cuando él tenga setenta primaveras, ella tendrá cuarenta abriles. En fin...que quería un final feliz. :-)
EliminarUn abrazo, y feliz noche
Boa tarde. Parabéns pela postagem sobre o amor. Grande abraço carioca.
ResponderEliminarBuenas noches, Luiz. Un abrazo y por el amor, que a saber qué es.
EliminarMe gusta ese giro en la historia de los dos, un inesperado amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Macron igual no lo ve tan raro como parece así, a simple vista :-)
EliminarUn abrazo
la primera alumna a la que di clase, ahora tiene 21 años. le llevo veintidós.
ResponderEliminarun bonito relato, es curioso que con el paso de los años viera a su profesor más atractivo. curioso y esperanzador, para los que ya tenemos una edad. :D
besos!
Pues no sé. Es curioso, sí, en parte, porque suele ser al revés, los alumnos se enamoran de los profes de manera platónica y con el tempo, ese amor desaparece, pero a veces no, Macron es un ejemplo. Con cincuenta años los hombres pueden ser muy atractivos, y no lo digo por decir. George Cloony sin ir más lejos :-)
EliminarUn abrazo, y no desfallezcas. Ni te imaginas la de veces que la persona idónea aparece en los lugares más inverosímiles. La edad da la ventaja de saber qué NO se quiere, y la experiencia de no cometer errores que ya se cometieron :-)
El destino es impredecible, aunque siempre se hacen proyectos pero luego el momento y la realidad te va ofreciendo diferentes puntos de vista para que tomes una decisión.
ResponderEliminarBonito relato, felicidades.
Un abrazo.
Los proyectos, y los anheloso, quedan aparcados en muchas ocasiones, y algunas veces, y sólo algunas veces, el destino tiene a bien darnos esa oportunidad soñada.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo, Rafael
Me encanta la ficción, y no es desatinada. Conozco muchos casos y cercanos de esos amores, donde aprietan el sexo y la ternura, entre el maestro y la discípula. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo es tan extraño, aunque al a inversa sí nos llama la atención, porque una mujer de cincuenta con un joven de veinticinco se nos hace difícil de entender. Porque el amor no ponga barreras que no tiene.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Inventas mejor que nadie, tanto que seria estupendo que esa historia fuera real, el destino, el tiempo, el amor... confabulados para que la relación sea tan bonita. Un abrazuco
ResponderEliminarHay confabulaciones del destino, para rencontrarse con quien estaba destinado a nosotros, si bien casi nunca lo vemos hasta que ocurre, a toro pasado.
EliminarUn abrazo, y gracias, Ester.
Que relato mas lindo, me has recordado una amiga de la juventud que se enamoró de su profe de matemáticas y en la vacación me lo contó, años más tarde se casaron y que sepa a dia de hoy son la mar de felices. El amor es asi, no tiene ni límites cuando llega rompe esquemas. Un fuerte abrazo con mucho cariño.
ResponderEliminarNo era tan imposible, ya lo ves, y que toma nota Chema :-). Claro que es posible, y pueden ser parejas magníficas, porque combina la fuerza de uno con al experiencia del otro.
EliminarUn abrazo, y por el amor, sea lo que sea, que triunfe .
Bonita historia de amor. Bonito ese respeto del profesor hacia su alumna sabiendo esperar el momento correcto.
ResponderEliminarPrecioso.
Seguía su pista, por algo sería. Y fue muy prudente y comedido, pero claro, cuando la vio, a su disposición, por edad me refiero, se derretía pobrecillo :-)
EliminarMuy romántico pero mira, quería que fuera con final. Un abrazo
Un abrazo
Paso de viejo a un Señor apuesto, claro muchos años después cuando ella era su colega, hizo feliz y ademas creo que la física ya la entendió mejor.
ResponderEliminarTu ficción me gusto.
Abracitooo:)
Es que las asignaturas, también gustan o no según quien nos dé la materia, eso primero. Un hombre es atractivo y potente a los cincuenta, por desgracias en las mujeres, hasta las canas nos sientan peor :-)
EliminarMuchas gracias, Cecy. Un abrazo
Un abarzo
Me gusta ese final que denota ternura y amor, y es que no hay edad para sentir amor, ni atracción, aunque haya límites que a veces no se pueden cruzar.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Fíjate, y pienso en Vargas LLosa. No hay edad para ser feliz, y es verdad, con prepucios no vamos a ningún lado. Por supuesto entre mayores de edad
EliminarUn abrazo, Dulce
uhhh un amor con algo de prohibido, o al menos de cuestionable... madurado con el tiempo, se ha hecho perdurable. Muy buena historia. Un abrazo
ResponderEliminarTuvo que pasar tiempo para madurar, el amor, y ella. Pero seguramente lo que necesita su tiempo sale mejor, como los sofritos.
EliminarUn abrazo
como te he disfrutado un entrada fuera de serie
ResponderEliminarMe alegra. Un abarco
EliminarEncantador relato... y así es el amor
ResponderEliminarpaz
Isaac
No debería tener limites, siempre entre adultos, por supuesto. Y creo que somos sociedades muy cargadas de prejuicios, y de bobadas.
EliminarUn abrazo, y sí paz siempre, Isaac
Una bonita e inobjetable historia de amor, en la que él ha sabido respetar los momentos, como corresponde.
ResponderEliminarUn abrazo.
El buen amor sabe esperar, sabe dejar que los ingredientes maduren. Lástima que no siempre el "menda" sabe obrar con respeto.
EliminarUn abrazo
Que bonito relato, me has recordado mis años de escuela. Para el amor no hay edad. Saludos amiga.
ResponderEliminarNo hay edad. Cuando las parejas se forman con edad madura, saben mejor qué errores ya han cometido, y saben más de amor y del desamor.
EliminarUn abrazo
Este relato me ha hecho pensar en que a veces los humanos levantamos estructuras perennes en nuestra mente -de ideas, de creencias, de pasiones, etc.- y las alimentamos en mayo o menor medida toda la vida. En el caso de viejos sentimientos o relaciones apasionadas que desaparecieron suelen latir de modo larvado y en determinados momentos saltan. ¿No hay individuos, de un sexo u otro, que cuando hacen el amor a solas y consigo mismo tienen in mente rostros del pasado y situaciones vividas? Nada, que tu texto bien hilado me ha hecho pensar.
ResponderEliminarClaro, de hecho no somos papeles en blanco salvo al nacer y vamos tomando figuras, sentimientos y sensaciones que guardamos en el disco duro o memoria Ram de nuestro cerebro. Por eso, algunas veces, algo nos lleva a una situación concreta del pasado, del que aprendimos. Y por supuesto, cuando el onanismo funciona mejor, sobre todo en las mujeres, es sin nada más que la imaginación y los recuerdos de esa persona que nos hizo vibrar hasta llevarnos a esa pequeña muerte.
EliminarBueno, que no pretendo sentar cátedra :-). Un abrazo
Qué preciosidad de relato. Es algo que abunda mucho, aunque no lo parezca. Conozco varios casos, de hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Más de lo que parece. No se comenta, a no ser que el alumno sea un menor, en cuyo caso además de un delito, es una barbaridad que acaba con la carrera de todo profesor. Pero sí, hay muchos casos. Y me haces recordar al marido del tema de Sabina que se fugaba con una peluquera veinte años menor, de su canción quién me ha robado el mes de abril.
EliminarUn abrazo, Rocío
Qué historia tan tierna y romántica. La vida, a veces, nos depara sorpresas y lo que un día nos pareció insustancial y sin ningún interés, con los años lo vemos con otros ojos y nos resulta sorprendente que nunca nos hubieramso fijado en su atractivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y al revés, Josep Mª, lo que día nos pareció el colmo de la maravilla, al pasar del tiempo nos puede parecer insulso y e insustancial.
EliminarPorque la cosas lleguen a su tiempo, a su debido tiempo. Un abrazo
Es tan bella e interesante esa historia que cuentas, que merecería ser real.
ResponderEliminarBesos.
Podría serlo. En la realidad conozco a quien tras ser alumna fue secretaria de dirección de la empresa donde el antiguo profesor era director financiero. La pareja duró doce años. Les recuerdo muy enamorados, con una hija de ella, que fue madre en solitario, y que rejuveneció al director. Creo, no puedo afirmarlo, que con el cierre de la empresa en 2009, los temas económicos masacraron la antigua camaradería y locura entre quienes se llevaban exactamente veinticinco años, aunque solo en sus DNI.
EliminarUn abrazo, y por una tarde bonita para ti
Ojalá entonces más adelante platiques de los que sí fueron reales. Estaría interesante. Dejan huella, sin duda.
ResponderEliminarHay situaciones similares, en la realidad, más de los que uno se cree. Son amores que tienen que justificarse cada día, por eso suelen ser intensos.
EliminarUn abrazo
¡Qué bonita historia de amor! Y lo cierto es que esas cosas pasan. Yo he sido testigo de algunas, con sus variantes, claro está. El amor siempre espera a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarUn besito, Albada. Ya estoy de vuelta en el blog
El amor puede estar, como dices a vuelta de una esquina. A veces más cerca o más lejos :)
EliminarUn abrazo
Hola Albada corazón me encantó esta historia, el amor no tiene edad jajaja a mi me ha encantado esta historia inventada que parece real también... te regalo un 10 Te parece bien ? porque yo estoy enamorada de un profe y me ha costado mucho entrar en su corazón un poquito nada mas, pero con eso me conformo ya que es el hombre que amo con toda mi alma feliz tarde corazón, gracias por estar y ser así de linda besitosssssssssssss
ResponderEliminarYa veo que ocurre, que igual cerca tenemos a alguien un poco enamorada de un profe :-).Que sea para bien, que te haga feliz..
EliminarUn abrazo
Ahora han de ahorrar para el futuro... jajajaja
ResponderEliminarBesos.
jaja, a la vejez...Un beso
EliminarAl final la vida les unió. Es una historia que bien podría se real.
ResponderEliminarHay profes que no se olvidan.
Un abrazo de una madre de filóloga.
Es que la vida suele ser más real que la ficción, aunque no lo parezca :-). Por la filología, siempre.
EliminarUn abrazo
¡Qué linda historia de amor llena de romanticismo, dices que es ficción, pues yo conozco a un profesor que se ha casado con su alumna y son tremendamente felices, lo que nos demuestra que para el amor, no hay edades, ni fronteras, el amor es el motor que rige nuestra vida y la de todos.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño.
No tiene límites, no debería tenerlos, luego la sociedad pone sus prejuicios, eso sí.
EliminarUn abrazo
Wow, ¡no me esperaba para nada ese giro en la historia! Pero estaba claro que ambos profesores estaban predestinados a encontrarse.
ResponderEliminarUn besazo, Albada
Eran como ya unos viejos conocidos, preparados para encontrarse en el presente.
EliminarMe alegro que te gustara. Un abrazo
Qué bonita historia, Albada. Y es que es así... el amor no entiende de edades y cuando llega... es para quedarse. Me ha encantado la ternura y la dulzura al relatar. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño ♥
Siempre haya que dejar que el amor nos agarre por al cintura. Y dejarnos llevar. para eso no hay edad.
EliminarUn abrazo, y feliz día
No es ni será la primera vez que surge el amor entre profe y alumn@ :)
ResponderEliminarYa me imagino a la chica haciendo "travesuras" con su "profe" ;)
Bss.
Es un clásico, que suele quedar en platónico, pero no siempre, claro.
EliminarUn abrazo, y por la imaginación.
Oh qué historia tan bonita! Me ha encantado,me quedé atrapada leyendo,sintiendo cada emoción desgranada en tus palabras.
ResponderEliminarAlbada,me encanta,de verdad...es una belleza.
Un beso grande.
Me alegra que te haya gustado. Quise poner ternura y paciencia, porque a veces el destino está para llegar a ese momento y saberlo ver.
EliminarUn abrazo
Hay que ver donde se meten algunos jeje. El amor es lo que tiene, me ha gustado
ResponderEliminarUn saludo
También ha sido un clásico. Habita un tema, Secretaria, de Mocedades, que reflejaba ese amor platónico de una...un poquito enamorada.
EliminarUn abrazo, Victor
Que bonito, el amor no tiene edad y ya lo demuestran algunas parejas que viven felices.
ResponderEliminarmariarosa
La edad nos hace más sabios, pero nos mantiene igual el corazón. Por eso en la edad madura, los amores pueden ser mucho más reposados y longevos.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Que tierna historia....desde el colegio él se enamoró y después de años, la seguía amando...que lindooooo...besoss
ResponderEliminarEs que a veces, hay amores que están como dibujados, y acaban por llegar, tarde o pronto.
EliminarMe alegro que te gustase. Un abrazo.
Bravo por el profe, y por su alarde de contención, que ella ni noto que estaba siendo amada en secreto.
ResponderEliminarHistoriaza de amor, eh? Mirada de fuego
Abrazosss y Besosss, amiga
Mira, me dije, pues hoy un cuento con final feliz, de esos que uno siempre quisiera :-)
EliminarUn abrazo, amigo. Feliz tarde
Como rezan muchas veces los dichos: "el amor no tiene edad" y he aquí que lo has bordado, Albada. Felicitaciones !!!
ResponderEliminarUn abrazo gigante, amiga y feliz viernes !!!
Yo creo que es verdad, la capacidad de enamorarse, de que nos agarre esa locura transitoria, no se pasa con la edad.
EliminarUn abrazo, y por una tarde bonita.
Una historia muy romántica, Albada.
ResponderEliminarAbrir la puerta al amor, siempre.
Besos
Ya lo creo, cerrarlas, es como momificar el corazón. Romántico salió le texto :-)
EliminarUn abrazo
Y es que donde hubo brasas con el paso del tiempo se avivan...Precioso y romántico relato, besos.
ResponderEliminarHay rescoldos que se pueden reanimar. En este caso ella se enamora ya adulta, pero siempre es bonito amar.
EliminarUn abrazo
Que hermosa historia que me ha encantado y que personalmente me toca en cierta forma
ResponderEliminarSi has estado en una situación similar, bien sabes que el amor no pide permiso, ni carnet :-)
EliminarUn abrazo
Albada te he comentado varias veces y no sé qué pasa que se me pierden :/
ResponderEliminarEs caprichoso esto de Internet :-)
Eliminar[ Vaya, ahora sí ]
ResponderEliminarTe decía que para todo hay su momento, su tiempo, hay que dejarse madurar
Un relato romántico y enternecedor
Abrazo
Es verdad, creo que las prisa no son buenas, ni para llevarse al huerto a nadie, ni para jurar amor eterno a unas edades insólitas.
EliminarPor el amor que tarde, poco o mucho, llegue sano y salvo. Un abrazo
Ojalá fuera cierto y a lo mejor lo es en alguna parte... Daría para una tierna película y vaya que yo iría a verla! Gracias por participar y un abrazo
ResponderEliminarCreo que salió muy romántico, pero de vez en cuando hay que creer en los finales felices.
EliminarGracias a ti por tu buen hacer. Un abrazo
Hay amores a temporales, que cuando se encuentran se convierten en inseparables.
ResponderEliminarUna preciosa historia de amor, Albada.
Besos apretados.
Los hay. Vale que sin pocos, pero en verdad uno llega a pensar que hay almas destinadas encontrarse.
EliminarUn abrazo
El amor no entiende de edad, ni de raza, ni de condición... y el que lo critica es porque no lo tiene. Besitos.
ResponderEliminarNo debe entender de esos corsés. La realidad casi siempre, sin embargo, supera a la ficción.
EliminarUn abrazo