Entraron en el Jardín botánico,
poco más podían hacer, la entrada para el Prado no se había reservado por un
fallo técnico del sistema, y por la hora, era imposible que les dejaran entrar.
El sueño de ver la copia de la Gioconda se venía abajo, nuevamente en su caso.
El día previo y con las entradas compradas correctamente, se entretuvieron tanto
en El Escorial, que no llegaron a Madrid hasta muy pasada la hora asignada.
─No, si al final tendremos que ir
a París, ─ dijo sonriendo Pablo─, bien cogida en su mano la mano de Pilar
─Pues me apunto, no te quepa
duda─ dijo ella─, apretando su mano en la él. ─Nos ponemos a mirar viajes
baratos, y nos damos el gusto ─añadió.
─Pero qué temeraria eres, a veces
me das más miedo que una pedrada en el ojo─ remató Pablo, mientras le pasaba el
brazo por el hombro con una levísima presión.
Se miraron a los ojos ante el
Velázquez tantas veces fotografiado del paseo. Se reconocieron de nuevo en la
mirada del otro, como tantas veces en los diez años que llevaban juntos.
La opción del Jardín les
apetecía, con el alarde de luces que anunciaban en la prensa. Esos de Madrid se
venían arriba por la nominación de la ciudad a Patrimonio de la Humanidad, y
habían previsto varios diseños con luces en varios puntos de la capital. Lo
habían comentado el El café Gijón al mediodía, al ver la programación.
Allí estaban pues, en la puerta,
poco antes del anochecer. Ante un olivo milenario, recordaron el viaje
que hicieran hacia las Canarias, por ese mar, el Atlántico tan distinto
a su Mediterráneo. Atracando en el puerto de La Palma, les sorprendió ver el
tamaño del ancla de proa, enorme, como sacada de un cuento de Liliput.
Cuando el espectáculo acabó, se abrazaron, como en ese puente de navío, bajo las
estrellas. Con la diferencia de que ahora la contaminación lumínica no
dejaba ver nada más allá del neón de los oropeles de una ciudad que quería ser
el centro y la totalidad de una nación.
Pero la ciudad de la luz, París,
les esperaba, con su Gioconda, y su escultura de Eros y Psique.
Imagen de Aguirrefotox
Un bonito y vivo relato, la ilusión siempre es buena compañera y da alas para ir . Abrazos
ResponderEliminarPues que nadie les prive de esas alas. Ojalá que vayan y disfruten una barbaridad
EliminarUn abrazo, y bonita tarde te deseo
Pues ya que dices París pienso que es una ciudad que se podría estar visitando toda la vida y seguiríamos descubriendo.
ResponderEliminarUf, es que no cansa, pero casi que Florencia me llama más, así como que para perderse, y encontrarse, claro :-)
EliminarUn abrazo
Precioso relato.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Amapola. Un abrazo
EliminarEstupendo este relato que derrocha ternura y amor por los cuatro costados. Una imagen muy linda. Y como dice la canción París bien vale una misa. Feliz comienzo de semana Besos.
ResponderEliminarClaro que vale una misa, y hasta dos :-). Es una ciudad preciosa e inacabable.
EliminarUn abrazo, Campirela
La Gioconda pudo ser la excusa pero había cierta química entre ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sería una estupenda excusa, estoy segura. Un abrazo, Rafael
EliminarQué bien están!!!
ResponderEliminarQue les dure infinito.
Besos.
Ojalé y les dure, qué envidia amigo ;-). Un beso
EliminarDeja un sabor encantador tu relato...
ResponderEliminarDeberíamos escribir más a menudo sobre la luz, la vida, la alegría...
Un abrazo luminoso
Muchas gracias. De hecho hay miles de noticias diminutas que nos alegran la vida, lo malo es que en la prensa nunca salen
EliminarPor estar bien, por buscar estar bien. Un abrazo
Pues que bella ciudad para perderse juntos.. por algo la llaman la ciudad del amor!
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana te deseo Alba
Es una ciudad preciosa. Para volver una y otra vez.
EliminarUn abrazo, y gracias. A por una semana estupenda
Oye, una curiosidad, la Ciudad de la Luz no era Alicante? Es broma claro, me encanta el cine. Pero como tú, me inclino más por Florencia que por París.
ResponderEliminarBueno, igual tiene mucha luz, y no lo dudo, pero vaya, aquí me refería a París, con su luz eterna.
EliminarUn abrazo, y por Florencia.
Un romántico viaje con un destino que no es menos, como si fueran Eros y Psique.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Pues casi que sí, por el romanticismo queno muera.
EliminarUn abrazo, Dulce. Por una bonita semana
París... dicen que no es una ciudad, sino una emoción. Me quedo con tu relato y con París. Precioso, Albada.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz tarde ♥
Pues sí, pudiera ser una emoción con arquetipos, on edificios, con sus músicas y voes.
EliminarUn abrazo, y feliz noche
Siempre digo que en París se nota la mano de Napoleón, megalómana y faraónica. La verdad es que nunca la ves entera.
ResponderEliminarTus personajes serán felices en el Louvre. Y la foto que has puesto es preciosa.
No se puede ver así, de una pasadita. Se requiere un tiempo, y unas ganas, claro.
EliminarSerán felices, imagino. Un abrazo.
Y siempre les quedará París, aunque mi experiencia fue bastante diferente por coincidir con los desafortunados ataques terroristas. Un abrazo.
ResponderEliminarCachis, eso es tener mala suerte. Pero aún así, dejando el dolor al lado, es una ciudad de mirarse.
EliminarUn abrazo.
Hay personas que son ciudades (y viceversa...)
ResponderEliminar😊
Besos.
Totalmente de acuerdo. Las hay que son hasta universo.;-)
EliminarUn abrazo, Laura
Un encanto de relato de viaje a Paris, con trasfondo del viaje a la Canarias. Un ensueño. Con aprecio. Carlos
ResponderEliminarCasi un ensueño, es verdad. Como carambola de suerte :-)
EliminarUn abrazo
Que lindo relato amiga, hace suspirar y soñar en estar ahi... Saludos y abrazo Albada.
ResponderEliminarMuchas gracias, es muy suave, es verdad. Un abrazo, y feliz día, Sandra
EliminarMadrid, París, Canarias, lugares que conozco y a los que volvería con frecuencia.
ResponderEliminarUn bello relato con tintes románticos y viajeros.
Un abrazo.
Pues a viajar lo que se pueda. Gracias, Josep Mº.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
¿En la ciudad, en la mirada? ¿Donde la luz?
ResponderEliminarPara mi en el relato Maripau.
Gracias, Gracias!!
La luz casi siempre está dentro de quien quiere sentirla, creo
EliminarMuchas gracias.
Un bonito relato lleno de amor y una bella foto. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo
qué bonita tu foto en parís! madrid es más modesta, no en vano se sigue denominando 'villa', pero también tiene su encanto. ;)
ResponderEliminarabrazos!
jajaja, pero es capital del reino, y eso, amigo, no hay quien se lo quite :-)
EliminarUn abrazo, Chema
Precioso relato. Felicidades!!
ResponderEliminarMuchas gracias. Un abrazo
EliminarTengo envidia de tus personajes, de poder compartir experiencias, sensaciones, paseos; de no pensar más que en la siguiente parada.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Pues es casi ficción. Pero existen parejas con esa suerte.
EliminarUn abrazo, y gracias.