Estaba dando a luz
en ese refugio. Las bombas resonaban en sus oídos, y en su interior. Rezó, con
la ilusión de que la niña que esperaba naciera bien, y que con ella, la guerra
absurda acabase.
Los dolores de
parto no entendieron de estrategia bélica, simplemente Eva nació, con un llanto
airado, elevando la cabeza sobre el vientre de la mujer, y mirando a su alrededor,
como valorando la situación.
Maneó sus manitas, buscaba el pecho materno, y en ese instante los sonidos desparecieron.
El ginecólogo improvisado no sabía qué
pasaba, porque al dirigirse hacia la luz, no era un refugio el lugar, sino una sala
de hospital.
Había habido una
pesadilla colectiva. Ucrania no había sido atacada por Rusia, Eva y su madre
saldrían a la calle pronto, cantando a la paz. Las vi seguras, porque esa nena
traía en sus manos la sabiduría de todas las mujeres que la precedieron. Eso
aseguraba la paz mundial. La ilusión.
Como una epifanía que hizo despertar de tan maldita pesadilla. Un resurgimiento de luz; de una nueva era en la que creer y por la que vivir con ilusión y esperanza.
ResponderEliminarY qué bonito lo has contado, querida amiga…
Precioso.
Abrazo grande 💙
Lo imaginé como un renacer a la coherencia, como un renacer a la razón.
EliminarMuchas gracias, Ginebra. Un abrazo
Ojalá. todo fuese una mala pesadilla colectiva o quizá lo sea y no puedo despertar.
ResponderEliminarMaripau, bonita historia que a todos nos gustaría que fuese real.
Besos.
Nadie. Es podemos despertar, pero sería muy bonito. Como la llegaba de una persona que cambiara el mundo, para bien.
EliminarUn abrazo. Feliz día
Que esa ilusión se haga realidad y no un sueño.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ojalá. Sería fabuloso, pero es pura ficción, esperanzada.
EliminarUn abrazo, Rafael
Qué esperanzador relato!!!!
ResponderEliminarSí, lo imaginé luminoso, cegador. Como una epifanía.
EliminarUn abrazo, Tracy. Bonito día
Un canto a la esperanza y a pensar que los niños serán los que salvaran la ruin filosía de la mentalidad egoísta de estas generaciones. Un abrazo, lindo relato.
ResponderEliminarSerán los niños queines puedan, eso es seguro. Loa adultos ya nos hemos prostituido. Cada quien a su nivel.
EliminarUn abrazo, Campirela, y gracias
Lamentablemente las peores pesadillas son reales y se matan niños cortándoles las alas de la vida.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sería fantástico que fuera una pesadilla, lo malo es que no lo es. Pero mi canto es a la esperanza, a un nuevo mundo. Mejor.
EliminarUn abrazo, Dulce. Feliz domingo
La fuerza de un deseo de paz, convierte una mala realidad en una simple pesadilla.
ResponderEliminarUn beso.
La necesidad de creer que saldremos de esta pesadilla. No es otra cosa :-)
EliminarUn beso
Ojalá lo que está ocurriendo en Ucrania solo fuera fruto de una pesadilla y que al despertar todo fuera paz y armonía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo veo improbable, pero era tan apetecible...¿no?
EliminarUn abrazo, y a por un día perfecto
Cómo me gustaría que fuera real, Albada. No puede perderse la esperanza. ¡Ojalá la cordura se instalase en las mentes de los más necesitados de ella!!
ResponderEliminarBesos
Ojalá que la locura no siga ni un día más, pero lo veo difícil.
EliminarUn abrazo, y feliz día de la Mujer
Bendito nombre... Ojalá fuera real, ojalá 😔
ResponderEliminarMuy bueno, Albada 👏🏼👏🏼👏🏼
Sí, sería un nombre perecioso. Es verdad.
EliminarUn abrazo
Sería maravilloso que todo fuera un mal sueño, solo eso.
ResponderEliminarEl contraste entre la muerte por la guerra y la vida por el nacimiento de la niña te ha quedado de lujo.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias. Ojalá fuera pesadilla colectiva.
EliminarUn abrazo
De alguna manera en cada bebé nace la esperanza, de nuevo... hasta que se nos acabe... la esperanza o el mundo, no sé.
ResponderEliminarEspero que ninguna de las dos cosas se acabe. Pero es verdad. Con cada bebé que nace, la esperanza se reinventa. Se reinicia.
EliminarUn abrazo