domingo, 3 de enero de 2016

Estrenando el año con sombras chinescas

Sombras chinescas en Reus


Se toparon mientras él salía del teatro, donde hacía de tramoyista de ocasión, y Julia miraba hacia atrás, tras haber trastabillado.

 - El mundo es un pañuelo- dijo Luis, disimulando el rubor que notaba disparado en ambas mejillas

 -Y tanto. Y además sucio- corroboró ella mientras se miraba la suela de su zapato de salón, apoyada sobre el brazo de él.

Tantos años coincidiendo bien poco, y ahora, tras verla la otra noche por fin de año volvemos a coincidir. Pero la vida es así de caprichosa,  se dijo Luis, bendiciendo al azar que le ponía sobre el brazo la mano de esa mujer que le había dejado indiferente en la adolescencia y que ahora  brillaba. De día, y sin vestido de tubo, también. Con el pelo sujetado en una coleta y sin nada de maquillaje, seguía emitiendo una extraña luminosidad.

La comisión de fiestas y festejos del nuevo ayuntamiento, en un alarde de modernidad para hacer visible el cambio de partido al frente, había trasladado el mercado de navidad a  una avenida, dejando la plaza el ayuntamiento para una pista de patinaje sobre hielo, como algunos de Reus de toda la vida recordaban haber disfrutado ya, años atrás. También se habían empeñado en devolver la alegría de la magia navideña por las calles. Con comparsas tocando villancicos, con un contador de cuentos callejero disfrazado de Sabio, o con unos dinosaurios de títere que se ambientaban con una música ambulante que les precedía. Además, como guinda del pastel de ambiente feliz, y copiando esas bellas imágenes d proyectadas sobre fachadas de edificios singulares, este año estrenaban una proyección de motivos navideños sobre el teatro Fortuny, mientras la plaza del Prim, con su figura ecuestre, era testigo de la gente asombrada mirando esos juegos para los sentidos.




Tomaron un café, en el bar de la plaza, pero él no pudo disimular su  conmoción ante la Julia que acababa la carrera en Junio, y  que, amable y extrovertida, no dudaba en tocar a su compañero, para apostillar los comentarios que hicieron. Hablaron sobre la vida y proyectos de ambos, sobre las parejas de ambos, que por puro azar estaban en el peor momento. Era evidente que él había asistido solo a la fiesta en casa de Blas, y que Julia había ido del brazo de su novio, pero a pesar de él, había asistido sola.

Quedaron en verse a la tarde, aprovechando que él había de hacer un par de cosillas en el teatro y que ella le había comentado cuánto deseaba conocer de los entresijos de ese foro de espectáculos.  Era de Reus de toda la vida, pero jamás había visitado por dentro el mayor teatro de la población.

Sin pensarlo, sin buscarlo, pero sin esquivarlo, dejaron que los cuerpos hablasen, contra el cristal del segundo piso. Sin mirar la hora, sin apercibirse  de que el sol se escapaba tan temprano, Luis levantaba la vida en volandas atrapado entre las piernas de Julia, que acompasaba sus movimientos de ballet a las acometidas de un compañero que se había convertido en el único deseado, en el único hombre capaz de hacerla vibrar como ella a su chelo.

Desde la plaza, todos los paseantes pudimos ver la sombra inequívoca de una pareja contra la ventana de ese piso de sombras chinescas que anunciaban la alegría de la Navidad. Esa alegría de vivir

6 comentarios:

  1. Un bello relato, como bella es la alegría de vivir...

    Me encantó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. No creí que a través de unas fotos, pensara seguir a esos antiguos compañeros de instituto, pero así quiso salir de mis dedos, y...les dejé proseguir hasta una escena imprevista.

      Un cordial saludo y feliz año nuevo, con la inmensa alegría de vivir que cada estreno conlleva.

      Eliminar
  2. No pensaba yo que esto iba a tener continuación. Ni tampoco me había dado cuenta de que la fiesta de nochevieja había sido de Blas, como aquella en la que todo el mundo salía con unas cuantas copas de más.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco lo creí yo. Pero a veces, personajes que nacen de instantes, quieren vivir una escena más. Caprichos de algunos de ellos, que les permito. Y sí, Blai, un nombre usado bastante aún en Cataluña, es Blas, con su fiesta inventada adrede :-)

      Un abrazo

      Eliminar
  3. Y la vida continua, los amores dan muchas vueltas.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida tiene esas cosas, de estaciones de paso,de vías muertas, de líneas paralelas que no se encuentran ni en el infinito, y esas estaciones cálidas donde abrevar el alma.

      Un beso

      Eliminar

Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.