No llegó el fin esperado
sino mis manos abiertas
a ilusiones por cazar
y a globos engalanados.
.
Sin yeso para fractura
con sólo mimos y besos
se cerraron los destrozos
de tus viejas singladuras.
Luego, con tus alas sanas
quisiste echar a volar
a destinos exóticos
de juventud esquilmada.
Te vi marchar por la puerta
sigiloso y a escondidas
como queriendo ignorar
que yo no estaba dormida.
Te deseé buen viaje.
Recargué de amor mis dedos
me dí la vuelta en la cama
desollándome un tatuaje.
Cuando pasaron los años
recabaste en mí de nuevo
apelando a mis virtudes
pero no era la de antaño.
Te puse plato en mi mesa,
jergón para tu descanso
y mis mejores deseos
de que no busque más presas.
Para qué te curé un día,
me pregunté una y mil veces.
Resanar lo corrompido
no derivó en alegría.
Maripau González. La Pineda 2 enero 2023