Siguiendo la iniciativa de
TRACY correcaminos para "cada jueves un relato", mi propuesta es esta.
El tema que propone es la publicación de un libro y para ello nos da unas directrices a seguir.
Título. La mujer de mar.
Tema. La compañía y la añoranza del mar en cuarentena.
Estilo. Narrativa romántica.
Prólogo. Fragmentos de
comentarios de blogueros seguidores, que he ido acomodando y editando en este texto, a medida que fueron comentando.
GRACIAS, de corazón.
Con ese final agridulce muy tuyo, que es un sí... pero no, dice Toro. Me gustaría que fuera un libro y poder tenerlo y leerlo, comenta Sandra. Ester, por su parte dice "He leído otros textos de esta misma autora y nunca se rinde", y Alfred con su sentido del humor advierte que tiene final en el queda en el aire el futuro confortable pero no el sentimental ;). Mi amigo Macondo se atreve a más, y dice que le ha gustado mucho mi argumento, y la originalidad de implicar a los blogueros seguidores. Hasta se ha sacado brillo a la calva, por si me da por sacarle :-) Laura se implica. Un final así medio agridulce, pero que no sé por qué también he sentido esperanzador. Juan L. nos recuerda que el mar puede curar-con sol, salitre y espuma- todos los malos del alma y algunos del cuerpo, mientras que a Amapola Azzul le ha gustado mucho, Campirela opta por opinar que nos habla de tiempos de confinamiento donde dos personas se enamoran y viven su propia historia de amor. Tracy, la promotora, dice que rezuma amor, compenetración, esperanza, como los principales parámetros para llevar el confinamiento con ilusión y sin derrumbarse. A Rafael le deja un suspiro latente su lectura, y a Carmela le gustaría que siguiera. Mag dice que es una bonita historia con un nexo importante. Arriesgarse ante lo desconocido puede ser un paso hacia la felicidad. Chema sugiere que nos deja añorando los veranos junto al mar y el contacto físico con las personas amadas, mientras Buscador hace una reseña de la autora: siempre y cada día te deslizas en textos como quién se lanza por tu tobogán de creatividad. Myriam, por último, porque aquí lo dejo, cree que es muy probable que pasados los sustos iniciales, piensen en un nuevo proyecto común.
Me siento muy halagada y feliz por tener lectores tan buena gente.
Imagen. La que adjunto es una composición
hecha con un programa, usando una foto de mi autoría.
Dedicatoria. Dedicado a quienes, aun
en este tiempo de confinamiento, no bajan el listón de estar vivos, y de buscar
la felicidad, ese estado de ánimo que nos levanta el pulso cuando estamos en equilibrio
entre lo que nos llega y lo que queríamos.
Sinopsis. La cuarentena pilló a una mujer enamorada del mar, lejos
de éste. Cuidando a su madre, en Madrid. Conoce por internet a un poeta, quien
le empieza dedicar poemas en un foro de escritura
de Facebook. Le pide amistad. Ella no acepta solicitudes de quien no conozca personalmente, pero cuando
le dan los resultados de su prueba de contagio, siendo positivo, acepta. Sólo tiene
tos y le pautan tratamiento domiciliario,
pero las dosis de angustia por no contagiar a su madre, la tiene nerviosa.
Contactan privadamente y se intercambian
los teléfonos.
El apartamento de Carlos está en
primera línea de mar. La complicidad y
la tristeza de María llevan a que cada noche él se muestre más solícito, más
pendiente, más enamorado de hecho. Cada tarde le pasa por wasap una
foto de la playa. Vacía siempre, o con algún despistado. A veces con lluvia, a
ratos con luna, a instantes con luz. A medida que pasan los días, quedan para conocerse
cuando se levante el estado de alarma, que se aplaza por dos veces. Entretanto
ella sigue cuidando de la madre, quien sigue bien de salud. La añoranza de María,
ahora con el acicate de compartir la playa con alguien que le parece interesante,
le hace sentirse vulnerable, pero excitada ante la perspectiva de encontrar una
persona especial. Al fin se conocen. Carlos viaja a Madrid, ciudad que apenas conoce,
y con ella, recorre los lugares de la infancia de María. Al final conviven en
el apartamento de Carlos.
Capítulo cinco y final
Carlos tuvo que reincorporarse a su trabajo presencial, pero ella seguía de baja,
así que, dejando a su madre al cargo de la cuidadora habitual, quien había
podido regresar de Bolivia con la apertura de los vuelos, se había instalado en
el apartamento de él.
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María escuchó el llavín. Era más pronto de lo esperado. En chanclas se sentía
muy bajita a su lado, pero le abrazó con fuerza, como siempre. Ahora que ambos tenían
anticuerpos, no reparaban en arrumacos, en caricias de albahaca, en besos con sal y agua marina. Salieron a la terraza a comer , como cada día, a
contemplar la playa bajo el toldo, que ella caminaba temprano. Dejaban a John Denver o a alguna pieza de jazz de fondo.
—Te noto muy guapa, preciosa, qué
bien te sienta mi casa-dijo él, sonriendo.
Ella dudó si comunicarle sus
sospechas, pero al fin, partiendo un trozo de tomate de la ensalada alzó la
vista y acabó por contestar.
—Pues puede ser que me haya
sentado tan bien que estuviera embarazada- dijo sonriendo, ya habrá tiempo de
decirle que cuando me den el alta, está
por ver si me renuevan el contrato, se dijo.
Y se dejó abrazar, sabiendo que sus ojos
tenían un brillo especial.
Él se levantó, la rodeó con sus
brazos y cerró los ojos. Ya vendrá el momento de decirle que mi empresa va a hacer
una reducción de plantilla, pensó.
Agradecimientos. A Tracy en especial por haber propuesto este ejercicio de metodología :-), pero sobre todo a los
blogueros, sin cuyas lecturas y comentarios sería una necedad seguir escribiendo en este rinconcito, que quise blanco, que quise simple, que quise amigable. Gracias, de corazón.
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