Como títeres sin vocación
nos regalamos instantes,
de despertares de versos,
Algarabía desatada,
conversaciones radiantes.
Mariposas jubilosas,
manos en la distancia.
Montaña rusa de pulsos,
risas sin importancia,
confidencias, fotos varias,
poemas en abundancia.
Caracolillos marinos,
por las redes asomaban
con aroma a mar y brisa
anunciando las mañanas
con pasión, echando el vuelo,
desenvolviendo esperanzas.
Duró lo que duró, seguro,
el tiempo siempre es relativo.
La eternidad de un instante,
ya dirás cómo medirlo,
pero valoraré por siempre
el habernos conocido.
Maripau González. La Pineda 23 octubre 2022