![]() |
De Lecturalia |
He dibujado tu cara, con más pena
que gloria.
Con un carboncillo que dormía en un plumier olvidado.
He hecho un boceto y he mirado
mis manos.
Mis dedos artrósicos me traicionan
o los recuerdos se me confunden entre los verdugones de los años.
Una cara que ahora encuentro
ajena,
me mira desde un bloc
Arranco
el mamarracho,
quedando pedacitos en la espiral metálica.
Esa espiral, tan superior, con su vertical visión del mundo.
La que divide la realidad de lo que sucedió.
Hago un esfuerzo para arrancar con
precisión
los fragmentos perforados de este intento de dibujo.
Para desincrustar
con ellos los últimos retazos de ese recuerdo confuso.
Quedo exhausto y pensativo
con un
dolor derramando escarcha
entre las falanges
y esa instantánea de dos jóvenes
asomados a una noche cuajada de estrellas.
Yace en la mesa de la cocina una
bola de papel,
junto a la caja de
calmantes y frente a un plato de loza.
Los recuerdos van derramándose
entre los azulejos hasta desaparecer, en esta prisión de los olvidos.
Mañana, en el café de la esquina, intentaré volver a recordarte, a recuperar las líneas de tu torso mientras cocinabas cantando... esa canción, sí esa. Que ahora no recuerdo.
Un buen poema y muy profundo, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
La demencia forma parte del declive de algunas personas.
EliminarUn abrazo fuerte. Rafael.
Bonito poema con un tinte muy triste Abada.
ResponderEliminarBesos.
Pensaba el Alzheimer, los inicios insidiosos. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Qué lindo lo escrito y a la vez que de verdad . Recuerdos de un pasado , que no volverá.
ResponderEliminarPreciosas palabras en unos bonitos dibujos.
Un abrazo Mari Pau . Alegría de leerte de nuevo por aquí.
Imaginé a un tipo con recuerdos confusos, y la prisión de olvidos.
EliminarMuchas gracias, Campirela. Un abrazo fuerte
Entre la reflexión y la amargura de los recuerdos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarLa neblina de los recuerdos, con instantes de rabia.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Hay pocas posibilidades de que mañan salga mejor el retrato, si acaso peor.
ResponderEliminarTampoco de que sea algo positivo hacerlo. Y tampoco que pueda evitarse.
Un poema melancólico como no puede ser de otra manera cuando empieza el deterioro.
Besazooo, amiga
El declive humano, con sus sombras, y sí, seguro que al día siguiente no saldría mejor.
EliminarUn abrazo fuerte, amigo
Regresas con un magnífico poema, preñado de amargura.
ResponderEliminarBienvenida. Se te echaba en falta.
Un abrazo.
Gracias, otoño y declive se dan la mano aqui.
EliminarUn abrazo grande.
bienvenida de nuevo, albada! vuelves con un poema muy evocador. dibujar es contar historias con carboncillo o colores. escribir poemas es como dibujar con palabras.
ResponderEliminarabrazos!!
Dibujar aquí era el medio de quien olvidaba, o recordaba como en medio de una niebla densa.
EliminarMuchas gracias.
Una prisión de olvidos que no podemos olvidar, de la cual casi no podemos escapar. Y también dibujas?! Un placer volver a leerte.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce otoño.
No dibujo, me encantaría, pero no. Esa prisión no tiene llave ni puerta de salida cuando acaba siendo el diagnóstico tremendo, el Alzheimer.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Nos llevas a meternos en la piel de esta terrible enfermedad que nos arranca lo más preciado: la memoria.
ResponderEliminarUn abrazo
He entrado sin meterme en Google, lo siento, salió anónimo, era mi comentario!
EliminarBuen martes!
Es el principio, luego empeora exponencialmente. Y es una destrucción masiva, (para quien lo sufre quizás menos), para la familia. Es dejar de ser uno quien es, o quien fue, porque no hay vuelta atrás en esa prisión de los olvidos.
EliminarUn abrazo y gracias.
Un relato emotivo y evocador. Creo que el amor verdadero nunca queda en el olvido, en especial cuando quedan los dibujos, los poemas y los relatos.
ResponderEliminarTe acompaño en este regreso otoñal a Blogger.
Un besazo, Albado
Albada*
EliminarPerdón, no me di cuenta del fallo hasta que se publicó *.*
Otro beso
Gracias. La poesía cuando te alcanza no te deja marchar.
EliminarPor el otoño, estación de ocres en abanico infinito.
Hola, Albada. Me alegra leerte de nuevo, aunque se me haya encogido el corazón. Maravilloso. El paso del tiempo tiene el poder.
ResponderEliminarUn abrazo.
El tiempo siempre es sólo tiempo. No es cruel ni benévolo, pero el olvido es dejar de ser. Eso es la crueldad más grande. Que no nos toque el Alzheimer nunca.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias