Madre e hijo en la playa. Sorolla |
"El niño reconoce a la madre por la sonrisa".
León Tolstoi
Escrito en 2011, en tal efemérides como hoy. Primer año sin ella para mí.
Feliz día de la madre a las madres y a los hijos.
A las que ríen con ellos y a las que sufren con ellos.
A las que los tienen cerca y a las que los tienen lejos.
A las que lo son biológicamente y a las que lo son de corazón.
A las adolescentes y las cuarentonas.
A las que con un " cura sana, culito de rana, si no curas hoy curarás mañana"
curan caídas, golpes , desamores y chichones.
A los hijos que las tienen cerca y a los que las tienen lejos.
Y a los que las llevamos en el corazón.
Como el anuncio famoso. Para cada madre.
Porque en cada ocasión en que nos asalta el miedo,
recobrando su imagen, recobramos la seguridad.
Es una suerte tener la madre cerca y que te responda como una javata.
ResponderEliminarCuando se van, aunque sea en edad prudente, siempre te dejan ausentes de su suave tibiedad. Y huérfanos de aquellos besos que medio dormidos, dejaban en nuestra mente.
EliminarPor eso son tan especiales, supongo. Un abrazo.
Lo que me angustia es pensar que, ahora mismo, no recuerdo si le di las gracias.
ResponderEliminar(Escrito en 2012, un año después de perder a la mía). Un abrazo
Lo que nos alivia Amando, es comprender que ellas siempre adivinan lo que sentimos, aunque no llegáramos a decir.
EliminarComo cuando niños, cuando ellas siempre sabían qué nos pasaba...
Son esas asignaturas que reciben todas en la misma escuela, supongo.
Un abrazo.
Tengo la suerte de tener a mi madre, no quiero pensar el día que me falte, porque no sólo es mi madre, también es mi amiga.
ResponderEliminarTambién tengo la suerte, no de tener a una madre, sino de ser madre.
Un beso.
Es una suerte bidireccional que he gozado, y una condición que sin duda nos hace un clan extraño.
EliminarEs divertido confirmar que acabas escuchando de tu boca, las mismas frases que ellas usaban. Nos hace sentir que el mundo no se acaba, ni las palabras en el mismo orden, ni la línea de la vida, pasando de miradas infantiles a adultas y de éstas a maduras.
Me alegro mucho que puedas gozar de tu madre, porque no hay buena edad para sentirse huérfano/a. Ellas tienen esa fuerza en su presencia y en su recuerdo.
Un abrazo grande.