Todos se reían de ella cuando decía tener pánico a las hormigas. Era la burla de sus amigas y de sus hermanas, hasta que les llevó al rincón del patio de la central nuclear de Vandellós II. Sólo ella se quedó ante Gertrudis, nombre que le había dado, mientras las demás huían.
Por eso no hay que reirse de nadie.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Eso decía la niña. El miedo a los insectos es algo que no se puede controlar, por mucho que objetivamente se entienda que por tamaño, no hay razón para el miedo.
EliminarUn abrazo
Pobre Gertrudis, cuanta incomprensión.
ResponderEliminarUn beso.
Pobreta. Ella tan ufana y tranquila, y las niñas con miedo.
EliminarUn beso
Jajajajaja, que les den.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esas niñas crueles que huyan como cobardes. Hay que ser mala gente para burlarse de los miedos ajenos :-)
EliminarUn abrazo
Perdoname pero me resulta muy difícil escribir a alguien que no se quien es.....No hay foto solo letras No me siento comoda perdoname
ResponderEliminarun abrazo
Tranquila. Que no haya una foto mía viene de los inicios del blog, cuando no me parecía importante para escribir. En algunos textos he acompañado fotos mías, pero igual sí que un día cambio la foto de la hoja por la de mi rostro.
EliminarUn abrazo
Como para echarle agua al hormiguero de Gertrudis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mejor no molestar a un hormiguero tan enorme. Por otro lado, al ser de cartón, sería le final d elos finales para las hormigas amigas de Gertrudis
EliminarUn abrazo
La amiga de Gertrudis que está en la foto está bien bonita.
ResponderEliminarLa foto es de una exposición de gente innovadora, cuyo producto son cartones troquelados, que acaban dando lugar a animales tridimensionales. Me hizo gracia en particular esta hormiga, así mostrada sobre un árbol del recinto.
EliminarUn abrazo
Cuando hay que ponerle nombre ya es para preocuparse. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarPonerle nombre era, seguramente, la manera de perderle el miedo. Los miedos, si se domestican, se van endo. ;-)
EliminarUn abrazote
Muy buno. Enseña a no reirse de los demas.
ResponderEliminarmariarosa.
Es que uno debería saber qué hay detrás de los miedos ajenos. Es fácil reírse de ellos, pero casi todos tienen un oscuro motivo detrás.
EliminarUn abrazo
La magia imprevisible de la radiactividad...
ResponderEliminarJe...
Besos.
Pensé en los peces de tres ojos de los Simpsons. Suerte que estos bichos son de cartón :-)
EliminarUn beso
No hay peor acoso que la burla hacia alguien, se deben respetar los miedos y emociobes, todos los sentimos, somos humanos.
ResponderEliminarUn placer leerte hermosa amiga.
Un beso enorme
Es que cada uno tiene sus miedos. En un vuelo, un tipo que solía beber para intentar dormir su aerofobia, se puso pero malo de verdad. Había quien se burlaba, pero sólo le pobre hombre sabía de su pavor. Era pánico y lo pasaba fatal. Por suerte dos azafatas le ayudaron, pero me veía abortando el deseque.
EliminarBurlarse es de necios. Un beso, dulce María
Vi un reportaje. Peces grandes y con alteraciones en los ojos. No sé si las hormigas habían tomado un rumbo evolutivo similar, pero por si acaso no iré. Los insectos no me producen ya miedo, pero una alteración en el pulso creo que me seguirán provocando
ResponderEliminarUn abrazo, Julio