Imagen de la Vanguardia. Siguiendo la iniciativa de Campirela sobre el sagaz detective, mi aportación es la que sigue
De pequeña me gustaba leer las obras de Sherlock Holmes y su amigo Watson. Para crear su personaje, me dijeron que Arthur Conan Doyle, se inspiró en un profesor que había tenido en la Universidad de Edimburgo, durante sus estudios de medicina.
En un viaje a Londres, ya adulta,
quise visitar el piso que compartían, el número 221B de Baker Street, pero no
existe. Eso sí, hay un museo, y está en
el número 239.
Cuando regresé a casa, tras un
viaje de una semana, me sorprendió que encontrasen tan tarde el cadáver del
regidor de cultura de mi ciudad. Un soltero empedernido, quien tuvo la ocurrencia
de enseñarme un huevo de Fabergé. Me dijo que llegó a sus manos tras una
rocambolesca aventura con una rusa pirada con quien estuvo a punto de casarse
hace dos décadas. Sé que no está bien, pero si vieran el huevo, uno de los ocho
perdidos, lo entenderían.
Lo planifiqué para que encontraran
al muerto a los dos días de mi partida, dándome la coartada perfecta, pero España no es
Londres. Ni tenemos un comisario al estilo Sherlock Holmes. Han acusado a un
chatarrero que tenía en su poder unos atizadores de la mansión, y que habían
visto merodeando por allí. Fue muy fácil acusarle de asesinato, pero no de robo.
Mi novio se empeñó en venir a casa
de madrugada, y luego nos preparó una copa de Bayleis. No parecía tener
intención alguna de un reencuentro apasionado, pero lo achaqué al calor
bochornoso de la noche. Hablamos del asesinato del que teníamos conocimiento, y
al fin, apurando la copa, le confesé que estaba bien.
─ Estoy tranquila, querido “Watson” ─ le
dije ─
ahora la cicuta que preparaste no es detectable en anatomía forense
alguna. Eres un genio, gracias.
─ Elemental, querida Susana─
me respondió Lucas─ pero dame el vaso que lo lave, porque no quiero dejar
pistas.
Con un mareo de campeonato le vi
llevarse el vaso, escuché su trasiego por la cocina y borrosamente advertí cómo
agarraba el huevo, se lo guardaba en un bolsillo y salía de mi piso
sigilosamente. Recordé, antes de dormirme, que mi médica de cabecera me
advirtió, hace pocos meses, que, con mi cardiopatía, podía morir en cualquier
momento.
Mierda, me dije, ni autopsia me
harán, este tío es realmente un genio.
Palabras 387
Aquí sería aquello de quién mata a un ladrón asesino...
ResponderEliminar;)
Un beso.
Tendrá mil años de perdón, pero es listo el tipo, además.
EliminarUn beso
Que bien te quedo esta aventura de robos y dos muertos, por cierto ella murió tal como mato ..eso si el novio se la jugó bien.
ResponderEliminarTenía que haber estado más avispada y pensar que el novio se la jugaría ..además él tenía la coartada perfecta la cardiopatía de Susana. Un abrazo y te agradezco tu participación.
Feliz semana!!
Era una cándida, me temo, hacia el novio, porque bien lista hacia ese joya :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día
Vaya pájaro el novio. Que buen micro de crímenes y robos.
ResponderEliminarHolmes y Arthur C. Doyle son inmortales y con el homenaje que le has hecho aún más.
Un abrazo.
Son inmortales, les pasa como al Quijote, ya lo creo. Gracias.
EliminarUn abrazo, y a por un precioso día
Buenísimo tu relato. Entre ladrones y asesinos anda el juego. Me ha encantado. Muy bien llevado. Felicidades, Alba!
ResponderEliminarGracias, era buscar cómo alguien planifica un asesinato perfecto, y tal vez lo consigue :-)
EliminarUn abrazo
Buenísimo. Con introducción y dos vuelcos radicales que cambian diametralmente la historia. Y en tan solo trescientas y pico. Confesiones desde el infierno, porque irá al infierno, ha sido mala , eh?
ResponderEliminarBesosss, amiga
Será que va al infierno seguro. Pero el novio a uno más grande :-)
EliminarUn abrazo, amigo
muy buen relato. el criminal, como se muestra al final, es tan hábil que no estoy seguro de que ni siquiera sherlock holmes pudiera descubrirle. he leído todas sus novelas y colecciones de relatos, y muy pocas veces ha fracasado, ésta podría ser una de ellas.
ResponderEliminarabrazos!
Yo le he leído, pero sin acercarme a los más de sesenta textos. Y me gusta. Gracias, Chema
EliminarUn abrazo y feliz miércoles
Qué bien lo encajas, despertando expectativas en el mejor nivel de las historias de suspenso del personaje singular de Conan Doyle.
ResponderEliminarUN abrazo. Carlos
Gracias, en realidad pensé sólo en esa asesina, pero el novio me pareció muy listo, y le puse mayor peso :-)
EliminarUn abrazo, Carlos
Excelente. Giro sobre giro borrando huellas de los sucesivos asesinatos. Creo que no lo atraparán al tío!
ResponderEliminarUn abrazo
No, será un doble asesinato que quedará impune, pobre chatarrero :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día
Qué buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Macondo. Un abrazo
EliminarUn criminal muy hábil, como Sherlock Holmes que me encanta, asi tu relato amiga. Saludos a la distancia.
ResponderEliminarSalió muy listo el novio de la enamorada del arte, ya lo creo
EliminarUn abrazo, Sandra
Fíjate que pensé que el vaso “cicutero” era el mismo en el que se estaba tomando el Bayleis, mal pensada y sin acertar. Has escrito un relato magnifico al estilo de Conan Doyle, un aplauso y un abrazo
ResponderEliminarPues acertabas, ya lo creo, sólo es que a ella, por su patología, ni siquiera le harían una autopsia, listo el tipo.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Deslumbrante.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola, me gusta que te guste :-)
EliminarUn abrazo
Jejee me ha encantado... que tengo cuidado el novio que ese huevo de Fabergé quema y mucho..
ResponderEliminarAbrazo
Un novio muy peligroso, y tal vez un gran asesino :-)
EliminarUn abrazo, y gracias
Muy habilidoso, un gran relato Alba. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo y buen resto de semana.
Gracias, me divierto, y creo que se nota.
EliminarPor una semana preciosa. Un abrazo
Fantástico el giro final, y toda la historia merece una gran ovación por lo original y lo bien narrada.
ResponderEliminarUn abrazo Albada
Puri
Gracias, es que quise cortar la historia en ella, en Susana, pero ese novio de la pócima me tenía frita, y seguí el cuento :-)
EliminarUn abrazo
Mi detective favorito y tu relato de hoy hacen un buen ensemble.
ResponderEliminarElemental querida Albada.
Elemental, querido Watson :;-). Me alegro que te gustara
EliminarUn abrazo
Tú también eres una genio, Albada... te quedó un relato muy sugerente y bien llevado. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz miércoles ♥
No, para nada, pero me gusta eso de imaginar asesinatos, no creas. Luego no mato ni a una mosca :-)
EliminarUn abrazo enorme, y feliz tarde
Muy buen relato, es lo que tiene la ambición no tiene medida por lograr su cometido.
ResponderEliminarUn beso dulce.
La ambición, es que nos come. A mi no, pero reconozco que eso de que sean ocho los huevos perdidos, me hace penar que alguien mataría por ellos.
EliminarUn abrazo, Dulce
Absolutamente redondo! Logradísimo relato,que nos mantiene maravillados con cada giro.
ResponderEliminarEstupendo!
Un beso.
Muchas gracias, es que Susana había estado muy bien, pero su novio se la comió con patatas :-) y nunca mejor dicho.
EliminarUn abrazo, Luna
Hola Albada.. Magnifico relato, digno de Sherlock Holmes. Como el mismo decía "El mundo está lleno de cosas obvias, que nadie por casualidad alguna vez observa".
ResponderEliminarUn abrazo..
Exacto, esa obsesión le venía por ese profesor de la universidad. La deducción es una disciplina que si la ejercitamos, la de cosas que no harían falta preguntar.
EliminarUn abrazo, y a por una tarde bonita
Qué buen relato y ese giro final es fantástico.
ResponderEliminarSeguro que el novio termina sucumbiendo también a ese huevo.
Un beso, Albada
De momento se lo lleva, lo roba, seguramente pensando que Susana está muerta, que vaya a usted a saber :-)
EliminarUn abrazo grande, y gracias, Carmela
Boa tarde Alba. Aqui no Brasil nossos políticos dariam muitos livros com o mesmo tema.
ResponderEliminarAquí de momento los políticos no matan, al menos que se sepa :-)
EliminarUn abrazo
¡Felicidades! Es buenísimo Albada. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias a ti, Conchi, me alegra que te gustara
EliminarUn abrazo
Ya lo dice el refrán: quien a hierro mata, a hierro muere, je,je.
ResponderEliminarAdemás de listo hay que ser suspicaz y no fiarse de nadie.
Un abrazo.
Fue muy listo le pollo pera, ya lo creo, y Susana muy cándida al confiar en él :-)
EliminarUn abrazo grande, y por una tarde especialmente grata para ti
Extraordinario relato, Albada lleno de suspense, asesinatos y todo lo que se genera puede que ni Holmes llegara a descubrirlo.
ResponderEliminarFelicidades por ello !!!
Abrazos y feliz día.
Yo creo que ni Holmes podría, el tipo era muy avispado, y sabia demasiado de química, que por cierto, Holmes está, como personaje de ficción, formando parte del colegio de químicos ingles, o algo así
EliminarUn abrazo
¡Un tío genio del crimen perfecto! Pero que triste para la Susanita confiar en un novio así....¿no?
ResponderEliminarBesotes, Albada
Como Susana hay muchas mujeres, confían en los novios pero este era muy peligroso, y ella lo sabía ya que le dio el veneno, pero bueno, el amor es ciego, y sordo :-)
EliminarUn abrazote. Feliz tarde
Esas cosas hay que hacerlas en solitario y tomando muchas precauciones y tanta tensión la habría matado igualmente. XDD Me ha encantado.
ResponderEliminarNo se puede matar a alguien con un cómplice, y menos un novio químico, es que eso de leer escribir y matar ha de hacer en solitario, por Dior :-)
EliminarUn abrazo grande, Dorotea
Albada Holmes.
ResponderEliminarTienes peligro eh... jo...
Besos.
jaja, que no, que es ficción :-))
EliminarUn beso
Cuando un malo mata a otro malo no sentimos pena… Ahora queda pendiente que otro malo mate al último…
ResponderEliminarUn final de cine para un texto muy bien urdido.
Un abrazo :)
Ese segundo malo, pero malo de verdad, que Susana era mala, pero él la gana, es que debería ser descubierto, la verdad, pero el chatarrero estará en prisión y el novio venderá el huevo y se irá al caribe :-). No hay justicia divina oye.
EliminarUn abrazo, y pro una bonita tarde
Leyendo esas novelas y esos cuentos, intentó el engaño y el asesinato. Y con éxito, aunque confió en quien no debía. Y así le fue. Como justicia poética.
ResponderEliminarUn abrazo.
Justicia para el regidor, porque ahora hay un novio asesino suelto, si bien ella habái sido mala con premeditación. Él también, de hecho, vaya pareja.
EliminarUn abrazo
A mi también me gustan estos dos personajes detectivescos, los fiché para siempre...
ResponderEliminarBueno no, lo siguiente.
Enhorabuena Abada.
Besos.
Me alegra que te gustara, eran personajes de ficción tan reales, que uno los imaginaba perfectamente.
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Este relato pedía más. Un relato con Sherlock & Watson de fondo requiere complicaciones, jaj. Me has hecho recordar que en mi tierna juventud tu ve un verano en que me leí unos cuantos relatos de Conan Doyle sobre su personaje célebre. Luego los comentaba con un amigo que a su vez también los leía. Así que era la mar de entretenido y lo que a uno se le escapaba era cubierto por lo que el otro percibía. Qué tiempos. ¿Sabes? Aquellos relatos ayudaban a razonar. Aún los recomiendo. Gracias, A.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, sería el inicio de una trama detectivesca que tal vez asuma. Me parece muy interesante que de niño ya compartieras aventuras, dando pie a que fueran cuatro ojos y no dos quienes buscasen las evidencias. Es que la deducción es muy útil siempre.
EliminarUn abrazo
Está la mar de bueno tu Herlock... Excepto por un detalle: no creo que luego de beber una poción envenenada tenga uno tal lucidez para escribir este relato.
ResponderEliminarjajaja, es ya muy rebuscado, pero deja la puerta abierta a que la salvasen y ella quisiera recuperar el huevo :-)
EliminarUn abrazo, y gracias
Me da la sensación de que cada relato que escribes pordría ser la prolongación de una novela si quisieras. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo amiga
Con tiempo se podrían seguir, casi todos, y es más, se les pude asignar una historia previa, pero es la gracia de un relato ¿no?
EliminarUn abrazo, amigo
Una historia bien urdida, tanto, que me he perdido un poco en ella.
ResponderEliminarQuisiera pedirle si podría repetir el comentario que dejó en mi post ya que he tenido que modificarlo, hacer otro con el mismo contenido y voy a borrar ese. No quería perder su comentario. Siento las molestias. Gracias.
Un saludo, buen finde.
Sin perderte, Susana es envenenada también, como ella lo hizo con el regidor.
EliminarAhora veo y miro :-). Un abrazo
¡Hola! Muy buen relato, me recuerda a cuando leí las historias de Sherlock Holmes. Un saludo.
ResponderEliminarAquí faltaría ver qué pistas, mínimas, podrán librar al chatarrero de una prisión inmerecida.
EliminarUn abrazo, y gracias
Qué buen relato, de película, Albada, con un buen giro.
ResponderEliminarBesos enormes.
Me alegra que te haya gustado. Era tentador, eso sí.
EliminarUn abrazo grande, María, a por este sábado
Muy intrigante el relato y me dio algo de pena tan lista pero tan confiada.
ResponderEliminarUn placer leerte
Besos
Susana era ambiciosa, demasiado, y no ahorró esfuerzos para quedarse con el huevo, pero su novio iba un paso más allá.
EliminarUn abrazo
Muy buen cuento de misterio, felicitaciones Albada.
ResponderEliminar¡¡APLAUSOS!!
mariarosa
Muchas gracias. Eso de matar por una joya no creo que sea novedoso, pero me divertí :-)
EliminarUn abrazo
La sangre tinta utilizada por la autora fue muy elocuente para seguirte hasta aquí, y de paso, dejarte mi saludo.
ResponderEliminarPues recibido el saludo, amigo.
EliminarPor las pistas que pueden conducir a resolver un asesinato. Un abrazo grande
Ya fui.;-)
ResponderEliminarUn relato de suspense muy sutil, muy fino que nos lleva de una sorpresa a otra hasta el final, muy bien escenificado. Felicidades. Un abrazo
ResponderEliminarEs una trama que no sé si ha acabado, proque ella escribe envenenada, pero igual se salva :-)
EliminarUn abrazo, y gracais
Fabulous blog
ResponderEliminarGracias. Un abrazo
EliminarMuy buen relato. Con dos cambios de rumbo, final inesperado e introducción incluida.
ResponderEliminarHa quedado genial.
Abrazos.
Me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo, y gracias
Una historia muy interesante, bsss
ResponderEliminarGracias, amiga. Un abrazo
EliminarQué bien que te gustara, la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo
Que relato tan precioso
ResponderEliminarmi bella Albada, con un
final increíble, te aplaudo
por tu talento al crearlos.
Besitos dulces
Siby
Muchas gracais, pero no te creas, aquí falta la solución de quién fue el primer asesino.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Muchísimas gracias amiga por tu voto, todo un placer.
ResponderEliminarUn abrazo y buen restode semana.
Un gustazo. Gracias por estar.
EliminarUn abrazo
jajajajjajajja, formidable, con intriga y un gran sentido del humor...
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias, Isaac, es que disfruto :-)
EliminarUn abrazo
Me alegra que te gustara. Es un ejercicio que queda muy inconcluso, pero bueno...
ResponderEliminarUn abrazo
Sensacional, has conseguido dar un giro inesperado al final del relato y te ha quedado muy bien.
ResponderEliminarUn beso grande
Me alegro que te haya gustado. Era posible que ella tampoco muriera, pero no quise segurirlo.
EliminarUn abrazo, y gracais