Llevo dos años en esta botella, desde la madrugada en la que
me dormí en una playa llena de botellas con mensaje y cuando, sin saber cómo, me
enceraron aquí. No me quejo, sin embargo, porque esta ausencia de libertad me
ha proporcionado experiencias imposibles de imaginar. El primer día tenía una
inquietud que no me dejaba respirar, pensaba que me faltaría el aire, en primer
lugar, la comida o la posibilidad de evacuar en segundo lugar, y la imposibilidad
de contactar con mi familia en tercer lugar. Intentaba respirar despacio y hacía cálculos del aire de mi botella, de mi prisión. Con los días entendí que no dormir,
ni comer o beber no era un problema. Fue entonces cuando me pude disponer a
dejarme llevar, por las mareas de este mar tan pequeño, con la tranquilidad de
adoptar la serenidad y los ojos abiertos necesarios para este viaje por lo desconocido.
Calculo el tiempo con ayuda del sol y con hojas de periódico
que se acercan a mi exterior. Sigo esperando que alguien me abra, destape el
corcho, ahora amarillento, que constituye mi cielo, pero de momento no ha ocurrido.
Han pasado cosas, sin embargo.
Una noche me encontraron una bandada de seis delfines. Cómo
olvidar verles con sus formas aerodinámicas,
su aparente sonrisa sempiterna y sus ganas de jugar. Me usaron de pelota, y un
poco más y me estrellan contra un barco varado ante una playa de Cerdeña. Pensé
que iba a marearme, pero no, estaba casi ingrávida en el ascenso por el aire,
luego un morro se acercaba de nuevo y me empujaba, sin que nada me molestara.
Un rato muy agradable. Acabé en la orilla de Olbia, claro que llaman a esa zona
“costa esmeralda”, sus aguas son cristalinas y esconden montones de secretos,
algunos de los cuales pude descifrar. Allí estuve toda una noche, en invierno, y acabé por volver a
estar mar adentro cuando un chaval que iba al colegio al día siguiente me tiró
con fuerza, sin verme, a pesar de que yo hacía gestos de estar viva y coleando.
Qué edad más bonita. Le había visto escribir un poema de amor a una chica. Por
un momento pensé que ante mí, abriría mi botella para meterlo dentro, pero parece
que hoy en día con internet, esta forma la deben considerar absurda, y ni se le
pasó por la cabeza. Mi botella es verde oscuro, así que igual ni me vio.
Una primavera me pescó un pescador de calamares. Con esa luz
cegadora me vi inmersa en un batiburrillo de tentáculos blancos. Sentí la
fuerza de las manos el hombre tirando de la red, y ahí, en el paquete de
acompañamientos de un buen arroz, iba yo. Bravo, pensé, este tipo me saca de la
cárcel, pero no. Miraba el reloj con insistencia. Una lancha verde con sirena
iba a su encuentro y nos lanzó, a los calamares y a mi, de nuevo mar adentro.
Ellos estaban contentos, cantaban con alegría, era un jolgorio entre escapes de tinta, pero yo quedé flotando, como
siempre, en el mar de los olvidos.
Bonito relato el que nos vas trasmitiendo en tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una aventura que no sé dónde irá a parar, pero de momento la disfruto :-)
EliminarUn abrazo, Rafael
Parece toda una aventura, pero no muy agradable al estar dentro de una botella. Llegará quien la destape?
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Agradable no me lo imagino. Me gusta demasiado la libertad, pero mira, imaginando posibilidades, dá para mucho, de momento. Seguro que algien la libera.
EliminarUn abrazo y feliz finde
Yo sentí que estás escribiendo un sueño, para mi es como una especie de pesadilla de la que no puedes escapar, como esa botella que te encierra. Cierto es, que también en el relato,la protagonista acaba encontrando una especie de rutina y aceptación de este nuevo estado.
ResponderEliminarMuy interesante Albada!
Un beso!
Pues me parece muy interesante tu visión, porque al ponerme en la piel de la mujer encerrada en una botella, es como serlo por ese rato. Escribir es abrir mundos propios y ajenos, entiendo.
EliminarUn gusto tu comentario. Un abrazo
Una botella sin vino adolece de todo; brindo por este texto donde la palabra fermenta y suaviza al lector que llegue a esta orilla soñada o pensada.
ResponderEliminarGuillermo.
Esa botella sin jugo de vendimia, por haberse vaciado o nunca haberlo cobijado, es un artefacto, en este caso, de viaje. Incómodo tal vez, pero ya veremos si un día viajamos en el tiempo, qué artilugio usamos :-)
EliminarUn abrazo, Guillermo, desde este lado del mar.
Hoy es día de Navidad. Una bomba como un relampago a segado la vida de muchas personas. Ha sido sólo un instante, lo suficiente como que para una persona con sensibilidad no deje de repetirsele en su memoria mientras viva...Un silencio aterrador ha dejado sin palabras a la tripulación. La componen de varios paises y de lenguas muy diversas que se entienden en ingles. Este 25 de diciembre los ha dejado mudos a todos y se han mirado en silencio viendo como la barbarie de la guerra cruza en espacio para herir las miradas.
ResponderEliminarMisha Petrov tiene 27 años y se ha enamorado de John Smith, comandante en jefe de la expedición. Se desean y se aman en el sitio más romántico de la tierra...Las demás personas que forman la expedición son un alemán: Sebastian Müller y el español: José García.
Ya sabían que una guerra se estaba fraguando y el mundo entero estaba pendiente de un conflicto con vistas a que se extendiera por muchos paises.
La estación espacial internacional sigue con sus proyectos científicos. Al parecer, cuando varias personas conviven en un mismo sitio aparecen los lazos de amistad y desaparecen las naciones. Aquella bomba al parecer era una superbomba que los dejó sin habla. Desde la tierra les envían instrucciones y ellos preguntan preocupados que qué es lo que ocurre. Algo aterrador está sucediendo que puede sacudir la vida de muchos inocentes.
Les confirman que ha estallado otra guerra en un país que al parecer no era conflictivo y que se mantuvieran a la escucha de nuevas instrucciones. Hoy es día de Navidad. John tenía un gorro de papa Noel hecho con papel Misha intenta cantar Noche de paz y los demás sonríen como niños en la inmensidad del espacio...Pero cuando la estación entra en la noche, ese resplandor los ha dejado sin habla. Un miedo les ha recorrido la columna vetebral y se han quedado en silencio...
José Garcia era previsor para celebrar la Navidad y llevaba una botella de Anis de su pueblo para invitar a la tripulación; una botella vacía con el licor sin alcohol para hacerla sonar con una varilla de metal.
Desde la NASA comunican la peor de las noticas y Misha se abraza a John hecha un mar de lágrimas; maldiciendo la tragedia que se cierne por todo el mundo. Al parecer y según las circunstancias no pueden bajarlos a la tierra; que dosifiquen los alimentos y el agua hasta que todo se tranquilice. La comunicación se corta porque acaba de caer una bomba sobre la NASA: están vendidos y puestos en el olvido. Intentan contactar con otros paises y nadie responde: están solos en el Universo.
Pasan los días y los relampagos de las bombas no cesan en ningún país y ellos no tiene ya qué comer ni aqué atenerse. Misha, viendo el final de cada uno y el suyo propio tiene la idea de poner un mensaje en aquella botella de anís con la palabra PAZ en todos los idiomes del mundo y así lo hacen...
Ahora como tantos objetos que formamos la basura espacial, doy vueltas a la tierra con un mensaje escrito en mayúscula: PAZ. Los tripulantes de la estación epacial llevan días muertos y para sobrevivir, con el primer miembro practicaron canivalismo y así sucesivamente. La Tierra se ha envuelto en una nube opaca y yo, pobre de mí, llevo un mensaje de PAZ...
Madre del amor hermoso, qué comentario, relato completo de una hecatombe vista desde la nave espacial. Tal como están las cosas, tu texto está cada vez más cercano. Los pises vuelen a tener armas de destrucción masiva y ganas de no dialogar. Quién sabe si la Navidad de 20142 no sea esa escena de aniquilación, canibalismo de supervivencia incluida, y por espacio estelar quede flotando una botella con el mensaje de Paz.
EliminarExquisito tu texto, Buscador. Un relato en toda regla. Un abrazo.
qué bonito, esta vez narrado desde el punto de vista de la botella, o quizá de un espíritu encerrado dentro de ella. el movimiento del mar es tan impredecible, que una botella flotando en el mar puede seguir todas las trayectorias posibles y vivir muchas aventuras.
ResponderEliminarabrazos!
Desde dentro de la botella, el mensaje puede ser esa mujer liliputiense, que, acumulando sabiduría, pueda salvar a la humanidad, quién sabe. Porque no sabrán leer el mensaje, o no querrán. No tengo ni idea.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Espero que la próxima entrega encuentre alguien con tiempo suficiente para abrirla y leerla , me tiene intrigada que pondrá ...debe ser bonito descubrir un mensaje en una botella nunca se sabe qué misterios esconde..
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y muy feliz noche.
Yo no he encontrado ninguna, pero una bloguerra conserva uno, de alguien que murió hace mucho tiempo, y aún lo conserva. Ha de ser emocionante, seguro. No sé si la botella acabará recavando en una playa de compresión. Si antes no la engulle un cachalote :-)
EliminarUn abrazo
¡¡Qué bonito, Albada!!
ResponderEliminarA veces es más bello mantener la ilusión y el romanticismo del mensaje en la botella vagando hasta encontrar su destino que abrirla y ver su contenido. Es como matar el sueño...
Ya quiero ver cómo sigue. Porque sigue la historia ¿verdad?
Un abrazo gigante
Es más bello dejar que siga su destino, seguramente, pero cómo sabemos que no era precisamente llegar a nuestra playa, ¿no?. No sé si seguirá, seguramente, porque hay episodios que le pueden pasar a una botella flotando muy curiosos, ya veremos.
EliminarUn abrazo, Alis
Precioso relato Albada, no sabía que te gustaba escribir, intentaré visitarte más a menudo. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, hace diez años que voy colgando textos, algunos muy pequeños, de varipintos protagonistas. Espero que te guste lo que lees.
EliminarUn abrazo
Es una buena idea que sigas con las aventuras de la carta. Muy bien desarrollada además. Terminaremos cogiéndole cariño y no nos conformaremos con un final cualquiera para ella. Tendrá que ser sonado. Ya puedes ir dándole vueltas.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaj, Seguramente sea un sueño de la mujer. Hay sueños muy largos, a veces.
EliminarUn abrazo, Macondo
Pobre... quizás no ha llegado aún su momento.
ResponderEliminarQue no desespere.
Besos.
Hay esperas muy largas, que conllevan encuentros increíbles, quién sabe lo que la depara a esa botella con mensaje, si es que la mujer de 10 cm es un mensaje...
EliminarUn beso
Que bonito Albada, fantástico leerte hoy y me quedo pensando a donde ira a parar esa botella......ojala llegara hasta las costas de México.... Saludos y abrazo amiga. :=)
ResponderEliminarPues igual sí, porque hay buques de crucero tan grandes, que provocan oleajes poco propios, y capaz que enfile al Atlántico.
EliminarUn abrazo, Sandra
Ojala......... en Octubre viajare a las playas de Cancun y mira que andaré mirando por ahí haber si veo una botella........... Saludos amiga.
EliminarQué dulce. Tal vez en las islas de la Mujeres se asome la botellita de marras :-)
EliminarUN abrazo
Lo que no sabemos es:
ResponderEliminar¿Qué hay dentro de la botella?
:)
Un beso.
Una mujer liliputiense, que de momento, escribe en el aire :-).
EliminarUn beso, Alfred.
¡Pobre botella! Espero que algún día pueda ser abierta y encontrar la libertad. Seguimos a la espera de la siguiente entrega. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, ella no parece estar mal, eso sí, se siente olvidada.
EliminarUn abrazo
Cada uno tiene su botella y el que no la tiene, paradójicamente, se fabrica una.
ResponderEliminarPues es una reflexión más profunda de lo que creías.
EliminarUn abrazo
Precioso relato, pero a mi me gustan las botellas medio llenas y si es del vino que ahora empieza a "remecerse" en mi tierra, mejor que mejor.
ResponderEliminarBesos.
Medio llenas flotarían, con un mensaje de esperanza a Baco, tal vez. Por aquí se llama varema, vendimia.
EliminarUn abrazo
Hola Albada, ojala llegue pronto la mano que le quite el tapón a la botella...uffff, me agovio solo de pensarlo.
ResponderEliminarExcelente relato.
Feliz domingo.
Bss
La claustrofobia, que muchos tienen en espacios cerrados. Suerte que este texto es ficción :-)
EliminarUn abrazo y feliz noche
La verdad es que para estar en una cárcel de cristal, se lo ha tomado bastante bien. Toda una aventura en solitario. Y bonita, eso es también verdad. Yo la he disfrutado porque así también transmites que lo has hecho tú.
ResponderEliminarUn beso grande.
Sin duda ponerse en esa piel da para imaginar muchas aventuras, lo malo es que se siente olvidada, pero ya veremos si arreglamos eso.
EliminarUn abrazo
El olvido , tal presente en la vida, quiere dejar de ser.
ResponderEliminarUn beso.
Se queja de eso, no d el soledad, así que será que se siente olvidada. Ya veremos si encuentra quien no la olvide jamás.
EliminarUn abrazo
Qué imagen tan preciosa, e inspiradora a la vez, el(la) mar siempre trae consigo muchas cosas de las cuales nos hacen soñar. Un magnifico relato lleno de tantas cosas que sentimos cuando tenemos antes nuestros ojos está hermosa inmensidad.
ResponderEliminarMi abrazo.
Mea alegra te gustara. El mar contiene, amén de basura, un universo de animales y suspiros, es verdad.
EliminarUn abrazo
Me ha encantado percibir el pensamiento de una botella destinada a ser mensajera. Qué bonito lo has hecho interactuando con los distintos personajes, desde la ternura hasta el olvido. Precioso, mi querida amiga.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz semana ♥
Qué bien que te haya gustado. Ha asido un ejercicio de imaginación, y los delfines no podían faltar.
EliminarUn abrazo y feliz semana
Que historia tan bonita, sentí la voz de esa botella contando su aventura por el ancho mar.
ResponderEliminarMe sentí identificada con ella,siempre buscando algo en nuestro interior y esperando que alguien nos ayude a encontrarlo.
Besos Albada.
Puri
Hay misterios y mensajes en nuestro interior que no alcanzamos a saber descifrar. A veces es alguien quien nos descubre lo que nos escondemos. Es verdad.
EliminarUn abrazo.
Que preciosas entradas estas dos ultimas
ResponderEliminarMe ha encantado percibir el pensamiento de una botella.
Siempre buscando algo en nuestro interior
y esperando que alguien nos ayude a encontrarlo.
Gracias por tu aportacion y visita al blog
te lo agradezco mucho
Besos
Esa botella solitaria, vagando por el mar. Me alegro te gustara
EliminarUn abrazo y feliz tarde, Anna
Qué bonito relato y qué bellas imágenes has pintado. Vivir a la deriva dentro de una botella y sin saber muy bien como llegó hasta ahí. Quizá ella misma es un mensaje que no encuentra a su destinatario. Las olas, los delfines... y se desvió de su camino. Quizá nunca encuentre quien abra esa botella. Quizá, como dices... sea pasto del olvido.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte. Besicos chocolate 😘
Quizás ella misma es ese mensaje por descifrar, pudría ser. ESpero que no sea pasto del olvido eterno.
EliminarUn abrazo
Me parece un relato ingenioso. Hay gente que se siente así en la vida, navegando a la deriva esperando que alguien destape sus esencias. Saludos.
ResponderEliminarCreo que hay gente que es así, metido en su burbuja particular, sin definirse nunca
EliminarUn abrazo
Es una magnífica metáfora de la vida. Muy desasosegante, eso sí. :(
ResponderEliminarBesos.
Esas playas que nos confunden, con lso mensajes que llevamos dentro y tal vez no sabemos mostrar
EliminarUn abrazo, Dorotea