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Martina estaba desesperada.
Llevaba tanto tiempo sin ver a Pablo, que ya no sabía ni cómo soportar las ganas
de salir corriendo a su encuentro, así que volviera de las largas vacaciones que
el joven había tenido. Tan largas, que, en ese pueblo cántabro, había conocido a
una tal Maribel. La tablet esperaba que ella la cogiera, y la pusiera en
marcha. La vuelta al instituto estaba cada día más cerca. Y con un poco de suerte,
el contacto, tras tantas clases por internet, les depararía a todos la ocasión
de estar juntos de nuevo. Los empollones, los divertidos, los tímidos y los abusones
seguramente volverían a pisar las mismas aulas. Y entre ellos, estaría Pablo.
Martina habían elucubrado qué pasaba en ese pueblo costero, había imaginado que
ella estaba con él, que dormían juntos y miraban estrellas tumbados en un campo verde. Había descrito los paisajes y las situaciones que inventaba, a
pesar de que Pablo acabó casi mudo en sus conversaciones por chat o por videoconferencia.
Llegó la tarde previa al inicio
de clase. Sacó la tablet del cajón por confirmar cómo estaba de carga, y ya de paso,
recordar un poco lo que habían estudiado en ese primero de bachiller tan extraño.
Para su sorpresa, al encenderla, empezaron a salir los paisajes, las situaciones,
los abrazos, los apasionados besos que imaginara. Todo estaba en ese aparato
blanco que, con un botón de encendido, le permitía revivir lo que ya sintiera
estos meses. Animada y feliz, preparó su mochila, sus compases y bolígrafos, su
pendrive y su peluchito de pompón sonriente. No podía ser, el wasap del
instituto parpadeó, casi a las diez de la noche. La directora del centro tenía
Covid, y hasta nuevo aviso, las clases no se reiniciarían de manera presencial.
Pablo siguió chateando con Maribel, su meta era poder ir a verla en Navidad y le importaba tres pitos la vuelta al cole.
La imagen es preciosa y la historia, pues lo que toca, ni más ni menos. Paciencia que no falte.
ResponderEliminarLos niños necesitan la presencia, el tú a tú, el contacto con los amigos... Está complicado.
Un beso, Albada.
Me pareció muy mágica, muy dada a que guardara y conservara imágenes y sentimientos
EliminarUn abrazo
Bonita imagen y muy sugerente para el tema.
ResponderEliminarEn cual, como no podía ser de otro modo, mostrando el extraño transcurrir del curso y sus consecuencias.
Un beso.
Ha sido un curso extraña, en todo. Veremos si empieza bien este que ahora han de iniciar. No lo veo claro.
EliminarUn beso
El verano, el pueblo, el regreso a clase... como la vida misma. Y el covid que ha irrumpido en nuestras vidas para quedarse, de momento.
ResponderEliminarEs complicado convivir con este virus...
Mil besos
Es que ha sido un virus, y es, tan raro que ha trastocado todo, pero todo de todo. A ver la vuelta al cole cómo se materializa, y lo que dura :-)
EliminarUn abrazo, Maite, y feliz tarde
Muy bonito relato que refleja las inquietudes y pensamientos de muchos. Ese deseo natural e irrefrenable del contacto, del saberse uno enfrente del otro, y que cada vez parece más lejano…
ResponderEliminarUn placer, querida amiga.
Abrazos, y feliz finde 💙
Somas seres sociables, gregarios. Nos estamos cuidando con la distancia social pero los chavales han de estar cerca, sentirse, y tocarse. la edad d elso desengaños y amoríos, eso sí, no cambia :-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias.
Así son las ilusiones, para uno una cosa, para otro, algo distinto.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Las expectativas, que cada uno tiene las suyas, es verdad. En la juventud, tal vez más :-). U
EliminarUn abrazo, Dulce
vaya, lo siento por la directora del instituto, y por martina, que se ha quedado un poco desplazada...
ResponderEliminarcuando me preguntan si es conveniente volver a las clases presenciales, yo digo que en principio sí, porque los chic@s necesitan socializar. si luego se ve que es inviable, ya habría que buscar otras soluciones, pero al menos intentarlo.
abrazos!
Yo opino que los chicos han de ir al centro escolar. Por rutina de levantarse, por sentirse de un grupo, por mantener al complicidad. Es cierto que, sin embargo, hay asignaturas que pueden hacerse online porque la tecnología ha avanzado mucho. A la edad de catorce para arriba, podrían hacerse de manera salteada, seguro, aliviando el número de muchachos en las aulas.
EliminarUn abrazo, y que te sea leve, Chema
Una bonita historia muy real y tan cercana como la vida misma. Cada uno con sus ilusiones en tiempo de espera obligada. Un abrazo
ResponderEliminarEs un tiempo congelado, parece que este virus nos tiene atenazados, como sin hacer planes, como sin interés pro nada. A ver si pasa ya.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Esos veranos donde el amor está a flor de piel y las ilusiones unos las gana y otros las pierden.
ResponderEliminarUna bonita y real historia .En principio creo que es bueno para los chicos ir de nuevo al colegio, sobre la marha dios dirá. Un abrazo y me gusto mucho .
La adolescencia está llena de sinsabores, y desesperanzas, y de sueños. Veremos si todos los amores se mantienen con esta distancia social :-), y la vuelta al cole, que ya veremos...
EliminarUn abrazo, Campirela
Real, como la vida misma. Incluso con el bicho incluído.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
De esta semana, cuando se discute cómo volver al cole :-)
EliminarUn abrazo, Macondo.
Es solo un poco más de tiempo para afianzarse más ...
ResponderEliminarAbrazo
Si hay posibilidades de volver a estar enamorados ambos, eso sí.
EliminarUn abrazo
Una historia con ese final que invita a sonreír. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, el chaval pues ya ves...pensando en sus cosas que es lo normal a esa edad :-)
EliminarUn abrazo
Es un final felzi, el chico ahora no piensa ni siente hacia Martina, será ella quien haya de aprender a olvidar, o vete a saber..igual el roce renovado reanima las llamas que hubo, la edad esa es indecisa :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
U abrazo
Qué ternura... en la adolescencia pasan estas cosas,la fugacidad, el tiempo que no existe...
ResponderEliminarPrecioso relato!
Un besazo.
Es una edad muy bonita, de excesos, pero qué fuerza se posee.
EliminarUn abrazo y feliz finde
Es un relato precioso y cargado de esa ilusión adolescente. Lamentablemente tiene esta realidad que nos acontece y que está sucediendo cada día.
ResponderEliminarMil besitos con cariño, Albada ♥
Es que al situarlo a día de ayer, ese virus sigue condicionado muchas cosas.
EliminarUn abrazo, y por el amor, siempre de estreno, siempre lleno de anhelos
Dentro de la "normalidad" Covid el relato tiene la adolescencia de fondo y el virus hasta en la tablet. Muy bien construido. Abrazos
ResponderEliminarHasta en la sopa, ya te digo. Estoy de virus un poquito harta ya.
EliminarPor los amores de juventud, que tanto hacen sufrir pero tanto nos llenan. Un abrazo
La vuelta al Instituto que no llego por culpa del virus, y todas sus ilusiones y sueños de estar con el fracasaron, y el pensando en ir a ver a otra...... Saludos amiga.
ResponderEliminarEs que este curso ha ido un caos para mucha gente. Mster que no se acabaron, proyectos que no llegaron a nada...y claro, amores o desamores, pero en adolescencia, es que es muy común :-)
EliminarUn abrazo
Me ha encantado. Qué ilusión la de estos chicos que llevan desde marzo sin estar juntos. Deben de poder verse en clase; si la directora tiene COVID que se aísle ella, cois, y que no fastidie desde la lejanía a los 500 chavales que con ganas, igual que Pablo y Martina, desean volver.
ResponderEliminarJa, ja... Bueno, si se puede se puede, y si no, pues ajo y agua, ¿no? Ojalá que no haya que cerrar muchos centros. Positividad y ganas de estar ahí lo mejor que se pueda es lo que necesitamos.
Un beso
Espero que abran y no cierren, así de claro, porque los chavales necesitan contacto, mirarse a los ojos, tocarse y sentirse parte de un grupo de iguales. Y claro, sin versee en vivo y en directo, no es lo mismo. Martina aprenderá, si él tiene claro que pasó página, a pasar página también, pero es la vida.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Tierno, real y al mismo tiempo, desconsolador relato.
ResponderEliminar¿Como pueden saltar chispas en el amor, si las mirada directas a los ojos, están a más de metro y medio de distancia?. ¿Y el tacto de la piel? ¿y el calorcito que deja en la oreja un suspiro?
Besos.
Exacto, ¿qué harán cuando el alma les pida una piel que acariciar?.Esto del Internet será muy cómodo, pero los adolescentes han de estar en grupo, mirarse de cerca, olerse...sentirse aceptados. Ojalá el curso que empieza sea muy normalito.
EliminarUn abrazo, Juan L:
¡Ah, los amores adolescentes! Así son, esta vez un poco más complicados por la situación. Muy bueno el texto.
ResponderEliminarBesos, Albada
Un pelin más, imaginas ¿confinamiento de dos que se aman, de dieciseis primaveras? Se habrá hecho eterno
EliminarUn abrazo, Rita
Los adolescentes son imprevisibles, adoran los dispositivos electrónicos, pero sobre todo necesitan socializar con sus amigos. La vuelta al cole es urgente y necesaria para todos.
ResponderEliminarMuy buena historia, Albada.
Besos apretados.
Se ha de hacer, por fuerza. No digo que sobre los catorce puedan hacer asignaturas en casa online, pero necesitan estar cerca. Veremos si se consigue que estén abiertos todos, y todos el curso.
EliminarUn abrazo, Pilar
Ooooh, esos paisajes, esas emociones vividas saliendo de la tablet, parece una utopía. Me las imagino tiradas en la basura, y brotandole champiñones. Jo la dire con virus maleficus, o sea que la reunión de profesores, es toda una incognita infestada. Vaya. La pobre vuelta a casa, la navidad se adelanta. Un abrazo Alba.
ResponderEliminarPues tu imagen me resulta realmente tentadora. Veremos si no la uso, con tu permiso. Sensaciones que salen de una tablet, que caen al suelo y que las hojas de los árboles dejan pudrir. Fíjate que metáfora tan potente.
EliminarUn abrazo, y gracias, imaginé tu idea y es excelente.
Bonita adolescencia y sus ilusiones.
ResponderEliminarBesos.
Tal lejana ya...y sin embargo los desamore siguen existiendo en la madurez, pero claro, en al adolescencia son devastadores.
EliminarUn abrazo
Una historia que se repite muchas veces cuando comienza un nuevo curso. Ella con sus ilusiones, él a su bola y a lo que más le convenga. Algunos tienen la sensibilidad en el trasero.
ResponderEliminarLa distancia no une.
Besos Albada.
Cada quien tras tres meses de vacaciones, han cambiado, a veces mucho, hasta por dentro. Aquí han sido seis, en mi texto...una una barbaridad.
EliminarUn abrazo
Boa parabéns pela belíssima imagem e texto maravilhoso. Bom final de semana.
ResponderEliminarGracias, deseo que tu fin de semana fuera bien :-)
EliminarUn abrazo
La adolescencia, intensa, aventurera, alegre y respensable, así recuerdo la mía.
ResponderEliminarUn gran texto con sugerente imagen.
Besos.
Es un volcán en ebullición, es la mejor edad, sin duda, con todas sus incertidumbres y miedos.
EliminarUn abrazo
Esos amores de juventud...tan intenso, tan fugaces a veces, y la vida sigue su curso imparable.
ResponderEliminarEste maldito Covid está fastidiándonos a base de bien. Ya veremos que ocurre con los colegios, pero no pinta nada bien.
Un beso!!
Este virus nos tiene enfermos, y no por estar contagiados, que ese es otro tema, porque los asintomáticos...son demasiados.
EliminarQue sea un curso escolar normal, y que la vacuna, si no hay otra solución, llegue pronto. Un abrazo.
Un sublime relato como la misma vida. Muy bien trenzado y que que viene a flor de caramelo en estos precisos momentos.
ResponderEliminarAbrazos con cariño, Albada y feliz finde !!!
Creo que más de una Martina está en esa tesitura. So bien han de aprender a adaptarse a que sus expectativas no siempre son las que acaban pro madurar. No solo so adolescente, eso también quiero dejarlo claro.
EliminarUn abrazo
Puede ser un relato muy realista. Los próximos días se verá lo que da de sí el país. Ataros los cinchos bien atados, simplemente hay que sobrevivir.
ResponderEliminarA Atarse los machos, sí señor, pero que mi opinión es que abrirán, y que bastantes colegios cerrarán antes de fin de mes. Ojalá me equivoque. Los institutos igual no tanto, de momento, de 60.000 PCR a profes de Madrid, 3000 so positivos ..veremos.
EliminarUn abrazo
un abarzo q
Este bicho ha sido desconcertante para todos, pareciera que parte del tiempo se quedo pasmado y tenemos la seguridad o al menos eso creemos, que lo vamos a recuperar. Reflejas el sentir de los que queremos retomar nuestra forma de vida habitual. La imagen y el texto cuadran de maravilla.
ResponderEliminarBesos.
Hay un tiempo muerto, vivimos en un paréntesis, y eso es difícil de aguantar tantos meses. Veremos. Esa tablet que podía plasmar lo que vivía la chica. La imagen hablaba pro sí misma, la verdad.
EliminarUn abrazo
No sé qué pasó que creía haberte dejado ya mi comentario, pero no, se ve que leí sin decirte nada jeje... es que esta desgraciada pandemia nos tiene a todos descolocados y en la historia de tu relato queda claro que hasta los enamoramientos más tiernos se ven afectados por el bicho, directa o indirectamente. Y demos gracias que viviemos en una época altamente tecnologizada , que si no...
ResponderEliminar=)
Un abrazo
Hasta los amores que empiezan, y los que llevan recorrido, están en cuestión. Este virus nos tiene en un sobresalto continuo, y con más incógnitas cada vez.
EliminarOjalá pronto se acabe la pesadilla esta que está destruyendo las economía de muchos países. De muertos ni hablamos. Un abrazo
Otra más que muerde el polvo. El virus no tiene límite
ResponderEliminarBeso 🙋🏻♀️
Ella es muy joven y olvidará, o sabrá reconquistar al chico, pero claro, las clases, con la convivencia, son imprescindible para niños y jóvenes.
EliminarUn abrazo
¿Sobrevivirá el amor al virus y su sana distancia?
EliminarBeso
Seguro. Esa necesidad o pulsion de amar es muy antigua, un virus no hará que la gente deje de enamorarse.
EliminarUn abrazo
Dicen que o bueno se hace esperar, pero también es cierto que quien espera desespera, je,je.
ResponderEliminarDe todos modos, todo llegará, lo bueno y lo malo.
Un abrazo.
Claro, a ciertas edades lo de esperar se lleva muy mal. Si ha de ser, será :-)
EliminarUn abrazo
A esas edades es lo normal.
ResponderEliminarTodos tienen amores no correspondidos y al revés.
Besos.
Es muy común, con este confinamiento los tiempos se revolucionan de otra manera. A saber cómo viven los chavales este tiempo loco.
EliminarUn beso
Los amores adolescentes se sienten todavía más desesperados. Todo a esa edad se vive multiplicado por mil.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una edad preciosa, pero muy intensa, por eso este tiempo de confinamiento habrá sido muy difícil para ellos.
EliminarUn abrazo
Algo bueno tendrán las tecnologías.
ResponderEliminarNos acercan a los que están lejos y muchas veces también, a los que están cerca.
Un placer leerte
Beso
Internet es una herramienta que ha cambiado el quehacer de la gente. Una maravilla, seguro.
EliminarGracias, Charly. Un abrazo
Ahora que leo tu relato visto desde una mirada adolescente esta pandemia debe ser un castigo enorme. No se puede culpara a nadie por los deseos ni en el relato ni en la vida. Saludos!
ResponderEliminarHabrá sido difícil, más que para los adultos. Nadie es culpable del decurso de la vida misma, si bien esta Martina querrá culpar al chaval, a la chica del norte, y a quien se ponga por delante.
EliminarUn abrazo
Los deseos de Martina reflejados en la tablet! Un relato genial Albada.
ResponderEliminarAbrazos.
Me alegro que te gustase. Esa chica podría ser cualesquiera pero su tablet es muy mágica :-)
EliminarUn abrazo
Una bonita historia que nos viene al dedo, yo pienso que hay que abrir las puertas a las clases presenciales, con todo cuidado sobre todo por parte del profesorado...
ResponderEliminarCon el tema de la tecnología lo social se está perdiendo...¡que pena! horrible.
Un gran abrazo Albada
Hay que abrir los colegios e institutos. La Universidad podría ser mucho más online, pero los críos y chavales ha de convivir. Con la tecnología hemos ganado, y mucho, lo malo es que perdemos con ella, en parte, nuestra identidad de seres sociales, gregarios, tan necesitados de conveniencia.
EliminarUn abrazo, Carmen
Un relato muy propio del momento, esas ansias por volver a ver a tus compis de clase y en el caso de tu protagonista a eses chico por el que bebe los vientos se ve truncada por este virus que le impide estar cerca de él.
ResponderEliminarMenos mal que tiene la tecnología aunque en este caso sirva para ocultar la verdad.
Un abrazo Albada
Puri
Es imperioso que vuelvan a las aulas, sobre todo adolescentes, si bien pueden hacer algunas asignaturas por Internet estoy segura.
EliminarUn abrazo, y por una tarde tranquila.
jajajaj le importaba tres pitos... me hiciste reír.
ResponderEliminarDesgraciadamente creo que esto va a pasar muy a menudo.
Besos y corticoles. 😊
Tres pitos, por no decir una mier..jajaja. Cada cosa a edad edad es un poema.
EliminarUn abrazo
Pues el covid le ha evitado a Martina llevarse el chasco ya. Con un poco de suerte, antes de que vuelvan a abrirse las aulas, ya no le importará Pablo.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Igual con algo de tiempo, pasa del chico. A saber si vuelven a clase las de chicos que estarán por Martina :-)
EliminarUn abrazo
Que bello relato, la cuarentena ha echo estragos en muchos en especial a los niños que les cuesta asimilar esto que es complicado para cualquiera.
ResponderEliminarSaludos pasa buen finde
Es que son muchos meses, estamos todos despistados, alicaídos y con incertidumbres, los chavales, mucho más.
EliminarUn abrazo, Jorge
Ainsss... la adolescencia, las ilusiones... Vamos, lo normal que no casa con tantos meses de extraña distancia. Ha sido y sigue siendo difícil para todos, pero hay edades en que es complicado comprender que nada es "normal".
ResponderEliminarEsperemos que el curso pueda ir avanzando... ya veremos 😔
Muy bueno tu relato. Bravo!👏🏼
Es una época especial, donde el contacto físico es importante, así que ya veremos cómo acaban algunas relaciones.
EliminarUn abrazo
Un relato buenísimo con un final genial. Muchas veces A ama a B, pero B pasa totalmente de A porque ama a C.
ResponderEliminarComo la vida misma tu relato...
Felicidades
Un beso
En la juventud hay cruces muy curiosos, es verdad
EliminarUn abrazo