Siguiendo la iniciativa de Dorotea , Ojos que nos ven, mi aportación es la que sigue
Los niños me mareaban. Es verdad,
pero me gustaban. Él, o ella, se acercaban sigilosos, con cara de expectación y
rubor en las mejillas, y yo sentía un cosquilleo de felicidad . Les costaba guiñar un ojo, y yo me dejaba acomodar bajo
su frente. Me consideraban magia. Ya ves tú, unos cristalitos de colores sin
más fundamento, pero él tenía cinco años, y ella cuatro, y todo les resultaba fascinante,
mágico y maravilloso.
Yo me dejaba hacer. Con tan
poquitos cristales no podía formar unas figuras extraordinarias, pero claro, a
ellos les bastaba y sobraba para sentirse felices por un instante. Lo que no
sabían es que yo intentaba siempre que se formasen más y más diseños. Ni sabían
que yo los miraba a ellos cuando me dejaban apoyado en horizontal. Era, y soy,
un simple cristal transparente, así que los veía perfectamente cuando jugaban a
esconderse, o cuando jugaban con una pelota suave. La nena quería que su muñeca
mirase a través de mí, y le explicaba lo que veía, según ella.” Como flores que
se van cambiando”, le decía. Yo supe desde
siempre que la muñeca no la entendía, pero me temo que no le importaba. El niño
me usaba de catalejo. Me colocaba en su carita e imagina islas en la lejanía. O
elefantes en una sabana. Alguna vez me usó como palo, pero llevaba meses con
ellos sin mayores problemas.
Un día quedé a merced de un cachorro de perro. Madre mía, me clavó sus dientecitos como agujas y quedé con agujeritos por todas partes. No sé cómo, acabó por romperme, y ví cómo mis cristalitos de colores de dispersaban por el suelo. No riñeron al perro, sino al niño, por dejarme en una mesita tan baja. Con una escoba, empujándome implacable, llegué en un cubo junto a cosas inservibles.
Ahora vivo en un descampado, que llaman vertedero, y mis cristalitos
siguen reverberando al sol. Yo sueño con que alguien me encuentre y repare, para
seguir mirando a los niños, desde mi mirada poliédrica, irisada y juguetona.
Letras llenas de ternura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Un abrazo
EliminarCartas maravilhosas e especiais. Boa quinta-feira.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luiz. Un abrazo
EliminarTriste final de juguete roto. A nadie le importó mucho, mas que a los hermanitos sl principio. pero tuvo primeros planos de ilusion infantil, y no existen muchas cosas que se le puedan comparar. Afortunadamente, estmos en la epoca del reciclaje, y llegará alguien con unas miniaturas de espejitos y un bote de epoxi, y dará nueva vida al juguete.
ResponderEliminarbesosss amiga
Ay, qué dulce. Una mano femenina puede que encuentre esos cristales, y con espejitos, construya un nuevo caleidoscopio. Tendrá una nueva vida, seguro.
EliminarUn abrazo, amigo
La ternura siempre posee magia y has logrado retratar aquello, aunque el final no sea del todo feliz, pero quién sabe si el reciclaje también haga su magia.
ResponderEliminarUn beso dulce.
La ternura es lo que nos mueve al final. Imagino que esos cristales y espejitos atraerán a alguien con ganas de dar una segunda vida.
EliminarUn abrazo, Dulce
Un cuento encantador. En cuanto al cristal continuará su viaje de distinta forma.
ResponderEliminarUn beso.
Seguro que cada cristalito, espejo y vidrio encontrarán otro uso, nuevos caminos.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Que magico es tu cuento, Albada!. Me ha hecho sentirme niña por un corto lapso de tiempo.. Es de aquellos que nos quedan en la mente y se alojan en el alma. Me encanta tu estilo. Bordas las frases. Felicidades. Un beso fuerte
ResponderEliminarSentirse niña es especial. Yo siempre digo que hay que sacar de paseo al niño interior que todos guardamos. Aquí, de hecho, lo hice así :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo, amiga
Esos cristales que nos fascinaban cuando se habrán a nuestros ojos... mágicas realidades que me encantaba esconder.
ResponderEliminarUna mirada extrañamente mágica de este jueves... Será un caleidoscopio?..
Juan de marco.
Es que nos abría un mundo en el ojo que captaba la magia. Yo creo que no pasan de moda jamás, una armónica o un caledoscopio son los regalos estrella siempre para niños sobre los seis años.
EliminarUn abrazo
Entre ternura y magia se contempla con una sencillez enorme tu relato, Albada. No importa que ciertos cristales se rompan, porque siempre se pueden renovar o quizás de tener otros con más colores que del arco iris. Realmente con este trabajo llegas al alma del lector y nos haces sentir niños de verdadero encanto.
ResponderEliminarUn abrazo gigante y feliz día, amiga.
Es muy simple, no quise salir de un lenguaje plano, sencillo, casi infantil. Me alegra que te gustara
EliminarUn abrazo, Joaquín
Que ternura de cuento!! Y que triste final para un calidoscopio. Muy bello, besos.
ResponderEliminarUn final natural, pero no descarto que tenga nuevas andaduras, con formas diferentes, tal vez.
EliminarUn abrazo, y gracias.
todavía conservo un caleidoscopio que me regaló una tía mía cuando era pequeño. en cuanto lo movías un poco, veías una nueva figura geométrica. me pregunto si todas las posibles configuraciones que pueden adoptar los cristales del caleidoscopio son infinitas. si no lo son, desde luego será un número muy alto.
ResponderEliminarun bonito relato que me ha hecho recordar ese curioso juguete. abrazos!
Será combinaciones de se numero de cristales, así que la cifra toral es inmensa.
EliminarQuñe lujazo que lo guardes. Yo tuve uno y disfruté como una loca. Un abrazo, y feliz finde
Aún hoy los caleidoscopios me atraen de forma mágica y seductora. Una vez se me desarmó uno en forma involuntaria. Descubrí como surgía la magia y eso no terminó con el encanto. Lo hizo más comprensible, pero igual de poético. Pensarlo en la basura si me entristece. Buen relato Albada. Un abrazo
ResponderEliminarEs que al ver la maquinaria, tan nada en ese instrumento, se pierde la magia, lamentablemenet, es como con los Reyes.
EliminarMe alegro que te gustara. Un abrazo, y a por un viernes gozoso y colorido
Eran una maravilla esos catalejos. Como tu cuento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo son. Siguen vendiéndose. A mí me parecen mágicos, la verdad.
EliminarUn abrazo, Macondo
Que lindo relato, muy tierno amiga. Saludos a la distancia
ResponderEliminarQué lujazo que te gustara. Sandra. Un abrazo grande
EliminarAy, los caleidoscopios...
ResponderEliminarAhora mismo me compraría uno.
Mira que me gustaban... son pura magia.
Besos.
No seas cobarde, cómprate uno. ;-)
EliminarUn beso
Qué bien manejas la figura de la personificación con el caleidoscopio. Es un cuento que no tiene pierde, y mucho sentimiento, en los cristales hablantinosos, cuando expresa el aparato, en el cierre, "Ahora vivo en un descampado, que llaman vertedero, y mis cristalitos siguen reverberando al sol". Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe alegra que te gustara. Dar voz a los objetos es algo que me gusta hacer.
EliminarUn abrazo, y buen fin de semana
Los calidoscopios me fascinaron siempre. Es más me siguen fascinando.
ResponderEliminarCuando mi hijo tuvo edad para comprarle uno, me sentí muy feliz contemplando su cara de fascinación cuando él miraba a través del calidoscopio. Una imagen inolvidable.
Tu cuento, es tan dulce y con mucha magia.
Bravo.✔
Ponen carita de sorpresa, y es un gusto verles. Mi opinion es que usemos el caleidoscopio en la adultez también.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Tal vez el problema sea que vemos demasiado caleidoscópica la vida cotidiana y en cuanto se nos rompe el aparato adiós isión soñada.
ResponderEliminarNo es baladí tu reflexión. Quizás la gracia, y la magia, es no usar aparatos sino dejar que la vida llegue, a su caer
EliminarUn abrazo
Debo reconocer que está muy bien logrado. De hecho, me recordó a TOY HISTORY
ResponderEliminarQué bien, es un bonito halago ¿eh?
EliminarUn abrazo, y gracias
Guardo en una vitrina de " cosas " sorprendentes o raras además de mi colección de "El Principito" en mas de 50 idiomas distintos traído de viajes bios o amigos o familiares que me los regalan, un caleidoscopio precioso, en lapislázuli que cuando miras te transporta a las estrellas - Azules rojos verdes transparencias y fantasía. El tuyo con alma es más impresionante que cualquier otro posible. Un abrazo
ResponderEliminarEsa coleccióon de Principitos me ha llamado la atención. Bravo por tu caleidoscopio, Rodolfo. Ese mineral em fascina.
EliminarMuchas gracias por valorar el mío, tan simplón. Un abrazo
Precioso y fascinante el tema caleidoscopio. A quién no le picó la curiosidad de explorarlo! Magia de colores y formas. No había pensado en él pero será el próximo regalo a mis nietas de esa edad.
ResponderEliminarMe encantó comon lo contaste.
Que tengas un buen finde de mediados de agosto y que el sol haga el efecto de tu historia.
Abrazo
Es como magia, si bien uno entiende perfectamente la física de los espejos :-). No lo dudes, es un regalo excelente.
EliminarPor una quincena de agosto maravillosa para ti. Un abrazo
Qué nostálgico es el relato, encantador como siempre.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Nostalgia pero con esperanza. Dudo que alguien lo rehaga, lo recomponga, pero ahí lo dejo :-)
EliminarUn abrazo grande
Hola Albada, me ha encantado tu relato, leer como ese cristalito habla en primera persona, ojala algún día alguien lo recoja y pueda lucir de nuevo sus colores.
ResponderEliminarBesos.
Pude pasar, que alguien quiera darle nueva vida, así lo imaginé, pro supuesto.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Que letras tan tiernas y dulces las tuyas...
ResponderEliminarPaz
Isaac
Gracias, me gusta dotar de alma a las cosas, aunque sé que es absurdo.
EliminarUn abrazo, Isaac
Nice penned
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn triste final, y buen escrito.
ResponderEliminarTrsite como todos los finales, si bien quise creer que alguien le podía dar una segunda oportunidad.
EliminarUn abrazo
¡Hola, Albada!
ResponderEliminarQué relato para más lindo y tierno! Me ha gustado mucho. Tus letras son tan lindas, que no me cansaría de leer una y otra vez.
El final me entristeció, pero estoy segura, todo lo bonito, siempre encuentra un lugarcito mágico para seguir encandilando con su belleza.
Un fuerte abrazo.
Esos cristalitos siguen haciendo guiños, quién sabe si no llegarán a ser otro caleidoscopio en un futuo
EliminarMuchas gracais, Nuria. Un abrazo, y feliz tarde
Aplaudo tu mágico relato
ResponderEliminarmi amiga bella, aparte de
su ternura, tu pluma trae
el encantamiento en su lectura.
Besitos dulces
Siby
Muchas gracias. Es que dar voz a los objetos me resulta tentador siempre.
EliminarUn abrazo, y por una tarde bonita
Qué cuento más bello pero qué triste final. La infancia tiene como algo mágico pero cuando se acaba la infancia parece que se rompe también la magia. ¿Termina la mirada de nuestra niña o niño interior entonces como ese caleidoscopio esperando a ser felizmente recompuesta? Un abrazo
ResponderEliminarYo creo que no. He tenido el privilegio de mantener la mirada de mi niña interior. Por mucho que la vida me enseña que no existe la magia, para mí sigue habiendo magia ne casi todo.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Has personificado muy bien al caleidoscopio, todo un símbolo de aquella infancia.Buen relato.
ResponderEliminarAbrazos y buena semana.
Gracias. Y sí, esa mirada de la infancia a través de un aparato simple, es que emociona.
EliminarUn abrazo, y ojalá sea una semana excelente para ti
Qué maravilla, Albada. Siempre me han encantado los caleidoscopio.
ResponderEliminarMucha belleza y ternura en tu
cuento...
Un beso enorme
Gracias, son artefactos casi mágicos. Y nos llevan a la infancia, diría que siempre.
EliminarPor no perder la mirada infantil, aunque sea un ratito al día. Un abrazo grande
En todo caso, pienso que quería que su mirada no fuera indiferente a nadie, para poder dejar en todos una huella imborrable.
ResponderEliminarSaludos dejo.
Este aparato tenía vocación de permanencia, y me parece muy bien. Nos regala magia y colores, qué mejor regalo.
EliminarUn abrazo, amigo
Que hermosa historia, me ha maravillado. Te dejo mis aplausos.
ResponderEliminarmariarosa
Muchas gracias. Por la maravilla de los cristales.
EliminarUn abrazo, y feliz martes
Un caleidoscopio con alma infantil.
ResponderEliminarLa de cielos de tormentas con rayos truenos de fuego que vi con ellos.
Piratas al ataque de las estrellas y esmeraldas lloviendo sobre campos dorados.
Un beso.
Qué bonito luces tus lluvias de estrellas. Con catalejo o sin él.
EliminarMuchas gracias, amigo. Un beso
Muy bonita historia.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te gustara. Un abrazo
EliminarDelicioso espacio mágico lleno de figuras y cristales de colores. Una mirada infantil y limpia. Precioso relato.
ResponderEliminarBesicos.
Me alegar que te haya sutado. Era la mirada infantil que nos promueve cualquier caleidoscopia.
EliminarUn abrazo
Ternura inmensa llega de esos cristalitos... precioso, entrañable :)
ResponderEliminarBesos
Qué bien que te gustara. Un abrazo, y gracias
EliminarUna mirada preciosa y la historia muy acorde
ResponderEliminarbsss
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo, y feliz día
EliminarSe parece mucho. A través de él nuestra mirada se vuelve infinita y divertida.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio David
Un posible final que puede llegar a ser un nuevo principio, es verdad
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola, Albada!:
ResponderEliminarMe ha parecido súper original este relato. Muy pocas veces el protagonista de la historia es un objeto. Ver la realidad desde su perspectiva es muy interesante, es casi como "humanizar" ese juguete.
¡Enhorabuena!
Un saludo.
Esa era la idea. Me alegro que te gustara
EliminarUn abrazo