Teléfono
-No Paula no.
-
-¿No …qué?
- -Que los niños pasan las navidades conmigo.
- -¡Ah… eso! Luisito, que me oiría hablar con mi
madre.
- -Sea lo que sea, el crío ha llegado diciendo que
estarás muy sola. Y más chantajes no, ¿vale?
- - Ay Luis, no te líes. Llamaron mis padres, que
querían venir por Navidades, y yo les dije que los niños estarían contigo, que
la pasaría sola. Nada más
- -Mira. Ellos hablan de que estás sola más de una
vez, y estoy harto de tu afición a hacerte la víctima, reina. Más no
- -Eh, eh...para el carro. No me hago la víctima,
pero tú vives con Lola, así que no estás solo, y eso es una verdad como un
templo.
- -No es el caso, y lo sabes
- -Sí lo es. Y si este año iban a venir mis padres
para verles y hacer el tió y eso, pues sí importa el que yo esté sola, ¿no?
- -No empecemos. Más tretas no. Ya no.
- -Pero es que tú ya tienes otra familia.
- -Sí, pero ellos son mi familia, Paula, y parece
que por haberlos parido sólo son tuyos.
- -Mira, déjalo Luis. Déjalo. Que vengan por fin de
año y ya está
- -Eso es lo que tenías que haberles dicho desde el
primer momento a tus padres. Que estarán contigo por fin de año, porque el año
pasado pasaron las navidades contigo, y yo las pasé solo. Pero no, la señora ha
de ir con el cuento de la lástima…
- -No te consiento que me insultes. Y no es
cierto. Me hago un hartón de trabajar para estar por ellos, y sí, tú les
quieres mucho, y sí… tú les disfrutas mucho...
- -Claro que les disfruto. Y mucho, y sabes que
Lola se mata por caerles bien y hacerles felices, como yo…
- -Sí Luis, pero soy yo quien les aguanto, ¿entiendes?
Coles, lavadoras, deberes…
- -Pues que vivan conmigo, ya se lo dije al juez-
Dice subiendo la voz-
- -No sigas, Luis. No sigas, que sabes que hay
muchas cosas que es mejor dejar en paz
- -Pues no las dejemos en paz, di lo que sea que
tanto te amarga reina, porque yo ya me cansé de escucharte.
- -No, ahora ya no vale la pena.
- -Vale. Quedamos en que pasan las navidades
conmigo y fin de año contigo, y ya está
- -De acuerdo. Pues ya está, que mis padres vengan
por fin de año, y así tú eres feliz…
- -Paula…no puedo, no pude entenderte tal vez. Yo sí que
deseé siempre que fueras feliz, conmigo o sin mí.
- -¿Ah sí? Caray...y yo sin enterarme…- Ahora la
que sube la voz es ella, y habla con retintín
- - No, Paula, déjalo. Venga, que pases unos días
felices con tu familia, y saluda a tus padres de mi…
- -Pririrpiri….llamada finalizada.
Luis no puede
ver cómo cuelga el teléfono, cómo va a la cocina, se pone leche en un vaso que
entibia en el microondas. Esa leche que luego se desparrama por el mármol
cuando, "sin querer", golpea el vaso con el codo.
Paula no puede
ver cómo mira sorprendido su móvil, para clicar que cuelga, ni cómo se va a la
cocina, donde Lola hace cuentas para ver cómo hacer la comida de Navidad para
ellos y los niños de él, y calcula el precio de los regalos que les harán.
- ¿Qué pasa?
- Nada reina…Paula y sus neuras.
Se abrazan
mientras Lola observa de reojo las cantidades anotadas en un papel reciclado
cuya raya inferior ya trazó, con rabia.
Mirada sobre lo que queda de un hogar roto, con una mirada respetuosa para los niños, tristes protagonistas perdedores, en todo proceso de separación, usados muchas veces como arma para atacar al ex.
ResponderEliminarUn beso.
Lo que queda mal resuelto, con silencios no explicados, o palabras que hirieron, queda siempre mal.
EliminarLos hijos son usados en demasiadas ocasiones como arma arrojadiza, y éstos sufren, lo que es un maltrato para quien, sin duda, no tiene culpa en los amores que acaban.
Un beso
Impresionante cómo has retratado la situación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
(El sistema me cambia palabras :( )
Es muy común, de hecho, esas primeras navidades separados, suele ser un difícil equilibrio para todos, para los niños también.
EliminarUn abrazo