Tomado de Internet |
Sentí el regocijo
de tu fuerza desnuda entre las olas.
Estaba oscuro, y,
cuando entre altibajos de luna y chapoteos
llegué a tu cuerpo, no me cupo duda alguna
sobre el amparo que ofrecía tu piel anfibia entre las aguas.
sobre el amparo que ofrecía tu piel anfibia entre las aguas.
Y sentí hasta qué punto,
tú, mujer, inventabas las cosas del amor
para ser puerto de mis brazos y sal de mi pan,
y es que desatas la fuerza de mis olas, prendida en tu mar
Ese puerto a donde arrimas la nave, llegada en oleadas suaves y tranquilas, hasta que impulsadas por una luna creciente, cogen ese ritmo desenfrenado, que solo ese refugio puede atemperar.
ResponderEliminarUn beso.
Imagino una cueva frente al mar, donde reposar los abrazos de las olas y conformar su fuerza interior.
EliminarNo sé qué siente un hombre, pero intenté imaginar una unión cargada de deseos ante el mar.
Un beso
Qué bello...
ResponderEliminarUn beso
Me alegro que te gustaras. Interpreto siempre que la mujer es un puerto de mar, una cala con playa.
EliminarUn abrazo