Imagen de Oimiakón, la ciudad más fría ( Siberia) |
La espera había desafiado a la razón. El invierno había
congelado los cables que conectaban el corazón a los sentimientos, y Natalia
había decidido salir de la casa donde se refugiara a esperarle.
Dejaría atrás la nieve acumulada de las dudas sobre su
pasado, las oscuras sensaciones de ser engañada, la amarga espera de que al fin
le dijera quién era en realidad.
Ese hombre que llegó con el frío, había desafiado a su mente
analítica y desabrochado su alma, dejándola en jirones de anhelos. Los
encuentros habían desatado promesas de primaveras que, mirando desde la ventana,
sabía que no llegarían jamás.
El semáforo en verde le permitía cruzar la línea entre deseo
y realidad.
Cuántos corazones helados esperando el milagro de una primavera amable que los libere del engaño...
ResponderEliminarBesos.
Esperan un milagro que no se producirá. Seguramente porque no existen, ni se les puede esperar
EliminarUn beso
Si el semáforo está en verde, el paso está permitido y el abandono de la vía sin salida, es lo más adecuado.
ResponderEliminarUn beso.
Sin duda la mujer despertó de la invernacion de los ensueños.
EliminarUn beso
A veces nos enfrentamos a esos desafíos internos, en los que debemos de obrar fríamente, pues solo así somos capaces de diferenciar entre lo que deseamos, y lo que obtenemos en realidad…
ResponderEliminarUn placer, amiga…
Bsoss, y feliz finde 😘
Cada toma de decisiones es un desafío interno. La manera de actuar de manera razonada y razonable, a menudo se opone al corazón, pero casi siempre, da mejor resultado.
EliminarLa realidad nunca es dura, lo que no tiene es remedio, Serrat dixit. Un beso y feliz finde
Cada helado invierno viene perseguido por una florida primavera si nos vamos de metáforas, yo me quedo en en este invierno que ya viene tomando un chocolate caliente y sin esperar nada. Un abrazo
ResponderEliminarCada frío invierno engendra una nueva primavera, sin duda. A veces, sin embargo, hay relaciones donde muchas mujeres quedan sin florecer, porque dejan de esperar algo que creyeron que existía tras unos gestos de pretendido amor.
EliminarEn la ficción, la mujer de hielo despertaba, y ese era el mejor destino a seguir. Un abrazo y feliz finde
En el momento en que los pies han hecho masa con el suelo, la luz verde se ha encendido para que se puede pasar a un nuevo capítulo de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es exactamente eso Macondo. Cuando los pies pisan el suelo, es cuando se enciende la luz verde a los nuevos capítulos de la vida.
EliminarUn abrazo
Está muy apegado a la metáfora, pero es que la imagen, con ese humano caminante de una luz verde encendido me resultó muy tentador
ResponderEliminarUn abrazo
Cuanto escribiste es un derroche de imágenes y de alusiones de un lugar donde nada se espera tanto como la tenue brillantez del sol, así sea para tenga que huir del frío extremo reinante, una vez el semáforo se pone en verde.
ResponderEliminarMe gustó. Hiciste honor a un viernes creativo y pachanguero por estos lados.
Un abrazote.
La imagen propuesta era tan alegórica de un frío intenso, que las palabras fluyeron, como siempre, y a vuela pluma tomó forma el sentir de una mujer que se atreve a volar. Cuando está preparada, cuando ve la salida, cuando se descubre las alas.
EliminarMuchas gracias por esa lectura tan aguda y cómplice. Un abrazo y un año nuevo lleno de momentos inolvidables y bellos, en la vida y en las letras
No solo nos puede congelar el frío invierno, también la incertidumbre, es como sentir que los pies y las ideas se nos congelan para tomar decisiones.
ResponderEliminarUn placer estar en tu blog, mi querida Albada.
Más besos.
Ese frío que nos paraliza acaba por cobrar factura. Gracias por leer.
EliminarUn beso y feliz finde