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Su afición por hacer burbujas de jabón le llevó a distraer a los niños del paseo marítimo . Hablé con él, y me dijo, serio y concentrado, que la recompensa, más que las monedas que le dejaban, era ver las caras de los críos y sus persecuciones a esos globos efímeros. Un día, tiempo después, volví a verle en un parque de Barcelona, cerca de unos rosales domesticados. Su mirada estaba perdida en un universo que no fui capaz de identificar. Tal vez no consiguió salir de su burbuja irisada, pero me pareció que en su limbo, de alguna manera, era muy feliz.
Quizás ahí radicaba la grandeza de esa persona...
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy segura de que su grandeza está en ser artífice de la sonrisa de los niños. Cada vez veo más gente con barreños y cuerdas haciendo el prodigio, y me encanta.
EliminarUn abrazo
Un hombre bueno que regala magia a cambio de la voluntad...
ResponderEliminarNo hay muchos.
Besos.
De hecho buscan la voluntad de los padres, que dejen a sus hijos gozar de la magia de esas enormes pompas de jabón, pero sobre todo buscan la complicidad del niño, por eso son grandes
EliminarUn beso
La sonrisa de un niño vale mucho más que el dinero, por eso no se puede comprar. La felicidad, tampoco.
ResponderEliminarUn abrazo.
La sonrisa infantil, las carreras persiguiendo esas pompas, me resultan preciosas. No hay infancia que no merezca dejar que gocen, y estos artistas callejeros lo consiguen, así que, por mí, que sigan dando felicidad
EliminarUn abrazo
Los niños son felices cuando los mete dentro de una gigantesca burbuja y los adultos sonreímos sin darnos cuenta. Merecen ser personas felices, no se si siempre lo consiguen. Un abrazo
ResponderEliminarEl mundo de los niños es un inmensa burbuja, como dices. La construyen ellos, y nosotros, los mayores, con nuestro universo cuadriculado y científico, a veces les obligamos a salir de ella. Porque la vida luego no les permitirá seguir en su mundo, y es por su bien, de eso estoy segura,pero qué gozo verles ser felices con una simple pompa de jabón, frente a los videojuegos.
EliminarUn abrazo y feliz jueves
Cada persona entiende la felicidad de modo diferente que pena que haya que comer todos los días, no parece muy adecuado para hacer lo que más te gusta. Siempre he envidiado a los bohemios y nunca me he atrevido a unitarios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esos bohemios, si no están marginados, si nos son unos inadaptados o están con problemas mentales, también cumplen un misión. Yo no me atrevería a intentar vivir de esa actividad, pero me parece bien que haya quien se atreva, si no molesta a nadie con ello.
EliminarUn abrazo
Hay gente que trata de ganarse la vida con sus habilidades a pie de calle, si obtienen una recompensa por ello y ven disfrutar a los críos y no tan críos, pues miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarHasta que pase el segurata de turno pidiéndole el permiso correspondiente para ejercer en la calle, que es del ayuntamiento de turno, y no suele importarle el estado de ánimo de los peatones.
Un beso.
La bohemia no se ha entendido nunca. Yo opto porque la ocupación del espacio público sea reglado, es decir, si se permite poner cruces amarillas en unas playas, o plazas, por ejemplo, me parece igual de bien que se habiliten permisos temporales para actividades lúdicas. Con las estatuas de las Ramblas se hizo, y espero que músicos y otros artistas puedan brindar su arte para regocijo de los peatones.
EliminarBrindo por las sonrisas, sin dejar de hacerlo por la reflexión que cruces o lazos, que invaden la vista a veces. Un beso Alfred y feliz jueves
A la que reglamentas las cosas...pierden su encanto :)
EliminarUn beso y feliz viernes!
Reglamentar es odioso. Siempre lo ha sido :-). Los manteros es un tema candente desde hace años y no se acierta a dar con una solución. Igual la gracia es que los ciudadanos aceptemos el paisaje cambiante de la vida :-)
EliminarUn beso
Ese parque, con sus rosas en alambradas, con la naturaleza acotada, brinda un espacio de oxigenación y de diversión o relax de los urbanitas. ¿Vale la pena entregar alegría? Quiero creer que las rosas dirían que sí :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre he tenido dudas de si se puede realmente ser feliz estando en otro mundo... Es algo que me da mucho miedo. Besotes!!!
ResponderEliminarNo tengo ni idea. Me he esforzada en tener los pies bien asentados en este suelo, a pesar de haber querido volar lejos con la mente, pero estoy segura de haber perdido mucho tiempo en estar adaptada, aun a sabiendas de que este mundo tiene contradicciones inmensas y actitudes que no entiendo. Será por eso que respeto mucho a quienes tienen la valentía de cuestionarlo y romper con él.
EliminarUn abrazote, y feliz jueves