Imagen de Neogéminis
Siguiendo una iniciativa, curiosa, porque sugiere título de un libro posible para un texto que aportemos, mi participación es con este texto de Mixturas de un recuerdo, en casa de Neogeminis
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Las palomas, como antaño, se
hacían arrumacos en el alfeizar de su dormitorio. El recuerdo de las charlas
con él, ambientado con esos sonidos más de una vez, fue un detonante
inesperado. Desató, en el momento de un amanecer cargado
de rojos entre nubes de un gris perla, sus botones de nácar. Se desbordaron los
sumideros de los fantasmas propios, y los de él, que tan bien conocía. El pavor
y los algoritmos de otras madrugadas, se colaron de estraperlo por el mismo
desagüe de unas aguas turbias dejadas
atrás. Se permitió que los sueños navegasen por mareas de otros tiempos, y
atravesó un laberinto, por entre las
palabras que sonaban a alegría impostada, a promesas por cumplir, a mentiras a medias.
Cuando se percató de que el mismo dolor aparecía en el dintel
de su puerta, sacudió la cabeza, dinamitó los suspiros, descerrajó las mordazas
que aún conservaba y sonrió. Acabó por
amanecer despacio, como casi todo lo que vale la pena. Espantó a las palomas
nuevamente, esta vez, desparramando un ramo de amapolas bajo la luz que, en su
imperturbable aumento, la devolvía a ese presente tan largamente conquistado de
paz. El sórdido frío de los hielos
quedaba atrás definitivamente, y un manto verde de planes posibles, de bocados de proyecto y de nuevas aventuras
florecidas, se abría ante su ventana. No volvería a recordar ese tiempo gris.
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Buenos días, este texto es a mi modo de leerlo y entenderlo un pequeño canto a esa esperanza que muchas veces necesitamos creer y sentir, y a pesar que quizás algunas veces solo vemos el gris del día, siempre hay un mañana que nos llena de luz ..muy poético tu relato de este jueves..Abrazos con todas esas amapolas que pronto se verán en el campo.
ResponderEliminarEs que nunca podemos afirmar que no nos espere un mañana de luz. Tengo un cierto optimismo siempre, y creo que excepto ante la muerte, de todo se sale.
EliminarUn abrazo y gracias, Xampirela
Bello, poético y esperanzador relato que habla, con sentidas y mágicas palabras, que a pesar de la esperanza siempre hay un lugar par la felicidad, si somos capaces de volver a la ternura.
ResponderEliminarGenial, como siempre.
Un abrazo.
La ternura de esos botones de nácar, y no de otro material, es lo que permite que se sufra tanto, y tam bién que se deje atrás el pasado. Me pareció una metáfora hecha a medida.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
Desgarrador al comienzo pero poco a poco se va sintiendo la brisa de la esperanza. Me ha gustado mucho la amplitud de vocabulario, es un placer viajar en este escenario.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz día, bonita ❤️
Imaginé una mujer de vuelta de los malos recuerdos, de las malas decisiones, de las malas personas.
EliminarMe alegro te gustara. Un abrazo, Auro
Despertar a un nuevo día, sin dejarse anclar en un pasado que como tal, ya está superado.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre parece que el día del olvido no llega. También parece que las cicatrices cuestan de curar, pero se llega. :-)
EliminarUn beso, Alfred
Los recuerdos.... esa mixtura de sensaciones que según el día, la hora, y la memoria, son capaces tanto de melancolías como de renovadas esperanzas. Me encantó tu mixtura!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
La cal y la arena de la vida. Convivir con los recuerdos no siempre es fácil.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
A veces me pasa y no quiero volver al pasado porque no lo tengo hoy
ResponderEliminarpero me pasa...
bella tu entrada
Pasa, ya lo creo, con cualquier cosilla. Que de pronto, hale, vuelta al pasado.
EliminarPor el futuro, por le presente. Un abrazo
Es como despertar de un mal sueño, abrir la ventana y dejar entrar la luz. Un relato poético in crescendo em esperanza.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Parece que será un pozo de tristeza, pero, como le vida, la mujer acaba por vivir le presente abierto. Casi siempre la esperanza nos espera al otro lado de la oscuridad.
EliminarUn abrazo, Dulce
¡Qué bello este texto! Una prosa poética que invita a imaginar y soñar y creer que se puede cambiar la oscuridad por luz, porque en realidad, ambas son lo mismo.
ResponderEliminarHe disfrutado muchísimo con esta entrada tuya. Mis felicitaciones.
Un beso.
Es muy fácil pasar de alegría a la tristeza, si te fijas, pero la revés puede ser mucho mayor el esfuerzo a hacer. Sin embargo hemos de apostar pro dejar atrás lo que es pasado. Ya no nos debe atar.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Un canto a la esperanza y a la libertad.
ResponderEliminarSe respira mejor tras leerte...
Un abrazo
Felicitaciones
Bueno, eso para un asmático debe ser increible :-).
EliminarMuchas gracias, Ana. Un abrazo
Acaba bien... desbordado de de esperanza.
ResponderEliminarMe gusta.
Besos.
Acaba bien, hay que dar oportunidades al presente :-)
EliminarUn beso
Me ha encantado ese final donde la luz verde de esperanza va floreciendo abriendo la la ventana a nuevas ilusiones, qué bonito.
ResponderEliminarBesos enormes.
Es la gracias, imagino, que se puede salir de un bache, sonriendo al nuevo día.
EliminarPor los bonitos recuerdos, que no amarguen en el cielo de laboca. Un abrazo
Un escrito lleno de esperanza, y perfectamente aderezado de palabras e imágenes... Me ha gustado mucho
ResponderEliminarBesos
Me alegro que te gustara. Al final, cada nuevo día trae motivos para aferrarse a la luz de otro amanecer.
EliminarUn abrazo y feliz viernes, carmela.
"dinamitó los suspiros, descerrajó las mordazas que aún conservaba (...)" ¡qué imágenes más fuertes!. Me ha gustado como expresas las emociones que esos recuerdos causan en la paz del presente de tu personaje y lo poético de tu magnífica prosa.
ResponderEliminarBesos, Aldaba
En sacudir la cabeza ya se posicionaba pero quise llevar al límite ese dejar atrás. Muchas gracias
EliminarUn abrazo y por un finde de bueso ratos.
A los malos recuerdos y a las dudas que resurjan del pasado hay que espantarlas asi, apenas nacen. De otro modo se corre el riesgo que vuelvan a lastimar. Excelente relato Albada. Muchas gracias por sumarte a la propuesta. Un abrazo
ResponderEliminarEs mejor no dejarse atrapar por los recuerdos, porque si son de historias que acaban mal, y ya son pasado, para qué, ¿Verdad?
EliminarParticipo gustosa, anfitriona estupenda. Un abrazo
Mejor dejar recuerdos negativos atrás y conectar con lo positivo. Pero, a veces, es inevitable sumirse por esos derroteros que no llevan a ningún lado.
ResponderEliminarBss.
Hay sumideros que regresan de vez en cuando, y posicionarse un paso más en el presente nos ayuda, así que, si son pequeños ratos y se atajan pronto, nada es un problema.
EliminarUn abrazo, Mar
Has hecho un canto a la esperanza con tanta sensibilidad que nos has dirigido desde un cielo de nubes grises a un renacer color verde, con exquisita delicadeza.
ResponderEliminarTe felicito
Gracias. El sol salía ayer con tal profusión de colores entre nubes, que me dio la imagen perfecta para describir un nuevo día con esperanza.
EliminarUn abrazo y buen día
Soñar por ese laberinto de palabras tiene que ser muy hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo sé, porque habla de mentiras a medias y alegrías impostadas, pero hay laberintos de palabras de los que se sale indemne, libre y más abio.
EliminarUn abrazo, Rafael
Es un texto bellísimo,prosa poética envolvente, que comienza con ese halo de tristeza pero que a medida que el relato avanza se vislumbra una esperanza.
ResponderEliminarMe encanta como escribes Albada,no me canso de decírtelo!
Exquisito!
Un besazo!
Me harás sonrojar, Luna. Me alegro que te haya gustado ese estilo semi onírico, donde, con una mujer mirando por la ventana, el universo de su pasado revive, y lo espanta.
EliminarUn abrazo y por un día genial.
Fermín trabajaba a pleno rendimiento en sus horas de oficina. Era un hombre casi silencioso y de pocas palabras; un funcionario que jamás dió un ruido ni tampoco hizo amitad con nadie de la empresa. Cumplia y era puntual con los horarios pero, era extraño en su relación con los compañeros. Jamás gastó una putada a nadie en la empresa y su silencio tenía el respeto de no denunciar cosas que eran denunciables. No buscaba la compañía, tampoco la rechazaba. Que se sepa, una chica de la empresa lo pretendió en un afán de conocerlo pero fué inútil.
ResponderEliminarFermín pasaba los años en el anonimato. Nunca pidió una excedencia ni se puso enfermo. Cumplía con sus obligaciones y jamás se quejaba cuando todo el mundo lo hacía. Tenía un apodo: "El imperturbable". Era un hombre al que no le prestas atención por la calle...y pasaban los años sin más novedad que esa.
Una mañana se le escuchó gritar en el servicio. Quizá hablaba con alguien. Despues de esa mañana vinieron otras muchas donde a las 12 en punto, entraba en el servicio y se le escuchaba algo así como dar ordenes enfadado o instrucciones, quizá por llevar otra ocupación. Salía del servicio 10 minutos mas tarde acalorado pero sin decir ni pio...Aquel ritual se mantuvo varias semanas. La gente murmuraba pero respetaba sus silencios porque después de tantos años, no había confianza con nadie.
En su país todo el mundo robaba; hasta el jefe, los empleados y los que no eran. La convivencia era una pura tensión plagada de un silencio que desquiciaba. La administración estaba corrompida, la sociedad igual y la gente honrada no contaba en ningún sitio...Pero Fermín trabajaba y nunca se supo nada de él hasta que llegaron aquellas conversaciones enfurecidas en el retrete...
La tensión que una persona puede aguantar sin estallar es variable. Podemos enloquecer sin darnos cuenta poco a poco, minuto a minuto y segundo a segundo contínuo a lo largo de un tiempo; hasta que se estalla.
Cada cual llevaba a la oficina un perfume. Limpios, aseados, con sonrisas pero, con una mala leche a la que Fermín, un hombre sencillo y honrado, nada de eso pasaba de largo. Todo era una tensión y el ya no pudo más...Tenía un plan.
En un cajón de su escritorio guardaba con llave lo que tantos meses fue madurando. Después de sus salidas del servicio depositaba varias hojas como si fueran informes o algo por el estilo pero un día, Fermín no se presentó al trabajo. Después de tantos años, Fermín no estaba en su puesto de trabajo.
Alguen lo vió subido a una estatua ecuestre, regalando flores a una mendiga, desnudándose en el corte inglés para probarse unos calzoncillos o dar misa en una capilla como si fuera un sacerdote...Lo ingresaron en un psiquiátrico gritando que tenía un plan; el plan más ingenioso para que todo el mundo estuviera en Paz...Pasado un tiempo no mejoraba y pasado otro, alguien lo encontró colgado en el servicio de la comunidad.
Abrieron su cajón secreto. Había cientos de folios escritos con croquis indescifrables, como si fuera un diario en cuyo título tan sólo decía: "Estrategias para no ser un cabrón"
Muy bueno tu texto. Esos seres anónimos, que no hablan por no hacer ruido, no dejan de tener un universo dentro. No son sordos, ni ciegos, ni tontos. Pena que haya de reventar como globos de feria y acabar en un psiquiátrico en ese ambiente de corruptela generalizado.
EliminarMuy buen texto. Tu Fermín me conquistó. Un abrazo
Tu relato parte de una noche oscura que se desvanece con los albores del día, todo un canto a la esperanza. Besos.
ResponderEliminarAl leerlo así me ha parecido. Como suelen salir a vuela pluma, a veces ni sé qué giro tomará el texto.
EliminarUn abrazo y feliz día
Me reflejo especialmente en este texto, Albada.
ResponderEliminarLogramos conquistar la paz y nuestro espacio (como si fuera nuestro reino) cuando logramos dejar atrás una aparente zona de confort que sólo lo es por conocida. Quizás por eso vuelve al recuerdo, casi por inercia
Un abrazo enorme
Te leo el comentario y me dejas pensativa. Tal vez ese pasado vuelve al presente, a través de cualquier cosa, para recordarnos lo que hemos avanzado, el camino puesto entre ese ayer y este hoy.
EliminarFilosofía de todo a cien, pero ahí lo dejo . Un abrazo
A veces, cuesta dejar atrás esos recuerdos negativos, y así se va...
ResponderEliminarTu relato es muy esperanzador Alba, y es un excelente relato, me encantá.
Feliz noche amiga.
Un beso
La esperanza es que le pasado nos enseñara a seguir caminando, con el optimismo de los locos. ;-)
EliminarUn abrazo y por un finde sensacional
tal vez las palomas son una alegoría de los recuerdos que merodean por la mente? hay que recordar el pasado para aprender de él, pero sin estancarse demasiado. y yo soy el primero que tengo que aplicarme el cuento. ^_^
ResponderEliminarabrazos!
Lo imaginé con palomas de verdad, que tras tiempo sin estar por ese edifico, regresaban, y con ellas, los recuerdos. El pasado nos ha de servir para medir lo caminado, la distancia de ese ayer a este hoy. Pero claro, a veces es difícil que no nos atrape la melancolía :-)
EliminarUn abrazo y por un viernes con certezas de presente y planes de futuro
Esperanzador tu escrito, Albada.
ResponderEliminarPrecioso.
Besos
Muchas gracias, hay que sacudir la cabeza, como un perro mojado, para alejar los recuerdos que nos duelen.
EliminarUn abrazo
Un mensaje de esperanza, un nuevo tiempo que renace y un lenguaje exquisito. Seria magnifico poder olvidar el gris eterno de las tristezas cansinas y aferrarse a las nuevas flores y los arrumacos aunque sea por un rato, Muy bonito Un abrazo
ResponderEliminarLa excusa perfecta eran las palomas en el alféizar, pero de hechos, los recuerdos nos salen al paso con cualquier motivo simple. Mi tema es no regodearse en ese pasado, dejar espacio a la primavera siempre.
EliminarUn abrazo
Esperanzador relato. Dicen que siempre habrá un mañana mejor.....Saludos amiga.
ResponderEliminarEs que sin esperanza, no sé yo eso de espera el nuevo día :-)
EliminarUn abrazo y feliz viernes, allende el mar.
Un relato muy profundo, Albada. Sin duda marca un antes y un después en la historia de tu protagonista.
ResponderEliminar¡Un besazo!
Es un recuerdo que la pilla desprevenida. Por suerte, puede salir de él indemne y mirando al futuro.
EliminarUn abrazo y por buenso recuerdos.
A veces un recuerdo nos devuelve con más fortaleza y esperanza.
ResponderEliminarAbrazo, Albada
Es que, aunque parezcan recuerdos duros, acabamos por crecer por cada experiencia negativa.
EliminarUn abrazo y feliz sábado