Imagen del blog de Molí del Canyer |
Era lo mejor, levar anclas y mudarse a otra provincia. El coleccionista había trabajado en su pequeña tienda por más
de veinte años. Había tenido la oportunidad de conocer a bastantes vendedores, la mayoría particulares
y casi todos con expectativas excedidas sobre el valor de sus monedas. La numismática
le había permitido conocer a muchas mujeres
que llevaban a tasar las monedas a escondidas de sus maridos, y a otras que
eran solteras, a menudo con mercancía de orígenes oscuros.
Al reabrir su tienda, tras el confinamiento, la
última mujer soltera que se puso a tiro, quien llevaba una moneda muy valiosa, para pagarse un viaje sola a Cancún, le había resultado tentadora, como la tres anteriores. Su
estrategia había sido la misma. Su cuerpo, bien gozado gracias al burundanga, estuvo unos días en el congelador, como
las otras clientas. Había
descubierto un lugar, cerca de la playa dels Capellans, más que oportuno para
hacerlas desaparecer. Lola pesaban
demasiado, pero logró enterrarla, con la distancia de separación de dos metros
entre ellas, y con la mascarilla puesta. Cuando una mujer de unos setenta años preguntó por la moneda que
Lola le había pretendido vender, entendió que un día u otro se le tenía que acabar suerte, era hora de hacer el petate y mudarse.
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Mudanzas y crímenes, y tu lo manejas muy bien ¿sospecho? o es solo arte literario jeje. Abrazucos
ResponderEliminarNada de sospechoso, no soy capaz de matar una mosca, bueno, si se dejaran, que son muy pillas, pues sí :-)
EliminarUn abrazo, Ester y por mudanzas menos truculentas
Vaya un tipo como las hacía desaparecer enterrándolas en la playa, eso si con la distancia reglamentaria y mascarilla y todo.
ResponderEliminarUn placer leeete Albada, siempre consigues sorprenderme con tus relatos.
Besos enormes.
En esto tiempos, la mascarilla creo que la llevaban los dos :-). Un mal tipo, eso sí.
EliminarUn abrazo grande. Por un día con buenos ratos
Menudo relato nos has dejado, desde luego si alguien necesitaba una mudanza ya, era este impresentable, hay que seguirle la pista y detenerle...
ResponderEliminarMuy bueno Albada, has puesto intriga en él.
Abrazos y muy feliz jueves.
Ese impresentable, pensaba en ese tipo que les ponía coca en al vagina y una de ellas murió, me pareció espeluznante.
EliminarHe puesto ganas, eso sí :-) Un abrazo y a por una tarde con sol y lecturas que nos llenen.
El arte de los relatos lo llevas en el ADN, Albada. Cada día que paso por esta maravillosa morada se ve ese estilo literario tuyo y muy característico. El mensaje es elocuente y un placer leer tus extraordinarias obras.
ResponderEliminarAbrazos galaicos y feliz día, amiga.
Pues muchísimas gracias, gallego amable :-) Me gusta, disfruto, y creo que es eso lo que captas. Son textos cortos, pero intento que tengan sustancia :-)
EliminarUn abrazo y por una tarde bonita, Joaquin.
como dice Ester espero que solo sea una imaginación desmedida ja... saludos
ResponderEliminarEs que imaginar es gratis, imagino que es eso :-) Un abrazo
EliminarTanto va el cántaro a la fuente que al final se acaba rompiendo, je,je.
ResponderEliminarEs mejor poner pies en polvorosa que acabar en la cárcel, que es donde merecería acabar ese tipo, por asesino y por poncer en riesgo la salud pública, por mucha mascarilla y distancia de seguridad que utilizara.
Un placer leer un texto tan morboso como este, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Ojalá, si fuera realidad, que le pillaran y le cayera cadena perpetua, miro que te digo. Este impresentable imaginado tenía muy mala baba y le había salido bien por tres veces, pero fue mucho a la fuente :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde, con buen humor en lo posible.
Un poco tétrico, pero no exento de humor, te ha salido el relato.
ResponderEliminarPero genial. como suele ser costumbre en tí.
Besos.
Es negro, muy negro, pero salió así, y me gustó la idea.
EliminarUn abrazo y a por una tarde con psicina cerca, porque está haciendo calor
Pues si, fue una buena decisión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tal mal tipo, pies en polvorosa claro. Un abrazo, Rafael
EliminarHola Albada, hay historias dentro de la historia que me gustan, son inspiradoras. Un relato este que bien podría escribirse con el tiempo de la luz de una vela, despacito, chisporroteando. Feliz día. Un abrazo
ResponderEliminarSí, merecería mayor extensión y mayor conocimiento, porque llegar ahí no se hace en dos días, aquí es que acabo escribiendo como que con el temor de excederme en palabras, pero la idea, si te apetece, por supuesto, puedes usarla, no lo dudes.
EliminarUn abrazo y feliz jueves
¡Menudo relato! Se ponen los pelos de punta. No quisiera tenerle de vecino ¡aquí que no venga!. Muy bueno el relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Sería terrorífico, porque el tipo, como las drogaba,no creo que gritasen mucho. Para no tenerle por vecino, está claro :-)
EliminarMuchas gracias, Rita. Un abrazo y feliz tarde
Qué ralato tan oscuro y qué historia terrible. No lo digo como algo negativo, simplemente es que no contaba con una historia de este género. Pero está escrita fenomenal, para provocar los escalofríos que me ha dado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Había muchas opciones, de mudanzas quiero decir, y me he mudado..no sé si han sido ocho veces, así que entiendo un poco :-), pero me ha dado por alejarme de las mudanzas normales. Queda un poco inquietante, pero disfruté escribiendo.
EliminarUn abrazo, Dorotea. Por una tarde sin miedos
Me ha gustado como parece un relato en una época antigua, pero luego metes las mascarillas y lo traes a nuestro momento actual, me parece genial
ResponderEliminarUn saludo
Es muy de hoy en día, a pesar de que la imagen aportada hace rememorar mudanzas o exilios muy completos y de antaño, es verdad.
EliminarUn abrazo y muchas gracias
Hola, Albada. Este relato es tan oscuro como hermoso...ojalá lo convirtieras en un cuento fantástico de mayor extensión. Me ha encantado la idea tan ocurrente, las monedas, esas mujeres.
ResponderEliminarAh, quiero agradecerte que comentaras en mi blog, es que no supe ver que necesitaba aprobar los comentarios. Ahora ya son visibles.
Gracias y un abrazo.
Podría alargarse, porque me obligo a reducir, dejando lo primordial, creo. Sí, con las monedas y la manera de intentar venderlas, y esa mujeres solas...se podría hacer algo de mayor calado. Seguramente es así.
EliminarUn gusto haber pasado por tu blog. Un abrazo y por una tarde bonita y con gratos momentos.
Jaja, la imagen. Recordé la película del Titanic, cuando apenas van llegando a embarcar. Retrataron ahí a la perfección lo que pasaba en la realidad: traían los carritos de entonces casi pujando, con las montañas de cosas encima.
ResponderEliminarPues es verdad, nos remonta a tiempos pretéritos, con esa imagen en blanco y negro. Pobres caballos, tiraban pesos inmensos.
EliminarPor las mudanzas, en carros o en camiones. Un abrazo
Si la sra. de 70 años es una, detective, ya tienes el comienzo de una novela digna de Agatha Christie. Me he quedado con gsnas de más.
ResponderEliminarBesotes
Pues imaginé que era la madre de su mujer desaparecida, pero estaría bien que fuera una inspectora veterana, por qué no.
EliminarUn abrazo, y a por una tarde con placidez, sin crímenes.
El burundanga no me parece aconsejable con la señora de 70 años, sí, mejor que se mude, jajajja
ResponderEliminarjaja, seguro, pobrecita. La imaginé como madre:-)
EliminarUn beso
¡Otro que esconde un buen motivo para mudarse!
ResponderEliminarEl hecho de que aquella señora se acercara preguntándole... ¿Cómo sabía que él tenía la moneda?, ¿era el más reputado numismático de todo alrededor? ¿acaso no era tan mayor la señora? Ahí has dejado una puerta abierta a la imaginación...
Un beso, Albada.
Podría ser la madre de la mujer, quien, tal vez supiera que la joven tenía esa moneda, seguramente por asuntos de herencias, todo es un suponer :-)Con veinte años, en una esquina cercana al balcón de Mediterráneo..era conocido y valorado, claro. :-)
EliminarUn abrazo y a hacer de detectives aficionados.
Es importante atenerse a las normas, manteniedo distancias y con la mascarilla puesta.
ResponderEliminarUn beso.
Sin ese detalle, quedaba muy serio ¿eh? :-)
EliminarUn beso, Alfred
Será tétrico, pero desde luego por bueno y original nadie dejará de apludirte.
ResponderEliminarQue pases buen día.
Es más posible de lo que pensamos, no creas, pero es ficción, claro.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y por mudanzas que sean para bien siempre, no huyendo.
Ya ves, no le queda otra que mudarse, y mas si la inteligente señora lo anda investigando. Lo de la mascarilla me ha hecho reír, y si en estos tiempos hay que renovarse.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Tendrá que mudarse, y por mí, olvidarse de hacer nuevas amistades femeninas :-). Esos apuntes del final eran para quitar hierro a lo horripilante :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
Me estoy poniendo al corriente, me encanta leerte como siempre... me gusta como añadiste el toque de distancia y mascarilla jaja, un abrazo
ResponderEliminarPues tranquilidad, ve leyendo de poco a poco . Me alegro que te gustara.
EliminarUn abrazo, y por un viernes bonito para ti
Siempre llega ese momento, ese aviso que levanta sospechas... Me ha gustado mucho, Albada, ese lado macabro que a mí me encanta. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño ♥
Era la cuarta vez, as´que tocaba cambiar de lugar, claro :-).
EliminarUn abrazo, y vamos a por un finde estupendo
Hola Albada.. Claro esta que el pájaro tenía que mudarse, bueno la última cerca de la Platja dels Capellans en Tarragona, es un buen sitio para el descanso eterno... Una buena y espeluznante relato.
ResponderEliminarUn abrazo..
Cuatro pinos frente al mar, qué mejor lugar para el descanso eterno, es verdad. :-),
EliminarMuchas gracias, Llorenç. Un abrazo
Tu relato me recuerda al asesino en serie que hubo durante la pandemia... me ha encantado como lo has traído al presente!
ResponderEliminarMe encantó Alba.
Abracitos
Creo que ese loco, peligroso, les suponía coca en la vagina, el mío era un poquito diferente, tal vez igual de bestia, o más. ;-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y por un finde sin crónica negra.
Madre mía! Qué buen relato.... me gustó muchísimo, porque tu parte más "novela negra" es buenísima. He disfrutado mucho de tu relato!
ResponderEliminarBesos!
Tengo esa vena gore al escribir, es verdad. Más de ironía que de sadismo, no creas :-).
EliminarUn abrazo y que disfrutes de un viernes sensacional
Siempre he sospechado de esos que se la pasan viajando de acá para allá sin hacer raices jejee. Un abrazo
ResponderEliminarEste llevaba veinte años, tampoco era un trotamundos ¿eh? :-)
EliminarUn abrazo y vamos a que el finde nos deje descansar las neuronas.
Vamos que cumplía impecablemente con todas las medidas de seguridad, nada que hiciera sospechar de sus turbias andanzas las cuales sabia tapar con sus mudanzas. Muy bueno, gracias por participar. Besos.
ResponderEliminarEn estos tiempos, cumpliendo la normativa de distancia social, no vaya a ser multado por no llevar mascarilla mientras enterraba a su víctima :-), el civismo ante todo.
EliminarUn abrazo y gracias a ti, anfitriona, la idea es muy buena.
Y, curiosamente, en sus quehaceres habituales son de lo más ordenados y metódicos; este, hasta cumplió las medidas de seguridad…
ResponderEliminarTan real que da escalofríos…
Muy bueno, querida amiga.
Siempre un placer leerte. Tus relatos nunca dejan indiferente.
Abrazo grande, y feliz noche 💙
Son psicópatas son muy ordenados, metódicos y pueden solitarios. El mío, fuera de esos asesinatos, era un buen tipo :-)
EliminarMe alegro que te gustara. Un abrazo y vamos a por un viernes agradable
mira que si se descongelan, cobran vida y logran desenterrarse... escarbar en la arena de la playa es más fácil que mover la losa de una tumba. ;) me he acordado del relato 'entierro prematuro' de edgar allan poe.
ResponderEliminarla palabra 'numismática', refería al estudio y coleccionismo de monedas antiguas, la aprendí de pequeño en una historieta de mortadelo y filemón, por increíble que parezca.
abrazos!
Pue sí, tras el congelador, estaría para alucinar que resucitaran, así, cerca del mar. Es que Mortadelo y Filemón nos enseñaron muchas cosas, palabras y actividades incluídas, ya lo creo.
EliminarUn abrazo, Chema, disfruta del finde
La que has liado en un momentico... 😉
ResponderEliminarBesos.
Es ponerse, en cinco minutos...y hale, tenemos un asesino en serie, :-).
EliminarUn abrazo grande, Laura
Boa noite passamos por muitas mudanças.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luiz. Un abrazo
EliminarDinero, burundanga, y el virus de por medio, no podía ser bueno el panorama, mejor la mudanza.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Ya te digo, le tocaba cambiar de aires. A poder ser, de actividades delictivas :-)
EliminarUn abrazo, Dulce. Felzi finde
Me encanta cuando te pones macabra, jajaja. Muy bueno el relato. Sí, mejor "mudarse" a tiempo o acabarían mudándolo a una celda de por vida.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Cuando me pongo, lo hago a los bestia :-). Me pareció plausible mudarse por delinquir y estar a punto de ser detenido :-).
EliminarUn abrazo, Alis. Vamos a por un finde guapo
En ese tipo de situaciones mejor es no echar raíces
ResponderEliminarAbrazo
Exageré con lo de vente años. No creo que sea bueno quedarse en el lugar si uno enterró ya un cadáver :-).
EliminarUn abrazo, y por un viernes grato para ti.
Un relato muy al dia, enterradas con el debido distanciamiento y mascarilla..... Lindo leerte amiga, saludos.
ResponderEliminarMuy contemporáneo, es verdad. El civismo ante todo :-)
EliminarUn abrazo, Sandra. Por un bonito finde
Creo que el confinamiento ha dado una literatura de este tipo, indiscreta, acechante...creo que en algún momento todos nos hemos fijado en ese vecino que podría ser...o que parece que...o que para qué sale a deshoras...y me encanta que sea numismático, un trabajo tranquilo, sereno pero en el que hay que ser meticuloso...
ResponderEliminarPues te doy la razón, nos hemos vuelto un poco curiosos tras las ventanas. El oficio me pareció muy buena para la personalidad de mi protagonista. Muchas gracias
EliminarUn abrazo y por un feliz viernes
Mudanzas, maletas, medias, monedas, muertes, mascarillas...
ResponderEliminarBuen finde.
Manuel.
Maletas inquietantes, si uno se pone a pensar, no creas, sobre todo si hay monedas valiosas por medio :-)
EliminarUn abrazo y feliz finde
¡Hola, Albada!
ResponderEliminarBonito y excelente post. Nada como ser precavido y mudarse a tiempo.
Cuídate mucho.
Un fuerte abrazo. 🌷😘
No hay que agotar la suerte, qué verdad. Te ciudas, que ese virus sigue activo.
EliminarUn abrazo y a por un finde estupendo
¡¡Escalofriante relato¡¡
ResponderEliminarBesos.
Bueno, intenté que tuviera una cierta inquietud :-)
EliminarUn abrazo, Amapola
Uff!!! hasta me trasmitió miedo al leerlo...
ResponderEliminarBuen relato .
Era un poco mi intención. :-). Gracias, Chelo.
EliminarUn abrazo.
Así es mejor volver a mudarse, sí. :)
ResponderEliminarUn abrazo!
Totalmente, o mudarse, o pagar por los delitos :-)
EliminarUn abrazo
Qué siniestro!!!! Mejor que se mude para ver si así deja a lguien vivo, menos mal que por lo menos complía las normas de la mascarilla y la distancia. Seguramente será fácil dar con él siguiendo esa pista en un lugar que nadie cumple esas normas.
ResponderEliminarjaja, capaz que en toda Tarragona sólo lleva las mascarilla el tipo :-).Será Fácil seguirle pista, ya lo creo :-)
EliminarUn abrazo, Tracy.
Uy... era un asesino sin prejuicios. Mataba por matar y luego sin remordimiento volaba a otro lugar.
ResponderEliminarBuena historia, saludos.
Mataba por hobby, como quien colecciona monedas, o sellos :-)
EliminarUn abrazo y a por un bonito sábado
Que personaje tan peligroso.
ResponderEliminarY dispuesto a seguir con sus métodos.
Muy bien contado.
Mal gente, un tipo con instintos depredadores nefastos.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Qué buen relato, has sabido conjugar la propuesta con la actualidad y un final totalmente inesperado. También soy numismático, aunque llevo años sin comprar nada, pero ya me cuidaré de intentar vender una sola de mis monedas
ResponderEliminarMe alegro que te gustara. Yo no colecciono, pero a veces he comprado, y ahora me encuentro con bastantes, ninguna valiosa, por supuesto.
EliminarUn abrazo y a por un sábado estupendo
Nunca se te acaba la imaginación ni8 a mi la intriga. En breves palabras me coges de la mano y me paseas por tu mundo interior con una facilidad pasmosa...y lo haces muy a menudo.
ResponderEliminarPero no confundir imaginación con realidad :-). Me alegro que te guste, porque, al final es la gracia de escribir.
EliminarMuchas gracias, Buscador. Un abrazo grande
ResponderEliminarAlgunos coleccionistas son capaces de lo que sea por conseguir una pieza nueva, y cuando ya la tienen pierden el interés.
Y como buen psicópata, este personaje tuyo es metódico y respetuoso con las normas. Un detalle que vuelve el relato más escalofriante aún.
Un abrazo y feliz finde.
Claro, han de ser metódicos, pero hay monedas, o sellos, o cuadros, que les vale la pena. Por esos objetos hacen cualquier cosa, a veces, literalmente, cualquier cosas.
EliminarMuchas gracias, Ángeles
Un poquito de intriga sí que quise poner, por supuesto :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Las mudanzas son siempre una pesadilla, así que no quiero imaginarme la de un coleccionista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son una pesadilla total, ya lo creo, aquí casi un obligada pesadilla.
EliminarUn abrazo y bonito día
Ah! Qué bueno! La mudanza es lo más prudente para evitar ser descubierto. Se ve que es muy meticuloso con el cumplimiento de las normas de seguridad y hasta en el enterramiento las cumple. Lástima que sus víctimas no estén en disposición de agradecerle su empeño.
ResponderEliminarMuy bueno y sorprendente en su final.
Pretendí intriga y cierto humor. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo y por un día genial para ti
Es que suelen serlo, la verdad :-)
ResponderEliminarUn abrazo y a por un domingo bonito
Hola guapa , no me extraña que tuviese que mudarse , ya que cada vez que ligaba a "Chati" que conocía , a chati que se cargaba y nada menos que con burundanga , gracias
ResponderEliminara ti hoy conozco una palabra nueva "La numismática " no sabía lo que era la busque en google , te deseo una feliz noche y mejor semana , besos de flor.
Me a gustado mucho tu relato , eres una buena narradora de micros , más besitos.
Más que mudanza era una huida. Muchas gracias, Flor.
EliminarUn abrazo y por una semana tranquila y bonita para ti
Bien contado creando tensión, para un final que uno nunca se espera. Vaya numismático y su secreta morbilidad. Me encantó (parte de tu buen humor) eso, de que no le quitaba las mascarillas, y las enterraba conservando la distancia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe alegro que te gustase, y sí, un punto de humor me parecía compensar la morbosidad del tipo :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo.
Un cuento interesante y con un buen humor ácido
ResponderEliminarMe gusta
Paz
Isaac
Me algo que te haya gustado, Isaac.
EliminarUn abrazo y vamos a por una semana bona
Boa tarde meu querido amigo. Boa segunda-feira.
ResponderEliminarBuenos días. Un abrazo
EliminarQue buena imaginación, tienes
ResponderEliminarmi amiga, aunque las mudanzas
no me gustan pero a veces son
muy necesarias.
Besitos dulces
Siby
En este caso era urgente. Muchas gracias. Un abrazo, Siby
EliminarPaso a dejar mi huella en tu blog y desearte un hermoso mes fe Julio.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarFeliz julio
Tal parece que nadie es consciente de lo que tiene hasta que hay una mudanza.
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti con tu baúl de historias.
Uf, es que no sabemos lo que guardamos hasta que hemos de meterlo en cajas, para mudarnos, qué verdad.
EliminarUn abrazo, Guillermo