Siguiendo la propuesta de Lucía, en Hilando palabras , mi aportación es esta:
Siendo imposible acudir a comparsa
alguna, me atreví a ponerme el disfraz diseñado para este año, de coral.
Rojo y festoneado con algunas algas marinas, así como oquedades para pececillos
payaso. Me confundieron con arbusto, con esponja, con árbol chino y con el
título de un cuadro, pero seguí mi camino sin hacer caso de nadie, porque
buscaba a alguien vestido de pez.
Llegué al paseo marítimo y un
muchacho rubio vestido de Principito me guió hasta el mar. Siempre supe nadar,
y mi instinto era permanecer nadando, o flotando, pero me centré en bajar hasta
el fondo de la ensenada. Una sirena de cola azulada y brillante, con los
cabellos alborotados, se sentó a mi lado, y me explicó historias de un pasado
suyo, con juegos de zapatos en los anzuelos de los pescadores. Paseamos por
dentro de un neumático olvidado, e hicimos como que montábamos en bici, sobre
una oxidada pero intacta, que alguien dejó tras de sí quién sabe por qué razón. Ella pedaleaba con las manos, y era bonito de ver. Cuando dijo tener que irse a casa, me quedé ‘jugando con latas de cerveza que
algunos cangrejos intentaban usar de caparazón, y cuando llegaste tú, pececillo
de amarillos y negros en tu lomo, te miré a los ojos. Eras tú, Luis, lo supe al
instante. Nunca podría olvidar esa mirada. Tú no me reconociste, y qué mal me
sentó, porque cuando en los carnavales de hace dos años, nos juramos
reencontrarnos en algún pliegue del destino, creí que tu vestido era un
disfraz, como el mío.
Ya me pareció extraña tu forma de
hablar aquella vez, con burbujitas aladas, y ese bailar con tan poca gracia,
como fuera de tu medio. Cuando te besé esta vez, sin mascarilla, tal vez algo
de tu memoria se activó, pero me seguiste mirando como un pez estúpido y me
despedí de ti, y de nuestro juramento.
Cuando he regresado a casa, tras
quitarme el disfraz, me he puesto a escribir sobre la noche sin luna de un
febrero marino donde, como niños, nos atrevimos a ser quien siempre quisimos
ser. Tú pez sin agua, y yo sirena sin mar.
Delicioso texto que invita a leerlo una y otra vez, el uso de las palabras en maravilloso. Nos atrevimos a ser quienes siempre quisimos ser... que intenso.
ResponderEliminarUn abrazo Albada.
Atreverse ser quien se es es todo un reto, a veces muy duro. Me alegra que te haya gustado, Miguel
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Me has dejado pegada, que historia tan bonita en una noche mágica de carnaval ...Cuantas historias de amor habían empezado sin conocer el rostro del otro en días de carnavales. Genial Maripau..Ya te tengo en mis manos ( esta mañana llegó ). Un besoteeeeeee.
ResponderEliminarUna historia un poquito mágica, pero es que eso de disfrazarse puede ser una ocasión de magia tremenda. Muchas gracias, ojalá te gusten los relatos.
EliminarUn abrazo grande, Campirela
Bom dia Alba, confesso que não gosto de carnaval, nunca imaginei uma Cidade Grande como o Rio de Janeiro ficar um dia ou ano sem carnaval.
ResponderEliminarA mí me gusta pero para ver de lejos, y claro, las de España son mucho más pequeñas que las de Rio.
EliminarUn abrazo, Luiz
Parece que esta vez lograron volver a encontrarse, demostrando tener una innegable afinidad. Y me alegra.
ResponderEliminarBien contada historia.
Besos.
Se encuentran, en el mar, y no como la primera vez. Es la magia de los carnavales, seguramente.
EliminarUn abrazo y por una tarde bonita
El final es tan poético... pez sin agua y sirena sin mar...
ResponderEliminarQuizá en otra vida.
Besos.
En esta, seguramente, porque hay demasiados peces sin agua, y no nadan, y sirenas sin mar, que no cantan.
EliminarUn beso
Puede ser, y ha de ser triste que sólo esas fechas puedas ser quien eres, quien te sientes ser. Y recuerdo a los gais hace tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo, Julio David
Muy bonito y poético. Y con esos trazos de fantasía que enamora…
ResponderEliminarEstoy con Toro; ese final es magnífico…
Un placer tu aportación, querida amiga.
Abrazo grande, y muy feliz día 💙
Me legra que te haya gustado. De hecho, sin rúas, quien se disfraza lo hace a título personal, y así imaginé.
EliminarMuchas gracias, amiga. Un abrazo enorme
La magia es el mejor disfraz para un carnaval, y por qué no? para la vida misma.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Estoy contigo, sin ella, sin magia, la vida es muy aburrida.
EliminarUn abrazo, y feliz día, Dulce
Hola Albada.. Preciosa historia del que pudo ser y no fue, no puede ser pez sin agua, ni sirena sin mar..
ResponderEliminarMe viene a la mente una frase de Frida Kahlo.. Nada es absoluto. Todo cambia, todo se mueve, todo gira, todo vuela y se va.
Un abrazo.
No pudo ser, ni podría ser nunca, pero el coral sí quiso ser sirena una vez, y el pez quiso ser pez en tierra, por una vez.
EliminarUn abrazo, LLorenç
Precioso relato lleno de encanto.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Amapola, por la magia. Un abrazo
EliminarEl carnaval, los disfraces son la ocasión de ser otra cosa, dura lo que dura un baile, recuerdo que escribí sobre alguien que la careta y el disfraz le permitió disimular sus moretones, los arañazos y la cojera. Pero siempre llega el final, ni pez ni sirena. Un abrazo grande
ResponderEliminarExacto, el sueño de ser bello, sin cojera, ni cicatrices, como un paréntesis de magia en medio de la realidad gris. Pero claro, como en la Cenicienta, la carroza vuelve a a ser calabaza :-)
EliminarUn abrazo grande, y a por este día, con ganitas
Te doy el premio Pulitzer, no puede estar mejor escrito ni mejor relatado. Madre mía, qué bonito.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Jolines, qué barbaridad, es un cuentito, sin mucho más :-)-. Muchas gracias, amiga
EliminarUn abrazo grande, y vamos a disfrutar de ser quienes somos, sin máscaras
Mw wncantan las historias mágicas, y leer esta me ha hecho sumergir en ese mundo tan especial, tan chispeante,de tanta explosión de color y alegría.
ResponderEliminarPreciosísimo relato!
Un abrazo grande.
Muchas gracias, quise crear un ambiente marino risueño, pero con fundamento :-), como los guisos.
EliminarUn abrazo, Luna, y por las máscaras en un momento dado, que nos aligeren el alma
Algunas máscaras ocultan lo que realmente somos. Un relato precioso con un final delicioso, cuantas oportunidades perdemos por no atrevernos a ser quienes soñamos.
ResponderEliminarMe ha encantado " Tú pez sin agua y yo sirena sin mar " guauuuuuu
Gracias por participar en el carnaval, tienes una máscara en mi blog, espero que la recojas y te guste tanto como a mí tu dulzura.
Besos llenos de cariño, Aldaba.
Muchas veces perdemos oportunidades de vida por atrevernos vivir. Esa es la tragedia. Pues pasaré a recoger la máscara, seguro. Muchas gracias por tu tiempo y dedicación, anfitriona.
EliminarUn abrazo enorme
Te leo y me voy encantada, Albada. Tu relato tiene un halo simpático queriendo ocultar una fina máscara de melancolía y... a mí me ha tocado fibra. Precioso.
ResponderEliminarMil besitos para ti y muy feliz noche ♥
Claro, esa melancolía del coral, nostalgia coralina, está latente, aunque se baja del tren de la utopía :-)
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo grande
Una historia muy Bonita, con ese final tan poético, me ha gustado mucho, buena aportación.
ResponderEliminarUn abrazo Albada.
Muchas gracias, es la historia de un imposible que se quiso tener, pero era imposible.
EliminarUn abrazo, Carmen, y por un bonito día
¡Hola! Una historia preciosa, muy buena para estas fechas. Gracias por compartirla. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, la historia de un imposible. Y cuántas veces usamos las máscaras sin darnos cuenta, por cumplir las expectativas ajenas.
EliminarUn abrazo, y a por este día, sin máscaras
Que preciosidad de texto, me has dejado fascinada con tu relato amiga. Saludos y abrazo.
ResponderEliminarQué amable, Sandra, de verdad, muchas gracias.
EliminarUn abrazo enorme, y vamos a por eso de ser quienes somos.
Muy bonitas palabras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
la esencia también pretendía ser una historia bonita, aunque imposible.
EliminarUn abrazo, Rocío
Albada linda, cuanta magia tienen tus
ResponderEliminarrelatos, eres grandiosa escribiendo
mi amiga, sinceramente felicito tu
arte.
Besitos dulces
Siby
Pues te agradezco un enormidad, de hecho pongo palabrita en hilera, con una imagen en la mente, y poco más.
EliminarUn abrazo, Siby, y por este día, que sea grato para ti
bonita entrada, que traía a mi mente un cuadro de El Bosco. Ingenua hermosa y movida. Un abrazo
ResponderEliminarPues de los que he visto, unos cuatro, tal vez sí que el onirismo está en este post.
EliminarUn abrazo, y feliz día
oohhh que desilusión. esperar algo de un lerdo. ni siquiera un recuerdo. he visto una tacita crítica a la contami acion marina, navegando entre dos aguas.
ResponderEliminarMuy Bo ito, tierno y desesperanzado
Besoss amiga
Esa crítica está, em el neumático, la bici y las latas, pero sí, hay que ser ingenua para pretender, de un pez, lo que no puede dar :-)
EliminarUn abrazo, amigo
Qué maravilla de relato. Lleno de recuerdos de infancia, con detalles simples que tú conviertes en mágicos.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo y feliz jueves...
Mi infancia fue sin mar, pero desde los doce años es mi referente, así que imaginé el fondo marino, onírico, con peces y corales que ya no existen.
EliminarUn abrazo, y feliz día, con mi gratitud marina.
Qué bello y poético ha resultado este relato.
ResponderEliminarMe ha ancantado.
Un abrazo marino.
Acabo de usar tu expresión de abrazo. Qué coincidencia. Muchas gracias, Josep Mº.
EliminarPorque el mar esté más limpio, y los peces puedan y quieran nadar
Chapeau por este relato Albada. Me ha encantado por su cadencia, la historia y una prosa poética inusual que hace despertar los 5 sentidos antes de que llegue el alba.
ResponderEliminarFelicidades, amiga !!!
Abrazos a mares.
Pues es mucho despertar los cinco sentidos :-). Me alegra que te gustara, Joaquín.
EliminarUn abrazo, y por el mar, los abrazos marinos y los sueños de mar.
Me quito el sombrero ante tanta belleza. Tu relato, donde la magia y la realidad se confunden, es de una bella demostración de sensibilidad y ternura.
ResponderEliminarPor si fuera poco, el redondo final lo hace merecedor de mi sincero aplauso.
Besos, poeta.
la ternura es que el mar la brinda siempre, no tiene mérito alguno, la verdad. Qué bien que te haya gustado. El final era el pasado, por dejar atrás.
EliminarUn abrazo enorme, y por una tarde amable, y marina :-)
Que placer es leer esta entrada de carnaval Albada, tus micros son geniales.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias, es que disfruto escribiendo. :-)
EliminarUn abrazo, y a por una tarde que te llene
Hay disfraces que liberan, otros que ocultan. El juego de animarse a sacar la máscara en el momento oportuno a veces resulta una trampa... bello relato!
ResponderEliminar=)
Los haya que ocultan, pero hay que reconocer que gusta ponerse en otra piel, otra situación, otra edad...
EliminarUn abrazo, y gracias, Neo.
¡Qué precioso relato juevero de carnaval! Sirenas, principitos, una historia que narrar al final...
ResponderEliminarUn besazo enorme, Albada
Gracias, me parecía que cabía el mar en esta botella pequeña de microrrelato :-)
EliminarUn abrazo, Dafne. Por una bonita tarde
Hay que ser feliz y soñar como hacen tus protagonistas: pez sin agua y sirena sin mar, pero con imaginación se es capaz hasta de vivir el carnaval a solas imbuidos en una atroz pandemia.
ResponderEliminarTe felicito Maripau por tu texto y por el mensaje que nos trasmites.
Se vive lo que uno quiera, es el poder de la imaginación, que nos permite ser pez, sirena, como queramos, con sólo imaginar :-)
EliminarUn abrazo Tracy, y gracias.
los peces tienen muchas cosas buenas, pero no destacan por su memoria...
ResponderEliminarcuando las sirenas buscan el amor, no sé si prima más su lado humano o su lado piscícola.
abrazos!
Dicen que memoria poquita. Pero la sirena puede enamorarse como mujer. Estoy segura :-)
EliminarUn abrazo, Chema
Completamente fantástico y encantador, un viaje por la belleza de la imaginación, entre sirenas y peces de acuario un tanto despistados de su promesa.
ResponderEliminarPrecioso y muy bien narrado.
Un abrazo
Es que tienen poca memoria, y en dos años...como que no recordaría nada de nada :-)
EliminarMe alegro que te gustara. Un abrazo
Las historias con mascara siempre son mágicas y lujuriosas, después nos desnudamos y volvemos a nuestro ser a veces demasiado simple.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso
Bueno, si nos disfrazamos de elefante sí, pero si nos disfrazamos de mujer fatal, igual tan lujuriosas no nos quedamos ¿eh?. :-)
EliminarPor la belleza de probarse otras pieles. Un abrazo
Escribes maravillosamente, Albada. Es un gusto pasearse sobre tus letras.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo la frase con la que cierras tu texto, es el culmen a él. Es como desnudarse de las máscaras, regresar a lo que no somos pero podemos ser de algún modo. Sin mar, sin burbujitas...
Mil gracias por textos así, Albada.
Un beso grande.
Pues muchas gracias. Disfruto escribiendo lo que imagino, y no creas que mucho más. Ese universo marino, que me atrae siempre, es el escenario perfecto para muchos casos, como la mujer vestida de coral. En busca de su Nemo :-)
EliminarUn abrazo, y por un día fenomenal
Un texto lleno de imaginação y muy bién narrado. Todo se consegue no Carnaval, por que usamos máscaras, pero miesmo assi existem besos k nunca se esquecem. Este é o de Luís.
ResponderEliminarLa imagem está preciosa.
Abrazos y dias sin Covid.
Aun con máscaras, y disfraces, los besos se ocultan poco, es verdad. Y llega la Cuaresma, le seriedad, y ahí nos ponemos el disfraz del día a día.
EliminarUn abrazo, y feliz viernes
No sé si te dejé el comnetario.SI lo he repetido lo eliminas
ResponderEliminarHe leído vuestros comentarios y se me ha escapado una lagrimita. Sois unos amores.
Bendiciones y besucos
Gó
Qué bella eres !.He visto tu fotografía y he sentido tanta ternura. Debes de ser aún más de lo que aparentas. Caruca de buena persona. Me encantas!!!
No vi el comentario, pero esto del bloguee anida medio como quiere. Muchas gracias. Esa foto tiene cinco años, ahora, por un problema de pierna, cogí peso, pero no creo que afecte mucho a la cara, a la talla de pantalón sí :-)
EliminarUn abrazo inmenso, y por los escenarios marinos, tan propicios a soñar
Mágico y romántico tu relato, y ese final me ha maravillado. Está para enmarcar.
ResponderEliminarUn placer siempre leerte, no dejas de sorprenderme.
Besos enormes.
Muchas gracias, María. Voy tocando teclas, de lo que sea :-), pero un disfraz de coral me parecía estupendo por la historia por construir sobre él
EliminarUn abrazo enorme, y vamos a por un finde genial
Qué bonito, Albada:
ResponderEliminarMe han entrado ganas de ir a alguna fiesta.
Un beso enorme
No te prives, te pones el disfraz de tí misma, y hale, a un lugar donde haya gente bailando. Si te preguntan por tu disfraz dices que eres hombre y feo :-)
EliminarUn abrazo, y a por un bonito viernes
tu escrito el mejor
ResponderEliminarGracias, pero he disfrutado con todos, cada cual en su estilo
EliminarUn abrazo
Qué bonito, para celebrar un carnaval extraño. Lástima que no funcionara, a veces ponemos demasiadas ilusiones en lo que podría ser.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro, ponemos ilusiones donde no caben, pero qué sería del hombre sin ilusiones, ¿verdad?
EliminarUn abrazo, Dorotea, buen finde
Te ha quedado una bella historia que lo tiene todo, amor, fantasía, un puntito de nostalgia y hasta terror vírico "un beso sin mascarilla".
ResponderEliminarEs broma. Albada un abrazo y buen finde.
Bueno, es que es por ese virus que no se hacen cabalgatas, ni rúas...y de una manera u otra tenía sentido.
EliminarMuchas gracias, Ángel
Un punto nostálgico y tierno el relato de carnaval, ese momento en que todo está permitido incluso ser sirena sin mar y pez sin agua y soñar sin restricciones. Te ha quedado muy bonito, ojalá pronto se pueda celebrar todo.
ResponderEliminarUn beso
Todo se permite, ser sirena o Principito, o un Van Gogh por ahí perdido en la maraña de los sueños de locura.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo, y feliz domingo
Muy peculiares tus personajes; una especie de sin ti, pero contigo.
ResponderEliminarSaludos desde este extremo del horizonte.
Pue si, porque haya peces sin agua, que boquean todo el rato, y sirenas que no pueden, o no quieren catar :-)
EliminarUn abrazo, desde acá, amigo
Qué belleza de historia... lo tiene todo, es mágica.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Muchas gracias, Galilea. Un abrazo enorme
EliminarMe alegro de pasar por tu orilla, me ha encantado ese paseo por tu imaginación, precioso mar, preciosa historia de amores de carnaval...que no llegan a amores siquiera. Un abrazo
ResponderEliminarEspero que ese universo marino te haya gustado, donde amores imposibles navagan sin deriva.
EliminarUn abrazo, Rosa